Parallel lines es el gran disco pop del punk antes de que las grandes discográficas descubrieran que el éxito comercial de Sex Pistols, Blondie, The Stranglers y tantos otros no había sido casualidad. Puede ser considerado uno de los discos fundadores de la new wave (en la que se inscribirían más tarde bandas como Talking Heads), con melodías más suaves que las del punk, letras más elaboradas, pero igual actitud corrosiva. Parallel lines fue el álbum que estableció a Blondie como una de las bandas más grandes del mundo y los reyes de la new wave, convirtiéndose Debbie Harry en la reina. Con su hermosa apariencia, que muchos agraciados mostraron en un póster en la pared de su dormitorio de adolescentes, y su voz inconfundible, ella era la cara y la voz de la banda. En casi todos los pósters, portadas e imágenes de la banda aparecía ella tan profusamente que gran parte del público pensaba que ella era Blondie.
Parallel lines contiene algunas de las canciones más exitosas del grupo, como Hanging on the telephone, One way or another, Sunday girl o Heart of glass. Incluye también un par de temas experimentales, Fade away and radiate y I know but I don't know, el primero de los cuales cuenta con la colaboración en la guitarra solista de Robert Fripp. La canción Pretty baby se inspiraba en el personaje de Brooke Shields en la película homónima.
El primer single de Parallel lines contiene dos versiones del grupo The Nerves incluídas en el mismo. Como cara A, Hanging on the telephone, y en la B, Will anything happen, y después se fueron editando en Reino Unido y Estados Unidos distintos singles hasta cinco de los doce temas del álbum, alarde que se pueden permitir pocas bandas. El más destacado fue Heart of glass, canción que transporta definitivamente a Blondie, ya en 1979, de las pistas del CBGB a las de Studio 54, situándolos en los puestos más altos de la popularidad a todos los niveles.
Tomando su nombre a partir de una canción de Blondie inacabada, Parallel lines se ubicó en el número 140 de la lista de Rolling Stone de Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, en el número 18 en la lista de NME de Los 100 mejores álbumes de todos los tiempos, y número 7 la lista de Blender de Los 100 mejores álbumes americanos de la historia. Parallel lines ha vendido más de 20 millones de copias a nivel mundial.
El álbum fue reeditado y remasterizado en 2001 con cuatro bonus tracks. En 2008 se reeditó de nuevo como edición 30º aniversario Deluxe para coleccionistas, con cuatro bonus tracks diferentes a los de la edición de 2001, y un DVD adicional. En 2010 el diario Mail on Sunday ofreció una nueva versión del disco a sus lectores, con dos nuevas canciones adelanto de su nuevo álbum Panic of girls, que sería publicado en 2011.
Cuando Blondie se formaron en 1974 por Harry y su entonces pareja, el guitarrista Chris Stein, poco indicaba que llegarían a ser grandes estrellas mundiales. Las canciones eran básicas, y los componentes del grupo eran aficionados. La banda interpretaba en el CBGB, un club nocturno de Nueva York que generalmente "olía a cerveza, Chanel 5 y mierda de perro" (esto era debido a que el dueño de la discoteca, que nunca entró a sus perros, les dejaba correr alrededor de la discoteca, donde nadie controlaba lo que hacían). Pero poco a poco la banda fue desarrollándose, y publicaron su primer álbum Blondie en 1976, llegando al Top 10 en Australia con In the flesh. Su segundo álbum, Plastic letters, con el favorito de los fans Denis, consiguió el número 10 en Reino Unido. Pero fue Parallel lines el trabajo que les daría la fama y su lugar en la historia de la música.
"Blondie es una banda", se podía leer en los comunicados de prensa iniciales del grupo. La intención de este lema era clara, así como la necesidad de hacerlo: "es un consumado montón de músicos, un grupo sólido, compacto, versado en todo, desde el surf al punk, a la música de grupos de chicas o a la primera new wave", parecía querer decir, "pero, oh, estoy seguro de que no podemos evitar centrar el foco en la rubia cantante Debbie Harry". En América, sin embargo, la gente no conoció al grupo tan rápidamente. Sus dos primeros discos, su afilado debut Blondie, y su relativamente débil seguimiento Plastic letters, dio a luz un par de hits Top 10 en Reino Unido, pero sólo habían sido éxitos menores en Estados Unidos, donde su disco de debut no entró en las listas, mientras Plastic letters llegó a duras penas al Top 75. A pesar del marketing inteligente (el grupo filmaba vídeos para cada uno de sus singles, con icónicas portadas mostrando fotos duocromáticas), su tercer álbum Parallel lines no despegó hasta que el grupo editó Heart of glass, un single que hizo que abandonasen sus raíces en CBGB para convertirse en el centro de atención de Studio 54. Aunque sus sutiles encantos incluyen un burbujeante ritmo, exuberantes sintetizadores y notablemente controlados y seguros vocales de Harry, Heart of glass comenzó como una broma, y favoreció el despegue en la vida nocturna de lujo fuera del territorio habitual de Blondie hasta entonces.
Blondie volvieron al productor de pop británico Mike Chapman para su tercer álbum, en el cual abandonaron cualquier pretensión de legitimidad de la new wave (justo a tiempo, cuando comenzaba el declive de este movimiento) y surgió como una banda pura de pop. Pero no fue sólo la producción de Chapman lo que hizo de Parallel lines el mejor álbum de Blondie. Fueron las propias composiciones de la banda, incluyendo las de Deborah Harry, Chris Stein, Picture this de James Destri, Heart of glass de Harry y Stein, One way or another de Harry y el nuevo bajista Nigel Harrison, además dos versiones de Jack Lee, Will anything happen y Hanging on the telephone. Todo ello fue suficiente para dar un número 1 a Blondie en ambos lados del Atlántico con Heart of glass y más éxitos en Reino Unido, pero lo que más impresiona es la coherencia y profundidad del álbum, con canciones como Fade away and radiate y Just go away tan impresionantes como las canciones elegidas como singles. El resultado es un escaparate de arte pop-rock allá por 1978, con el glamour de chica dura de Harry estableciendo el patrón que podría ser explotado durante la próxima década por una multitud de sucesoras lideradas por Madonna.
Blondie, así como contemporáneos suyos como The Cars y los primeros artistas new pop de Reino Unido, se especializaron en música para asaltar las listas creada por y para adultos, un truco que casi ha desaparecido del panorama pop. Parallel lines, sin embargo, es prácticamente un proyecto para un producto con estas características: Picture this y One way or another son exuberante new wave, mucho más liberadas e independientes que las canciones estereotipadas y rígidas que iban a caracterizar ese sonido en los años 80; Will anything happen? y el cover que hizo la banda de Hanging on the telephone de The Nerves, son rock obstinado; 11:59 es un drama de una huida hacia delante, mientras Sunday girl transmite una sensación de elegancia. Lo más cercano del disco a una balada, la inspirada Fade away and radiate, tiene una gran deuda con el pop-art de Roxy Music.
La misma Harry era una cantante amanerada y compleja, poseída de una gama de trucos vocales y manierismo. Ella se sentía como en casa dando vueltas en los espacios abiertos de Radiate o Heart of glass como si estuviese haciendo pucheros y guiñando el ojo a través de Picture this y Sunday girl o trabajando al frente de las canciones con más carga del grupo. Esa versatilidad y encanto se extendían a su sexualidad, con ese tipo de gamine (muchacha delgada y con aspecto de chico), sofisticada mira de actriz de la new wave francesa, pero siempre pareciendo perfectamente con los pies en la tierra y accesible, accesibilidad que fue sabiamente interpretada en la elección por la banda de los covers clave a lo largo de su carrera, Hanging on the telephone, Denis y The tide is high, en cada una de ellas con Harry adoptando un papel de perseguidora romántica con una profundidad y variada gama de emociones en lugar de simplemente como una fantasía inalcanzable.
Ya treintañera, un poco mayor para los estándares de la música pop, cuando Blondie lanzó su álbum de debut, Harry (y muchos de sus compañeros de grupo) ya contaban con años de experiencia en la industria de la música; a la vuelta de la siguiente década, combinarían los impulsos del pop y el arte como pocas bandas ni antes ni después. El sonido brillante y exuberante de Blondie todavía influye enormemente en el pop europeo, según se evidencia por los mejores recientes artistas y arquitectos del pop (los productores Richard X y Xenomania, más Robyn, Girls Aloud y Annie); en América, sin embargo, el grupo continúa extrañamente ligado al pasado, permaneciendo como un producto de su época. Incluso el lanzamiento de este disco para su 30º aniversario se basa en la necesidad de intentar llevar a los primeros planos la atención sobre el grupo, incluyendo una nueva portada para el álbum, así como un DVD con cuatro videos de espectáculos de televisión y un cuarteto de extras que no aportan nada nuevo, la versión 7" de Heart of glass, una versión francesa de Sunday girl y un par de remixes.
Con Parallel lines, Blondie deja el preciosismo melancólico de sus discos anteriores y se muestra como un ambicioso grupo de pop-rock o de rock & roll con una vocalista pop llena de energía llamada Deborah Harry. En el pasado, Harry siempre había logrado hacer una virtud de su estilo de voz rígido, severo, y que se complementaba a la perfección con la interpretación recortada y cruda de Blondie. Pero las melodías eran con frecuencia lúgubres y demasiado involucradas con una desesperación warholiana que tomaba la forma de engaño continuo inexpresivo.
A lo largo de Parallel lines, sin embargo, los ganchos en cascada y la voz a todo pulmón de Harry dan al sonido del grupo una nueva expresividad. En montañas rusas pop como Pretty baby y Sunday girl, sus descensos en picado y la guitarra y batería de acompañamiento revelan revelan a entusiastas niños detrás de la pose de cínicos artistas. El productor Mike Chapman mezcla la guitarra de Chris Stein justo al lado de la voz de Deborah Harry, y cada una de estas doce canciones cortas con tonos acres construyen su propia pequeña epifanía del pop, de chica de grupo descarada (Pretty baby) a la sordidez de los Rolling Stones (Just go away). En Sunday girl se percibe la sonrisa que Harry nunca expone en sus cortos publicitarios, y la canción es un triunfo del hard-rock. La ternura de la cantante contiene la picadura de la amargura, mientras que la melodía alegre es hecha ominosa por la intensidad de la guitarra principal de Stein.
Como si estuviese elaborado para conducir el nuevo rango de Blondie, Sunday girl es seguida por Heart of glass, un apareamiento entre Kraftwerk y Donna Summer que añade a humanidad al ritmo de las máquinas y dureza de acero a la implorante narradora femenina. Y esta trascendencia de todos los estereotipos románticos que Deborah Harry abraza, hace de Parallel lines tan continuamente agradable y móvil. Harry ya no es la zombie sexy, y no sufrirá ningún abuso más sin mostrar desprecio por sus abusadores. Su descarnado I'm gonna getcha (en One way or another) y el despido sardónico entero de Just go away son florituras ingeniosas que, en el curso de este estimulante LP, llegan a parecer realmente valientes.
El álbum comienza con Hanging on the telephone, un cover de una canción de Jack Lee, que es innegablemente pegadiza y el tipo de canción que martillea en la cabeza durante días y muestra algunas de las raíces punk de Blondie. La segunda canción es el clásico y emblemático One way or another, una canción sencilla sobre alguien acechando a una persona que le atrae, con riffs de guitarra agresiva y la voz de Debbie gritando "I'm gonna getcha getcha getcha getcha!" hacen de ella un clásico atemporal. La siguiente canción es Picture this, una canción de amor llena de románticos deseos de Debbie (presumiblemente con su pareja, el guitarrista Chris Stein). Continúa con Fade away and radiate, una canción muy diferente de las tres anteriores, ya que es una canción lenta que al principio tiene un raro efecto de sonido y a lo largo de la canción tiene un riff de guitarra eléctrica inusual. Su colocación en la mitad del disco no parece aleatoria, porque es el tipo de canción que da mucho juego en medio de un álbum. La siguiente canción es Pretty baby, una canción edificante con un sonido de acompañamiento similar al que puede escucharse en Sunday girl, con una hermosa letra de Debbie, quien habla mucho en la canción, un posible precursor de la incursión de Blondie en el rap años después en The rapture. La última canción de la cara A del álbum es I know but I don't know, que empieza con sonidos más extraños, como los que pueden oirse cuando se trastea un teclado. Se trata de una canción más orientada al rock y extrañamente pegadiza, aunque el la voz masculina que acompaña a Debbie no deja lucir la voz encantadora de ésta.
La cara B del álbum empieza con 11:59, otra canción que empieza con un riff dramático, pero se suaviza de modo afinado en una canción con melodía agresiva, con potentes guitarras y teclados de Jimmy Destri que se combinan para hacer un gran sonido que combina melodía y las raíces punk de Blondie. Sigue el disco con otra canción bastante agresiva, Will anything happen, nuevamente con teclados salvajes y ruidosas guitarras eléctricas, dotando a la canción de un sentimiento musical ochentero. La siguiente canción es una favorita de los fans, Sunday girl, posiblemente una de las canciones más emblemáticas de Blondie. Es un clásico interpretado todavía a menudo en las emisoras de radio 30 años después de haber sido publicada. Continúa el disco con Heart of glass, auténtico himno de Blondie. Otro clásico del grupo, con un vídeo en que luce espectacular Debbie Harry. Mucha gente acusaba a la banda de venderse a la comercialidad con la canción, pero lo cierto es que tiene mucha calidad y Blondie hace en ella una amalgama de diferentes géneros (pop, punk, disco, rap, reggae). Retornan después a los agresivos teclados y guitarras con I'm gonna love you too, una buena canción, en la línea de 11:59 y Will anything happen. La última canción de este icónico álbum es Just go away, que líricamente es lo contrario de One way or another, con Debbie Harry cantando "Go away, just go away!". Rellena con las guitarras, teclados y batería habituales, es una buena canción, pero no un clásico atemporal.
Listado de canciones:
1.- Hanging on the telephone
2.- One way or another
3.- Picture this
4.- Fade away and radiate
5.- Pretty baby
6.- I know but I don't know
7.- 11:59
8.- Will anything happen?
9.- Sunday girl
10.- Heart of glass
11.- I'm gonna love you too
12.- Just go away
Edición remasterizada 2001:
13.- Once I had a love (aka The disco song) (1978 version)
14.- Bang a gong (Get it on) (Live)
15.- I know but I don't know (Live)
16.- Hanging on the telephone (Live)
Edición Mail on Sunday 2010:
17.- What I heard
18.- Girlie girlie
Vídeos:
Hanging on the telephone - Blondie
One way or another - Blondie
Picture this - Blondie
Fade away and radiate - Blondie
Pretty baby - Blondie
I know but I don't know - Blondie
11:59 - Blondie
Will anything happen? - Blondie
Sunday girl - Blondie
Heart of glass - Blondie
I'm gonna love you too - Blondie
Just go away - Blondie
Once I had a love (aka The disco song) (1978 version) - Blondie
Bang a gong (Get it on) (Live) - Blondie
2 comentarios:
Nunca entendí por qué hay gente que mete la palabra "punk" con grupos como Blondie, para mí al principio eran una banda de pop/rock, y después se pasaron a un pop más comercial...
A partir del Heart of Glass todo el mundo los conoció, aunque hay otros temas buenísimos, como el "telephone" que abre el álbum, y versioneado hábilmente en su día por los The Nerves:
http://www.youtube.com/watch?v=emy5mA8Ixtc
SaLu2 de un fan de la banda de la rubia.....
Correcto, Nunca fueron punk, en todo caso post-punk o punl-rock con un barniz de comercialidad a medida que subían en las listas de éxitos.
Este disco es abundante en buenos temas conocidos del grupo. Seguramente es su álbum más completo, e introducen una gran variedad de estilos que hacen de él un trabajo atemporal.
Salu2, Xim
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