viernes, agosto 15, 2008

Versos katánicos 2: Juanito Soler

Juan Soler llegó a la presidencia del València CF como relevo de su padre, aquel señor que evitó que Paco Roig se apropiara del club mediante la compra de su paquete accionarial. Reconocido gestor, sin embargo su gestión no ha sido eficaz, al desconocer en gran medida el mercado futbolístico y no rodearse de profesionales que buscasen más una buena gestión que una adulación a su persona:

VERSIÓN 1

Juanito Soler, hijo de Batiste,
llegó cuellicorto y asaz triste,
la envidia supercopera de Bonico,
hizo quedar su orgullo chico.

Todas sus acciones en la mesa puso,
quien no lo adoraba lo tachó de iluso,
pero en los Consejos abundan tiralevitas,
si no te digo a todo que sí, me quitas.

Pero el juego no trataba de juntar ladrillos,
sino de meter goles hasta con calzoncillos,
la pelotita se niega a obedecerme y entrar, Consuelo,
que la turba se enardece, me entra el canguelo.

El equipo, hasta entonces crisol de Europa
entró en barrena y nos dieron estopa,
de un club que estaba luchando con los mejores,
pasamos a desánimos, cabreos y de cabeza dolores.

Su silla empezó a ser zarandeada,
y su tez impávida se tornó blanqueada,
no me preguntéis de fútbol, que no sé,
preguntadme de terrenos, bolsa y parqué.

Primero fue el efecto Villalonga,
que, si fuese poco, Soriano prolonga,
Consuelo ya está hasta los bemoles,
retírate y dedícate a los corticoles.

Pero detrás suyo deja un gran agujero,
una desastrosa gestión de financiero,
una perdida oportunidad de dar el salto,
y una cara más dura que el basalto.

Juanito, haznos caso, no regreses más,
contigo hemos vuelto diez años atrás,
deja de segar cuellos con tus katanas,
y no vuelvas hasta que se afeiten las ranas.


VERSIÓN 2

Juanito Soler se hizo presidente,
la baraka de Bonico era elocuente,
por qué se cuelga él las medallas,
y a mí me socarran en las fallas.

Heredero de la fortuna de Batiste,
Para el fútbol un auténtico despiste,
En la oficina, rey de los pelotazos,
En casa, con tendencia a calzonazos.

El equipo, entonces crisol de Europa
entró en barrena y nos dieron estopa,
nuestros fracasos provocaban estupores,
eran mejores los Golfos Apandadores.

El balón se niega a entrar, Consuelo,
¿a quién le cargo yo este mochuelo?
La doña ya está hasta los bemoles,
retírate y dedícate a los corticoles.

Mas detrás suyo deja gran agujero,
Una gestión propia de majadero,
Un futuro más negro que el asfalto,
y una cara más dura que el basalto.

Juanito, nos dejaste peor que las riuás,
contigo hemos vuelto diez años atrás,
deja de segar cuellos con tus katanas,
no vuelvas hasta que se afeiten las ranas.

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