Sigur Rós es una banda de post-rock formada en la ciudad de Reikjavik, Islandia. Si bien su música está encasillada en el mencionado género, su estilo le es originalmente propio y sus composiciones se caracterizan por tener melodías muy minimalistas, etéreas y atmosféricas, siempre acompañadas por líricas en islandés o en el "idioma" inventado por el grupo llamado vonlenska. Desde sus comienzos, Sigur estaba compuesto por Jón Þór Birgisson (guitarra y voz), Georg Hólm (bajo) y Ágúst Ævar Gunnarsson (batería). Posteriormente, en 1998 ingresó en la banda Kjartan Sveinsson (teclados) y Ágúst fue reemplazado un poco más tarde por Orri Páll Dýrason. Cada miembro del grupo tiene un alias. Águst era Gustur, y Jónsi es Frakkur (nombre con el que desarrolla su carrera en solitario). Los dos aparecen en la letra de Flugufrelsarinn.
En Ágætis byrjun, Sigur Rós se despegaron definitivamente de las pinceladas de shoegaze que habían exhibido anteriormente y desarrollaron un sonido propio e inconfundible, casando como pocos las atmósferas de cristalina delicadeza con el rock más embriagador. Puede que en ello tuviera que ver la incorporación de Kjartan Sveinsson al grupo, ya que se trataba del único Sigur Rós con formación musical previa, y desde entonces se ha encargado de muchos de los arreglos de cuerda para el grupo.
El disco configuró definitivamente el inimitable sonido de esta banda y que es fundamental para comprender, no solo el sonido de esta peculiar formación, sino gran parte de la música que se ha hecho en lo que llevamos de siglo XXI. Se popularizó a través de un internet que en aquélla época se cimentaba en foros y listas de correo para realizar su labor de boca a boca. Tardó casi un año en publicarse en Reino Unido, y otro más en ser distribuido en Estados Unidos, pero, desde entonces, todo han sido loas para esta joya del post-rock.
Agaetis byrjun es un punto de encuentro fundamental de la música que se pretende y se siente grande, intrépida, necesaria. Al igual que los canadienses Godspeed You! Black Emperor, Sigur Rós construyen pasajes y paisajes donde prima, por encima de todo, la emoción del momento. No importan los medios (se usan innumerables instrumentos), las formas (el tiempo deja de importar) y el contenido (la música es rock, pop, ambient, post-rock, clásica, noise...). Aquí no hay peajes. Artífices de un trabajo sublime y subliminal, los miembros de Sigur Rós sólo ponen límites a la limitación, sólo ponen frenos a las barreras. Por eso su legado huye de la etiqueta y el encasillamiento asequible. Elegidos por Radiohead para telonear sus actuaciones europeas, Sigur Rós se sumergían en las aguas, turbias pero cristalinas, de la contracorriente, las que una y otra vez niegan, desprecian y ridiculizan el momento que nos está tocando vivir a día de hoy. Su disco está contagiado de lirismo, emoción, intensidad y ensoñación.
El título del álbum provino de un amigo que escuchaba la primera canción que habían escrito para el álbum, que se convertiría en la canción Ágætis byrjun. Después de escucharla, dijo que era "un buen comienzo"; y la frase hizo fortuna en los miembros del grupo, que no paraban de repetirla, adoptándola finalmente para titular el álbum. Ágætis byrjun es en realidad un juego de palabras, ya que aunque ágætis significa algo muy bueno; según Georg "la gente joven tiende a usarlo ahora para referirse a algo mediocre, con lo cuál cada uno puede quedarse con el sentido que quiera: puede ser un comienzo muy bueno, o un comienzo que, simplemente, no está mal".
Sigur Rós comenzaron apresuradamente la grabación de Ágætis byrjun en agosto de 1998, con una fecha de lanzamiento programada para octubre de 1998. La forma de grabar el disco fue bastante inusual: primero se grabó la batería y el bajo. Luego se hicieron arreglos sobre esta base, capa por capa. Pronto se dieron cuenta de que nunca se sentirían satisfechos con la calidad del álbum si lo publicaban en la fecha prevista, y se dieron más tiempo para el lanzamiento. aprovechando para afinar el disco, siendo cambiada la fecha de lanzamiento a junio de 1999.
A mediados de junio de 1999 fue lanzado el álbum siendo presentado mediante una actuación en el Teatro de la Ópera Islandesa de Reykjavic, con un setlist de la banda que consistía en muchas canciones que no formaban parte de Ágætis byrjun. El concierto supuso la despedida del baterista Ágús, para dedicarse a su futura carrera como diseñador gráfico. Tras su salida, Orri Páll Dýrason ocuparía su lugar en la batería.
Después de ser lanzado con limitada publicidad, el álbum ganó rápidamente exposición en las emisoras de radio de Islandia y pasó el otoño de 1999 subiendo en las listas de álbumes islandesas, llegando finalmente al al número 1, donde descansó durante varias semanas. Después de su sorprendente éxito en Islandia, el álbum posteriormente ganó una fuerte audiencia internacional con numerosos artículos en muchas publicaciones prominentes, despliegue publicitario en foros de internet y blogs, así como a menudo exuberantes alabanzas críticas. Ágætis byrjun pudo estar disponible para el resto del mundo en 2000, cuando Fat Cat lanzó el álbum en Reino Unido, y en 2001, cuando Pias Recordings lanzó el álbum en Norteamérica.
Ágætis byrjun fue un álbum sorprendente, pues casi nadie esperaba que el álbum de una banda desconocida de cuatro tímidos islandeses de apenas 20 años cantando en islandés se convertiría en un fenómeno musical en todo el mundo. El sello discográfico proyectó el álbum para vender 1500 copias, y hasta la fecha ha vendido varios millones de copias. Por ello, la irónica afirmación de la banda en su sitio web en 1999 no parece tan loca después de todo: "simplemente vamos a cambiar para siempre la música, y la manera en que la gente piensa sobre la música. Y no creemos que no podamos hacerlo, lo haremos". El hecho de que hayan conseguido hits en Islandia con este espectacular soul orquestado habla de su poder y la credibilidad de los islandeses.
Si se toca el tema Intro al revés se puede escuchar la versión instrumental de Ágætis byrjun, Del mismo modo, Starálfur reproducida al revés no varía musicalmente, las cuerdas son palindrómicas; son las mismas hacia delante y hacia atrás. El grupo no lo considera un secreto: "así es como queríamos que fuera", explica Georg. "Pero tampoco tenía sentido explicarlo a la gente. Es parte de la libertad creativa, simplemente hicimos lo que queríamos".
Sigur Rós ganaron un premio Iceland Music y el premio Shortlist Music de 2001 por este álbum, que ha vendido más de 10 mil copias en Islandia, siendo certificada la banda con status de platino.
Las diez canciones del álbum incluyen algunas autorreferencias: la introducción contiene piezas de mensajes al revés de la canción Ágætis byrjun, y la última canción, Avalon, consiste en una toma diferente de un pasaje instrumental de Starálfur que se redujo a alrededor de un cuarto de su velocidad original.
Todos los vocales se cantan en islandés, excepto los de Olsen Olsen y la última sección de Ágætis byrjun, que se cantan en la lengua de jerigonza vonlenska (traducido al inglés como hopelandish), nombre que proviene de la primera canción en que lo utilizaron: Von. En realidad no se trata de un idioma, sólo se trata de usar la voz como un instrumento más. Por ejemplo, en Von, Jónsi sólo murmuraba variaciones del título de la canción de forma espontánea. Según ellos mismos comentaban, “una de las cosas más curiosas de cantar en vonlenska es que en los conciertos vemos gente cantando las canciones. Siempre nos preguntamos qué estarán cantando, si no saben lo que estamos diciendo… Es una prueba más de que lo verdaderamente importante no son las letras, sino la melodía”. El siguiente álbum de Sigur Rós, (), utilizó vonlenska exclusivamente para sus vocales.
En cuanto a las posibles interpretaciones del disco, afirman que "Ágætis byrjun es como un pequeño libro, y por tanto debería escucharse como un todo". El tema de fondo en Ágætis byrjun es la historia de un amor no correspondido, desde su comienzo con Svefn-g-englar hasta su muerte en Viðar vel tl loftárasa. "El disco empieza con el nacimiento de un niño", explica Jónsi, "refleja el nacimiento de una relación, es como volver a nacer".
Sigur Rós ensamblaron y pegaron juntos los cajas de la primera impresión de Ágætis byrjun ellos mismos. Como resultado de ello, muchos de los CDs quedaron inutilizables debido a las manchas del pegamento.
Se realizó un aclamado vídeo musical para Viðrar vel til loftárása. Las canciones del álbum también han aparecido en bandas sonoras; Starálfur apareció en The life aquatic with Steve Zissou y la película ganadora del premio Emmy de televisión de 2005 The girl in the café. Svefn-g-englar fue utilizada en Vanilla sky, entre otras. La canción Flugufrelsarinn fue arreglada por Stephen Prustman para Kronos Quartet y está disponible en su lanzamiento solamente mediante descarga Kronos Quartet plays Sigur Rós.
Ágætis byrjun fue situado por Pitchfork Media en el número 2 en su lista Los mejores álbumes de 2000 y en el número 8 en su Top 200 de álbumes de la década de 2000 publicada en octubre de 2009. En diciembre de 2009, Rolling Stone situó a Ágætis byrjun como 29º mejor álbum de la década de 2000. En la Classic Special Edition Pink Floyd & The story of prog rock de Q y Mojo Classic, el álbum llegó al número 27 en su lista 40 cosmic rock albums. En una lista elaborada con los mejores discos islandeses del pasado siglo, Ágætis byrjun fue elegido el número 1, por delante de Debut de Björk.
En 2009 se anunció que sería lanzada una edición deluxe para conmemorar el décimo aniversario de la publicación internacional de Ágætis byrjun, cuyo lanzamiento fue finalmente programado para principios del verano de 2015, e incluyendo material de estudio inédito y grabaciones en vivo, así como material fotográfico y documental de sus archivos personales.
La tradición popular islandesa habla sobre la gente oculta que viven en los riscos y lava de las escarpadas montañas. Descendientes del espíritu del antiguo guardián, la gente oculta se presenta de muchas formas. Los pequeños blómaálfar viven de flor en flor, mientras que los búaálfar comunes residen en las granjas. Incluso en esta era moderna de teléfonos móviles y helicópteros, los islandeses siguen creyendo que el pueblo oculto existe todavía en algún lugar. Que un pueblo moderno pueda tener fe en esa fantasía puede explicarse en gran manera por una pesada tradición de la mitología nórdica y un impresionante y crudo paisaje. La música indígena de Sigur Rós sólo puede perpetuar tal religión.
El álbum empieza sumergido. Pings de sonar suenan en eco líquido, invisible, pero aplastando como el volumen de un océano. Un órgano de catedral gime con unos ritmos de tambor asemejando una inmersión. Un violín abre las fauces de una enorme guitarra, propagando el ruido en nubes de sangre.
Una sección de cuerdas encera el álbum moviéndose de Svefn-g-englar a Starálfur. Los instrumentos de cámara revolotean alrededor de tambores esqueléticos y un bajo sepulcral. Las canciones rompen en frágiles interludios acústicos donde la voz de Birgisson se hiela a través del altavoz.
Ný batterí se abre con una banda desarticulada de trompetas apagadas. El sonido se licúa en remolinos cromados de un relajante bajo. Finalmente, la canción estalla en capas de tambores silbantes.
Calificar esta música como post-rock no sería adecuado; Sigur Rós son precursores de los sonidos del nuevo siglo. Piano, flautas, trémolo, trompetas, feedback y esa increíble voz piadosa frota el puro soul con las negras arenas volcánicas de las playas de Vík. Sigur Rós, sin aparente esfuerzo, hacen música masiva, glacial y austera. Son personas ocultas.
Sin embargo, es Ny batteri la que marca un cambio significativo en el álbum. La canción es poderosa y más que cualquiera de las anteriores compuestas por el grupo. Sigur Ros utilizan sutileza y suspense durante los primeros cinco minutos, dando paso después a los lamentos de Jonsi y a grandilocuentes trompetas y sección de cuerdas. Hjartað hamast (bamm bamm bamm) es un tema más del álbum, con un teclado bebop y armónica dando paso a un tenue canto de Jonsi más reducido que nunca. Sin embargo, la densidad de la canción da un sentido atmosférico algo increíble, que la hace más agradable.
Viðrar vel til loftárása es una de las mejores piezas del álbum, que podría verse como el tema más “post-rock” del disco por su principio a piano y orquesta que va creciendo en decibelios a medida que avanza la canción hasta su épico y decibélico final. La canción cuenta con más énfasis en la instrumentación que cualquier otra canción y el trémolo lleno de clímax es sublime. Las cuerdas y la guitarra se colapsan sobre sí mismos, con angustiosos violines y violonchelos desincronizándose, proporcionando al final de la canción una sensación de desesperación. El título de la canción, Viðar vel tl loftárasa ("buen tiempo para un ataque aéreo") lo extrajeron de un comentario sarcástico que hizo el hombre del tiempo en la televisión islandesa durante la guerra de Kosovo.
Olsen Olsen, a pesar de la excelencia mostrada por cada canción hasta entonces, es un monstruo completamente diferente. Abarcando todo lo que es Sigur Ros, la canción navega sin problemas, pero supone una cumbre en el álbum. Un distante Jonsi canta sobre el simple rasgueo de guitarra de Kjartan Sveinsson, mientras varias capas vocales se introducen para dar a la canción una gran sensación de profundidad y redondez. Un pequeño violín añade un buen toque también. El piano entra y la canción llega al momento más increíble del álbum. Los golpes de teclas, la trompeta a todo volumen, el glissando del trombón y el coro inmaculado crean un segmento musical intensamente hermoso y cautivador. Se dijo (probablemente como broma) que la canción Olsen Olsen fue escrita para ser cantada por Stina Nordenstam. Este tema está cantado en hopelandish.
Hermoso y extraño, Ágætis byrjun parecía sumido en una Atlántida donde lenguaje, género y formas de las canciones estaban en gran medida indeterminadas. Sigur Rós conjuró magia con drones, utilizando cuerdas, metal, electrónica y guitarras que llevaron las técnicas de Jimmy Page a nuevas alturas. Pero la sensacional voz de otro mundo de Jónsi Birgisson se precipita entre confesiones de tenor y ballet de falsete.
En la primera escucha, el álbum recuerda a muchos maestros anteriores de dream-rock. Los rubores de guitarra serrada de Svefn-g-englar recuerdan el sonido noise de Bardo Pond; mientras Staralfur, con sus cuerdas suspirantes y ligerísima psicodelia, captura la belleza biliosa de Mercury Rev. En otros lugares, El intuitivo sentido de la dinámica de Sigur Rós sugiere los espíritus afines de Mogwai, así como el drama-dron de las cuerdas de Hjartad Hamast recuerda la grandilocuencia de presagios de los últimos Spiritualized.
Fuentes: http://es.wikipedia.org, http://sigur-ros.co.uk, http://en.wikipedia.org, http://www.ocnos.com, http://www.mondosonoro.com, http://www.espacio3.com/grasa, http://www.bsides.es, http://gigadiscos.blogspot.com.es, https://lasonotheque.wordpress.com, http://cabezademoog.blogspot.com.es, http://photographiedemode.blogspot.com.es, http://www.alejandrofuster.com, http://pitchfork.com, http://www.sputnikmusic.com, http://www.rollingstone.com, http://www.nme.com, http://www.allmusic.com, http://persimusic.com, http://rincondesconexion.blogspot.com
Lista de canciones
1.- Intro
2.- Svefn-g-englar [Sonámbulos o ángeles sonámbulos]
3.- Starálfur [Un elfo mirando]
4.- Flugufrelsarinn [Salvador de moscas]
5.- Ný batterí [Pilas (o baterías) nuevas]
6.- Hjartað hamast (bamm bamm bamm) [El corazón late con fuerza)]
7.- Viðrar vel til loftárása [Buen tiempo para un ataque aéreo]
8.- Olsen Olsen
9.- Ágætis byrjun [Un buen comienzo]
10.- Avalon
Vídeos:
Intro - Sigur Rós
Svefn-g-englar - Sigur Rós
Starálfur - Sigur Rós
Flugufrelsarinn - Sigur Rós
Ný batterí - Sigur Rós
Hjartað hamast (bamm bamm bamm) - Sigur Rós
Viðrar vel til loftárása - Sigur Rós
Olsen Olsen - Sigur Rós
Ágætis byrjun - Sigur Rós
Avalon - Sigur Rós
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