SALIF KEITA
Salif Keita fue fichado del Olympique de Marsella, el primer extranjero que fichamos tras la apertura de las fronteras españolas futboleras. Su curriculum era fabuloso: carrera extensa en el fútbol francés, siendo campeón de Liga con el Saint Etienne 3 veces, 2º máximo goleador europeo en 1967, balón de oro africano en 1970. Era todo un fichaje mediático, en un verano que "fuimos en busca de alemanes y nos trajimos un negro", como tituló un diario de la época. Salif se quejó con educación de un titular tan casposo.
Su paso por València fue todo un stop and go. No sólo por su juego, en el que quebraba las cinturas rígidas de los defensas a base de toda profusión de fintas, sino por sus tremendos demarrajes que sólo mantenía unos pocos metros, y que frenaba en seco, sin continuidad. Algo así como Chiquito de la Calzada en el escenario, pero corriendo sobre el césped. Finstro pecadorrr de la sabanaaa...
Cuando tenía molestias y le enseñaban la jeringuilla de las infiltraciones, era el primero en apuntarse a jugar ("yo juega domingo")... Sin pincharle, claro. Tenía auténtica alergia a los pinchazos. Y a la dureza rival. Los primeros partidos con el Valencia fueron muy ilusionantes, pero a la que le dieron tres o cuatro mandobles bien dados, aprendió como él solo a rehuir choques, a saltar sobre los tackle y a apartar la bota ante el inevitable impacto. A partir de entonces alternó espectáculo a gotas, con duraderas inexistencias mentales en el césped.
La temporada 76/77 emigró a los blanquiverdes del Sporting de Lisboa, y más tarde acabó su carrera en el fútbol americano, en el Boston Team. Como Becks, pero sin glamour, y sin Vicky la pija. Fue Ministro de Deportes en su país, y, además de actividades gerenciales hoteleras, se ocupa de la formación de jóvenes futbolistas en su país desde hace varios años. Momo Sissoko es uno de ellos.
Foto: http://www.ciberche.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario