MI PRIMERA CAMISETA
Cuando hice mi primera (y última) comunión, empezaba a sentirme forofo valencianista. Hacía sólo un mes habíamos ganado la Liga, de forma ciertamente poco esperada y al borde del infarto. Y lo lógico es que los regalos (sólo dos, no como ahora, que llenan un armario de regalos a los niños) girasen en torno a dicho acontecimiento.
El gran amigo de mi padre, Antonio Asunción, levantinista hasta la médula, al que consideraba como mi padrino, me prometió y compró unas botas de fútbol. Lo malo es que me duraron sólo un año. El pie empezaba a empalmarse (sin retraerse).
Y mi familia me regaló una camiseta del València. Me preguntaron quién era mi jugador favorito. Y yo les respondí que el Pichichi de aquel año, con 8 goles, FORMENT. La camiseta llevaba el 8. ¿Y quién era Forment?
Era un interior de ataque salido del Mestalla, con buen remate y sangre fría ante la portería. Aquella temporada de la Liga marcó un gol muy importante en el descuento ante el Celta en Mestalla. Y el año siguiente, aunque los fichajes de Lico, Quino y Adorno se lo pusieron difícil, él siguió rindiendo, hasta que un sanguinario defensa argentino del Granada, Aguirre Suárez, se llevó su pierna y su carrera por delante.
El tal Aguirre Suárez también se las tuvo con Claramunt II, al que metió dos dedos en ambos ojos a modo intimidatorio (ni a Miguel Strogoff se lo hubiesen hecho con tanta finura). Todo un santito, acompañado en la defensa por un tal Fernández, que hicieron estragos en los peloteros de la época ante la pasividad arbitral, que reiros de la defensa del Sevilla de los tiempos de Caparrós o de Bilardo, "al contrario, ni agua".
Foto: www.ciberche.com
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