domingo, agosto 09, 2015

Grandes álbumes: MARK LANEGAN - Field songs

Field songs es el quinto álbum en solitario de Mark Lanegan, ex-vocalista de los Screaming Trees, lanzado en 2001 por el sello Beggars Banquet. En los discos en solitario de Lanegan no queda casi rastro de aquel grupo, de aquel cruce intenso de los Stooges, Led Zeppelin y la psicodelia. Tan sólo permanece un cierto gusto por el cancionero tradicional americano y las atmósferas oscuras. Y su característica voz.

Con Lanegan intervienen sus colaboradores habituales Mike Johnson (ex-Queens Of The Stone Age, Dinosaure Jr.) y Ben Sheperd (bajista de Soundgarden), además de Bill Rieflin (KMFDM, Lard, Ministry), Duff McKagan (Velvet Revolver, Gun’s N’ Roses) y la ex esposa de Mark, también cantante, Wendy Rae Fowler, y otros músicos entre los que destacan John Agnello y Martin Feveyear, quienes grabaron y mezclaron el disco en diferentes estudios de Seattle y Los Angeles. También hace una aparición en She done too much el productor de muchísimas bandas, Chris Goss (Masters of Reality).

El ex-cantante de los Screaming Trees ha desarrollado una carrera en solitario que se basa en el impacto escalofriante de su voz profunda y oscura. Tanto si ofrece un conjunto de covers, como en su anterior lanzamiento I'll take care of you, o expresa sus visiones ominosas con sus propias composiciones escritas por él mismo, es la voz todo lo que lo une. Los pianos pasan flotando. Las guitarras acústicas juguetean de fondo. Todo con la apariencia de la forma de un pequeño grupo. La retroalimentación estalla cuando las guitarras eléctricas cogen velocidad y agresividad.

Lanegan construye discos a la antigua: son obras basadas en un puñado de grandes canciones, una producción escueta, al servicio de las mismas, y un vocalista, un intérprete que convierta la grabación en algo único e inolvidable, que se marque a fuego en la piel del oyente.

Mark Lanegan es mejor conocido por su etapa como vocalista de los Screaming Trees. Sin embargo también se ha ido creando una sólida carrera durante los últimos años con discos en solitario que resaltan su amor por el blues y el folk americano. Field songs, su quinto álbum, continúa en esa línea con una colección de tristes y entusiastas canciones de amor y pérdida.

Lanegan utiliza su voz ronca y oscura con buenos resultados, especialmente en las canciones destacadas como One way street y Don't forget me, normalmente respaldadas por las más sencillas guitarras acústicas con ruidos grunge no identificables o algún órgano sutil para añadir ambientación.

En Field songs, Mark Lanegan sigue cantando con su tremenda voz ahogada en whisky y tabaco sobre guitarras acústicas y arpegios de guitarra eléctrica con arreglos oscuros. Pero la diferencia con los álbumes anteriores es su intento de componer bellas melodías de la parte más clara del espectro musical como en Kimiko's dream house y Pill Hill serenade. Sin embargo, temas como Field song se inmersionan más en las profundidades.

El álbum representa una expansión del estilo habitual de Lanegan. Mientras conserva el ambiente acústico de sus anteriores esfuerzos en solitario, Field songs incorpora influencias del Medio Oriente (No easy action) así como paisajes musicales experimentales (Miracle, Blues for D) que alimenta las comparaciones de los críticos con Tom Waits. La voz áspera de Lanegan en Don't forget me y Fix se ve equilibrada por su delicada interpretación en Kimiko's dream house y Pill Hill serenade, que podría ser la canción más triste del repertorio del cantante.

Mark Lanegan, como artista en solitario, escribió música con los pies firmemente plantados en suelo americano añejo. En el transcurso de cuatro álbumes en solitario desde 1990, su descarnado blues, country y folk se ha orientado progresivamente hacia las raíces, incrementando la sofisticación. La determinación de Lanegan para perfeccionar su sonido culminó con I'll take care of you (1998), un álbum de covers que iba de Buck Owens a Jeffrey Lee Pierce, pero logrando unificar a todos ellos.

Field songs es más de lo mismo, con la novedad de que Lanegan volvía a escribir material original. Se trata de sub-pop en el sentido literal: música hecha en la época del pop/rock con influencias anteriores a la época en que fue concebida. Pero también ampliaba su paleta sónica, aunque Lanegan seguía mostrando su sonido oscuro marca de la casa, y seguía siendo el mismo hombre atormentado que cantaba folk, blues y country para los deprimidos y oprimidos. Incluso con atmósferas profundas, sin embargo, contenidas en el trabajo (como en One way street), sigue cantando líneas como "I drink so much sour whiskey, I can hardly see" (bebo tanto whisky sour, que casi no veo).

Field songs son doce canciones, unas mejores que otras. Ya desde el comienzo, nos da un mazazo con la enorme y genial One way street ("Oh the glorious sound / Of the one way street / And you can't get / Can't get it down without crying").

La música roza lo acústico, se electrifica por momentos, pero pesa el intimismo por encima de cualquier otra cosa. La emoción es la carta que elige jugar Lanegan a la hora de cantar, limpio a veces, con su rasposidad a lo Waits en otras ocasiones. Y siempre cumple, con creces. Por momentos, la tristeza se hace patente (como en Pill Hill serenade, "sad, sad, sad"). A veces, parece ver sobrevolar el espíritu de Jeff Buckley (sin la voz de barítono de éste), especialmente en Resurrection song: “I know that sleep walking too / In trying to be free / Of all this damage in my eyes / Making confusion in my mind / When I hear a resurrection song”.

Con las contribuciones instrumentales fundamentales de Mike Johnson y Ben Shepherd, la clave de todo está en esa voz robusta, profunda, castigada pero orgullosa de Lanegan. Como un Johnny Cash con más registro, Lanegan parece cargar en ella con todo el peso de una vida que se adivina intensa y no ajena a la pena.

Eminentemente acústico, lento y melancólico, el repertorio de Field songs se aferra simultáneamente a la tradición musical americana y al alma de Lanegan, y consigue convertirse en un gran disco. Canciones como Low, Resurrection song, Don´t forget me, Kimiko´s dream house (escrito con el difunto cantante de Gun Club, Jeffrey Lee Pierce), One way street, Pill Hill serenade (con su irresistible tono soul), que bordean los tópicos sin caer en ellos por la pura y dura verdad que contienen.

Field songs es el trabajo más maduro de Mark Lanegan y tiene la elegancia instrumental de su predecesor I´ll take care of you, pero aportando la calidad de Lanegan como compositor. El disco fusiona canciones de espeluznante melodía como One way street o Don´t forget me, y canciones con muchas gotas de Strawberry fields y psicodelia Sydbarretiana, envuelto todo ello, en una deliciosa crema acústica. Las guitarras son limpias y claras en Resurrection song y Low (como en la mayoría de las canciones de su anterior trabajo I´ll take care of you), preciosamente saturadas en la instrumental Blues for D co-compuesta junto a Ben Shepherd (como lo están las de Scraps at midnight) y desgarradoras estilo Velvet Underground al final de Field song.

Reposado e intenso, una obra triste y meditativa en su tono global, el álbum está casi enteramente basado en el folk, con la excepción de No easy action, una dramática canción rock estilo Afghan Whigs completada con un coro de sirenas. Pill Hill serenade es una conmovedora balada que recuerda la imponente versión de Lanegan de Consider me de Eddie Floyd & Booker T. Jones del disco I'll take care of you. Canciones como la misteriosa y amenazadora Miracle, la tortuosa Don't forget me y la ominosa Field song son oscuras deconstrucciones de blues de tono menor a la manera de Tom Waits y Nick Cave. En contraste, Kimiko's dream house tiene una melodía flotante arrastrada por la voz dura de Lanegan. Resurrection song es un lamento inquietante profundo. Lanegan no tiene tiempo para confesiones personales. Por el contrario, sus canciones entregan mensajes universales sobre el amor fallido y el tormento.

Pero lo que hace irresistible a este disco es la secuencia de sus tres temas finales. El atmosférico instrumental Blues for D da paso a esa miniatura llamada She done too much, para acabar con el plato fuerte de la función, el estupendo Fix.

Predominantemente acústico, con un toque sensual y lento, es uno de esos álbumes que arrastran sutilmente al oyente en su conciencia, que carece de la inmediatez de su anterior trabajo, pero que asegura una mayor longevidad. Desde las guitarras acústicas y espeluznantes atmósféras de One way street a la asistida por Duff McKagan, Fix, hay muchos fantasmas en estas canciones, como dolor, inseguridad, rabia y represión. No easy action, la canción más optimista, es algo tensa y turbulenta con una gran vocal femenino. La voz de Lanegan se eleva y construye contra una vorágine barrida de steel guitar y mellotron, liberando lentamente y alcanzando la cumbre en la última estrofa. Su voz está en todas partes, ya sea en la folk Resurrection song o en la semiépica con sabor a Neil Young Kimiko's dream house, pero no hay duda de que Lanegan mantiene un completo control en el más logrado de sus cinco discos como solista. Field song es impresionante y se va desvaneciendo con un riff de guitarra asemejando casi un trabajo en progreso durante sus dos minutos de duración, mientras que Pill Hill serenade es un punto culminante de órgano impregnado de melancolía que muestra un lado más liviano a la voz. Incluso sin su voz, el instrumental Blues for D es una rebanada de espeluznante e hipnótico folk americano.

Fuentes: http://www.sysvisions.com, http://sacudiendo-la-colina.blogspot.com.es, http://en.wikipedia.org, http://www.allmusic.com, http://www.nme.com, http://pitchfork.com, http://josenavasheredia.blogspot.com.es, http://muzikalia.com, http://www.nme.com, http://cwas.hinah.com, http://rateyourmusic.com, https://itunes.apple.com, http://www.musicomh.com, http://rincondesconexion.blogspot.com

Listado de canciones:

1.-   One way street
2.-   No easy action
3.-   Miracle
4.-   Pill Hill serenade
5.-   Don't forget me
6.-   Kimiko's dream house
7.-   Resurrection song
8.-   Field song
9.-   Low
10.- Blues for D
11.- She done too much
12.- Fix

Vídeos:

One way street - Mark Lanegan


No easy action - Mark Lanegan


Miracle - Mark Lanegan


Pill Hill serenade - Mark Lanegan


Don't forget me - Mark Lanegan


Kimiko's dream house - Mark Lanegan


Resurrection song - Mark Lanegan


Field song - Mark Lanegan


Low - Mark Lanegan


Blues for D - Mark Lanegan


She done too much - Mark Lanegan


Fix - Mark Lanegan

2 comentarios:

bernardo de andres dijo...

Un grandisimo disco que permite alzar a Lanegan a la altura de gente como Jeff Buckley como compositor

JL dijo...

Una de las mejores voces de la actualidad en un disco bastante completo. No sé si será su mejor disco, pero sí que está muy logrado. Saludos, Bernardo.