Versos katánicos 22: Hedwiges Maduro

Hedwiges Maduro es un tipo bonachón que vino a mitad de temporada hace unos años a reforzar el medio centro valencianista. El chaval no es paradigma de buena técnica y cintura, pero es luchador como el que más y se ha hecho un hueco en el equipo como comodín en defensa y media. Su gol al Barça hace dos temporadas levantó admiraciones, pues una parte del cuerpo vino a engrosar el glosario de remates a gol. No podían anularlo, pues fue marcado con la pierna, aunque fuese la tercera...:


Hedwiges Maduro vino de Holanda,
de medio centro decía la propaganda,
reconvertido más tarde en comodín,
sin coger el más mínimo berrinchín.


Algún jugador vio las orejas al lobo,
Como encañonado por el Algarrobo,
El retiro dorado se puso en peligro,
En contra tuvo campaña de denigro.


Proporciona en el campo equilibrio,
Sin darle a la lengua al manubrio,
El chaval trabaja sin hacer alardes,
Ni colgar medallas como cobardes.


Se habituó con nuestras tradiciones,
Degustando paella con mejillones,
aunque le hacen los ojos chiribitas ,
cuando su mujer le hace comiditas.


Se hizo famoso por su gol de pene,
Al rematar el balón como le viene,
fue comidilla en todo bar y taberna,
su certero remate con la entrepierna.


Igual que unos la meten con el culo,
Con la rodilla o las orejas de Angulo,
El bonachón de Hedwiges Maduro,
Seguro aquel día no tomó bromuro.


Cómo tenía que estar empalmado,
Y tener su miembro tan agraciado,
Duro y engrasado como la bisagra,
Tras consiguiente dosis de Viagra.


Su tesón ha obtenido la recompensa,
A la selección holandesa de defensa,
Maduro es de todos menos malo,
pues mete goles hasta con el falo.