El álbum es considerado generalmente como una de las primeras obras que realmente encarnaron el género del rock progresivo, donde King Crimson partían en gran parte de las influencias blues desde donde se fundó la música rock y las mezclaron con jazz y clásicos elementos sinfónicos, destacando por la combinación de las letras y la instrumentación. Si bien otros artistas habían fusionado estos géneros con el rock, el debut de King Crimson tuvo una atmósfera mucho más oscura y reflexiva (en gran parte gracias a las ideas de Peter Sinfield, quien escribió las letras). Además, es uno de los primeros álbumes que se destacan por sus largas canciones (algunos con partes con nombre propio, con muchas improvisaciones y muy complejas), su concepto y su diseño de portada desarrollado por Barry Godber.
Este LP definido por Pete Townshend como "una misteriosa obra maestra" es una de las grandes joyas y piezas clave del rock progresivo. De tono abatido y con hermosa imaginería lírica, su emulsión entre rock y jazz, claves psicodélicas y eclécticos ritmos ofrece algunos de los mejores tramos que ha conocido el estilo en una demostración de cómo emplear sin pomposidad el melotrón, la guitarra, la batería, el bajo o los instrumentos de viento.
En el álbum están todos los elementos constitutivos del rock progresivo: virtuosismo, grandilocuencia, experimentación, canciones largas y de varios segmentos distintos, melotrones a granel, letras pretenciosas, obsesión con lo medieval, influencias de la música clásica y el jazz, conciencia de estar haciendo “alto arte”, etc. No solo marcó las pautas para el rock progresivo, sino que también delimitó el estilo particular con el cual King Crimson se moverían dentro del género. Un elemento muy distintivo que no se repitió en muchos álbumes sinfónicos es la profusión de intrumentos de viento, cortesía de Ian McDonald. No sólo flauta, sino también saxofones, trompetas y todo tipo de bronces estridentes hicieron su aparición en algunas de las canciones (especialmente en los tres álbumes siguientes), mediante una técnica de interpretación magistral.
In the court of the Crimson King salió de la nada en 1969, y le dio fuerza e identidad al rock progresivo que le seguiría, con una fuerza y creatividad poco vista antes en la música. Cinco canciones diferentes y multifacéticas que definieron al rock progresivo de antaño, presente y futuro. Se suele considerar a In the court of the Crimson King (1969) como la obra más influyente de la historia del rock progresivo. Si bien otros pioneros como Yes o Genesis ya estaban en actividad, el debut de King Crimson fueron quienes impulsaron u obligaron a expandir los límites de la experimentación en los otros grupos (Chris Squire de Yes reconoce que se inspiró en 21th Century Schizoid Man para la intro de Heart of the sunrise). En éste album, King Crimson todavía no era la "Robert Fripp Band", y funcionaba como una verdadera suma creativa de todos sus integrantes: Robert Fripp en guitarra, Greg Lake (futuro Emerson, Lake and Palmer) en bajo y voz, Michael Giles en batería, el letrista Pete Sinfield, y muy especialmente Ian Mc Donald (futuro fundador de Foreigner) como principal compositor además de tocar teclados, vientos y melotrón. Desde la sobria melancolía del tema The court of the Crimson King (que antecede e inspiró el nombre del grupo) hasta la potente polirritmia con toques de jazz de 21th Century Schizoid Man, o la belleza más despojada de I talk to the wind, este disco de King Crimson expandiría las libertades creativas que auspició el Sgt Peppers de los Beatles.
En su libro de 1997 Rocking the classics, el crítico y musicólogo Edward Macan señalaba que In the court of the Crimson King "puede ser el álbum de rock progresivo más influyente jamás publicado". En la Classic Special Edition Pink Floyd & the story of prog-rock de Q & Mojo, el álbum fue situado en 4º lugar en su lista de 40 cosmic rock albums. El disco fue nombrado como uno de los 50 albums that built prog rock por la revista Classic Rock.
La formación de King Crimson para este disco se disolvería muy pronto y la banda pasaría a ser controlada por el guitarrista Robert Fripp. El siguiente álbum, In the wake of Poseidon, tuvo un sonido similar. Sin embargo, este álbum fue muy influyente en la emergente escena del rock progresivo y en el art-rock.
El álbum fue remasterizado y relanzado en formatos CD y vinilo varias veces durante las décadas de 1980 y 1990. Todas estas versiones se basaban en copias de cintas que fueron extraídas de las diferentes generaciones originales. Las cintas máster estéreo de primera generación originales se pensaba que se habían perdido, pero finalmente fueron localizadas en una cámara acorazada en un almacén en 2003. Esto condujo a una versión muy mejorada de CD remasterizado en el 40º aniversario del álbum. Una vez más, en noviembre de 2010 el álbum fue relanzado en vinilo y CD con nuevos cortes masterizados aprobados por Robert Fripp. La remasterización fue ejecutada por Steven Wilson de Porcupine Tree.
Virgin Records lanzó una edición remasterizada 24-bit de 30º aniversario en 1999. Una versión HDCD 2004 (descrita como la "Original master edition") fue lanzada por el sello de Robert Fripp, Discipline Global Mobile, con un sonido mucho mejor que anteriores ediciones en CD. La tecnología digital moderna fue usada para reparar problemas de alta frecuencia causados durante las sesiones de mezclas originales. Esta edición también contaba con un libreto de doce páginas que incluye fotos y recortes de periódicos de la época. Con la colaboración de Fripp, Steven Wilson remezcló las cintas maestras originales de 8 canales para sonido Surround 5.1 y nueva mezcla estéreo. Una edición de 40º aniversario fue lanzada en octubre de 2009, con tres formatos diferentes: un set de dos-CD que contenía las nuevas versiones estéreo, un CD+DVD con nuevas mezclas estéreo en surround, y una caja de seis discos (5CD/1DVD) que contenía todas las versiones así como material de estudio relacionado y en directo.
El álbum comienza con 21st Century Schizoid Man, una abrasiva mezcla de hard rock y jazz, entre la psicodelia, la locura y el progresismo, con épicos y avasallantes saxos, una batería que no deja de tañir y un efecto de voz parecido al de un megáfono. En este tema se pueden encontrar impresionantes improvisaciones guitarras con hermosos y agresivos sonidos ejecutando solos lentos que encajan a la perfección con el resto de los elementos. Distantes, suenan extraños sonidos, como ecos de una fábrica en actividad nocturna que, tras esos sonidos extraños, enviste en una grotesca y vigorosa sinfonía conducida por la distorsionada voz de Greg Lake, que con su psicofonía rítmica nos lleva a empujones por extravagancias sonoras de cambiantes estructuras y vertiginosos ritmos, como una orquesta decadente que se precipita al abismo de su locura, tocando desesperadamente aunque no exenta de precisión y llevándonos a varios estados, como si fueran los mismos de su conciencia, hasta sumirnos en la anarquía más absoluta y estridente que conoció la música de nuestro mundo.
La cara diurna de su orbe es mostrada con el segundo corte, I talk to the wind, que había sido escrita con anterioridad, cuando aún existía Giles, Giles and Fripp, y la atmósfera del disco cambia. Destaca el trabajo de Ian McDonald, el principal compositor, quien además toca el melotrón y la flauta, elementos importantes en el sonido de este disco. I talk to the wind es una bella y melancólica balada, un contraste exquisito de armonioso espíritu de los 50, ornamentado por la grácil flauta de Ian, un gran solo de guitarra de Fripp, y una voz, esta vez más cálida y confortable, de Greg Lake.
La primera cara del álbum la cierra Epitaph, que presenta un gran trabajo poético de Sinfield y una afligida atmósfera enaltecida por su proyección épica. Es uno de los himnos de la melancolía, la tristeza, la epicidad y hermosura en todos sus aspectos. Contiene melodía muy dulce y cargada de aplastante emotividad y unas geniales improvisaciones de Fripp con su acústica con sonido tosco. Una canción melódica, entre lo acústico y lo electrónico, marcada por sus letras apocalípticas y por la presencia dominante del melotrón, que erige ante nosotros su pasional arquitectura sonora, expandiendo una amplia sección de cuerda que termina por emocionar al oyente. Tras esa introducción, el eco de su poder se desvanece en el silencio para dar paso a una minimalista batería de Giles, una recopilación de ritmos infinitos ejecutados con una precisión y variación inimaginable, guiando suavemente la voz de Greg con parsimonia. La letra llena de existencialismo y melancolía va avanzando hasta entrar entre suaves ráfagas de acordes acústicos traídos por el guitarrista y líder Robert Fripp, para ser visitados de nuevo por el solemne melotrón de McDonald. Grandioso el lento crescendo y soberbia línea vocal.
La segunda cara empieza con la canción más controvertida del álbum, la extensa Moonchild, que comienza como una preciosa balada de subyugante imaginería bucólica, pero luego se convierte en una calmada improvisación con influencias de jazz y música experimental de más de diez minutos de rasgos psicodélicos y clave minimalista que desesperará a algunos por su posible indulgencia experimental e hipnotizará a otros por su calmosa capacidad letárgica. Más humilde que el anterior corte, Moonchild es un pasaje paradisíaco que nos adentra en un jardín nocturno de sueños, ornamentado discretamente por suaves tintineos y la susurrante y fina voz de un versátil Greg Lake. Una canción que enamora por su sencillez y dulzura, llevándonos a los siameses The dream y The illusion, dos cortes fusionados que nos llevan a una travesía de improvisaciones jazzísticas en clave instrumental.
El disco termina con la también extensa y sinfónica The court of the Crimson King, que fue el single del álbum y es uno de los temas más conocidos de la banda a lo largo de su historia. El tema, brillante tanto en su labor instrumental como vocal, es una pequeña sinfonía fuerte y complicada, pero sencilla, que llega con una solemnidad abrumadora, un denso melotrón que nos retrotrae a un fascinante escenario medieval conducido por los sabios golpes de Michael Giles en su inagotable inventiva, con florituras constantes que enriquecen el tema, para luego entrar Greg con el caudaloso verso, quedando el melotrón en silencio y entrando pausados arpegios de Fripp visitados de vez en cuando por suaves revoloteos de flauta. Maravilloso solo de flauta, acompañado por un cambiante bajo y un persistente tintineo de Giles, para luego retomar al último verso con una buena antesala y así culminar con el último estribillo. Se podría caracterizar a este tema como un resumen de todo el disco: melodías pasmosas y melancólicas, melotrones de oro, simples flautas y violencia y épica resaltada sobre todo por los coros.
King Crimson hicieron su primera actuación en abril de 1969, y consiguieron un éxito enorme precediendo a los Rolling Stones en su concierto gratuito en Hyde Park, Londres en julio de 1969, tras la muerte de Brian Jones, ante aproximadamente 500 mil personas. A principios de 1969 se realizaron sesiones iniciales para el álbum con el productor Tony Clarke, más conocido por su trabajo con The Moody Blues. Después de que estas sesiones no diesen buen resultado, se dio permiso al grupo para producir el álbum ellos mismos. El álbum fue grabado en una grabadora de 8 pistas 1 en los estudios Wessex Sound de Londres, con Robin Thompson como ingeniero de sonido, asistido por Tony Page. Para lograr los sonidos característicos de la exuberante orquesta que intervino en el álbum, Ian McDonald pasó muchas horas grabando capas de melotrón y varios sonidos de instrumentos de viento de madera.
Después de que el álbum se terminase, sin embargo, fue descubierto que el grabador máster estéreo utilizado durante la etapa de mezcla del álbum había alineado incorrectamente las cabezas de grabación. Este desalineamiento provocó una pérdida de frecuencias altas e introdujo cierta distorsión no deseada, lo que se hace evidente en ciertas partes del disco, particularmente en 21st Century Schizoid Man. Por ello, mientras se preparaba la primera versión americana para Atlantic Records, se hizo una copia especial del original máster estéreo de 2 pistas para intentar corregir algunas de estas anomalías. De 1969 a 2003, esta copia corregida de segunda generación fue la fuente utilizada en el doblaje de los submasters utilizados para la ediciones del álbum en vinilo, cassette y CD.
In the court of the Crimson King recibió inicialmente reacciones diversas de los críticos. Robert Christgau lo llamó "mierda sucedánea". La crítica de Rolling Stone fue favorable, escribiendo, "han combinado aspectos de muchas formas musicales para crear una obra surrealista de fuerza y originalidad". El álbum desde entonces alcanzó estatus de clásico, con Allmusic alabándolo, "como si de alguna manera profética, King Crimson proyectaron una marca más oscura y atrevida de rock-psicodélico" en su revisión original llevada a cabo por Lindsay Planer, y denominándolo "definitivo" y "atrevido" en sus actuales revisiones.
Fuentes: http://www.elportaldelmetal.com, http://es.wikipedia.org, http://www.allmusic.com, http://drmusicstudio.cmact.com, http://en.wikipedia.org, http://www.plasticosydecibelios.com, http://www.alohacriticon.com, https://320kbpsblog.wordpress.com, https://bullicius.wordpress.com, http://lavenganzadesaturno.blogspot.com.es, http://musicaneutral.blogspot.com.es, http://algomasquerockandroll.blogspot.com.es, http://www.dlsi.ua.es, http://www.sputnikmusic.com, http://www.classicrockreview.com, http://rincondesconexion.blogspot.com
Listado de canciones:
1.- 21st Century schizoid man (including Mirrors)
2.- I talk to the wind
3.- Epitaph (including March for no reason and Tomorrow and tomorrow)
4.- Moonchild (including The dream and The illusion)
5.- The Court of the Crimson King (including The return of the fire witch and The dance of the puppets)
Reedición 40th Anniversary Series (2009)
6.- 21st Century schizoid man (2009 remix)
7.- I talk to the wind (2009 remix)
8.- Epitaph (2009 remix)
9.- Moonchild (edited; 2009 remix)
10.- The Court of the Crimson King (2009 remix)
11.- I talk to the wind (duo version)
12.- I talk to the wind (alternate mix)
13.- Epitaph (backing track)
14.- Wind session
15.- 21st Century schizoid man (2004 remaster)
16.- I talk to the wind (2004 remaster)
17.- Epitaph (2004 remaster)
18.- Moonchild (2004 remaster)
19.- The Court of the Crimson King (2004 remaster)
20.- 21st Century schizoid man (instrumental)
21.- I talk to the wind (BBC session)
22.- 21st Century schizoid man (BBC session)
23.- The Court of the Crimson King (Part 1) (mono single version)
24.- The Court of the Crimson King (Part 2) (mono single version)
25.- 21st Century schizoid man (trio version) (instrumental)
26.- I talk to the wind (studio run through)
27.- Epitaph (alternate version)
28.- Moonchild (take 1)
29.- The Court of the Crimson King (take 3)
Vídeos:
21st Century schizoid man - King Crimson
I talk to the wind - King Crimson
Epitaph - King Crimson
Moonchild - King Crimson
The Court of the Crimson King - King Crimson
21st Century schizoid man (instrumental) - King Crimson
I talk to the wind (BBC session) - King Crimson
The Court of the Crimson King (Part 2) (mono single version) - King Crimson
Moonchild (take 1) - King Crimson
The Court of the Crimson King (take 3) - King Crimson
1 comentario:
Un disco clave para entender muchas que pasaron despues. Un disco muy avanzado a su época. Una superbanda con una formación historica y un imprescindible en cualquier discoteca que se precie.
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