viernes, febrero 15, 2008

LA COPA 69-70: La maldición de Barcelona

Puestos ya en situación de que el único título al que podemos optar, de momento, este año es la Copa, voy a intentar contar la trayectoria copera de nuestro equipo durante varios años.

La temporada 69-70, en la Liga no habíamos hecho mucho. Finalizamos , pero la noticia fue que le birlamos al Athletic de Bilbao la Liga en la penúltima jormada, regalándosela al Atlético de Madrid, con aquel gol de Nebot que conté hace unas semanas.

Comenzamos dos eliminatorias con equipos asequibles. Osasuna, entonces en 2ª, y Granada, equipo de mitad de tabla de 1ª. Con estos últimos ganamos el partido de ida 3-0, y en la vuelta un gol tempranero de Poli destrempó las ansias de remontada de los rojiblancos.

En cuartos, la cosa tuvo tintes de sorpresa. Nos tocó el Racing de Ferrol de 2ª. En Mestalla no pudimos pasar del empate a 1, por lo que en el partido de vuelta pusimos toda la carne (por no mentar atributos más fofos) en el asador, y en un campo impracticable hasta para las cabras nos adelantamos con tres goles. El Ferrol marcó dos goles y empujó hasta el final para dar la campanada, pero no lo consiguió.

En semis nos tocó el Zaragoza. Un equipo por entonces de corte similar al nuestro. Con un fútbol aguerrido, pero que ya se encontraba en la etapa de decadencia post-5 magníficos, que le llevaría poco después a 2ª.

El partido de ida el València salió a por todas, y se vio un buen espectáculo. Ganamos 2-0, pero si no llega a ser por el portero Izcoa, hubiésemos resuelto la eliminatoria. El partido de vuelta fue de contención y contrataque. Los maños marcaron en el minuto 15 de la segunda parte, y hasta el final del partido se pasaron muchos nervios, pero se aguantó el resultado y pasamos a la final.

Ésta se jugó en Barcelona, pues el Jefe del Estado estaba por aquellos días por allí, y decidió que se jugase en el Nou Camp, que al fin y al cabo era su Copa (y al que no le gustase, ya sabía…)

La primera parte fue de despropósitos, tantos, que hasta Ortiz de Mendíbil (el árbitro de la moviola) pitó un penalti inexistente a cada equipo. 1-1 al descanso. En la reanudación, Planelles adelantó a los blancos (nosotros íbamos de rojo) de un cabezazo en un despiste defensivo, y Fleitas aprovechó un regalo de Poli, en un mal pase a Abelardo para picarle el balón por alto.

Otra vez Barcelona. Quinta final de la historia, quinta derrota. Seguro que por eso el amigo Paquito, el Melón del Caudillo, decidió que jugarla allí era la mejor manera de dar SU Copa a SU equipo.

Foto: http://www.ciberche.com/

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