domingo, marzo 30, 2008

PERSONAJES DEL TEBEO (16)


JOSÉ ESCOBAR

Josep Escobar i Saliente (Barcelona, 22 de octubre de 1908 - 31 de marzo de 1994) está considerado uno de los más importantes humoristas del tebeo español de todos los tiempos.
Su niñez y juventud transcurrieron en Granollers, donde su padre estaba destinado como funcionario de correos. A los 10 años comienza el bachillerato, pero suspende el segundo curso. Comienza a trabajar a los 12 en la delegación tabacalera de Granollers, y más tarde, despachando en una farmacia. A los 14 años era repartidor de telégrafos, y en 1925 aprobó unas oposiciones a correos, llegando a ser oficial de correos en la estafeta de Granollers en 1926.

En los años veinte comienza su carrera como dibujante, simultaneando con su puesto de funcionario de correos, trabajando en revistas catalanas como Virolet, La Gralla, Diari de Granollers. La primera revista de gran tirada con la que colaboró fue Sigronet, publicada por El Gato Negro, editorial antecesora de Bruguera. Durante esta década también pertenece un grupo de teatro aficionado. Durante los años treinta colaboró en varias revistas, como Papitu, Pocholo, TBO , L'Esquellot y L'Esquella de la Torratxa.
Miembro del Sindicato de Dibujantes Profesionales, al término de la Guerra Civil española fue depurado del servicio de correos y condenado a seis años y un día de prisión por motivos políticos. Permaneció en la cárcel durante un año y medio, hasta noviembre de 1940, en que salió en régimen de libertad controlada. El propio Escobar explicó después que en la cárcel obtenía algún dinero haciendo caricaturas a los otros presos, que no firmaba con su propio nombre, sino con el pseudónimo de Rebec (en catalán, travieso). Se mantuvo alejado de la historieta hasta 1944, cuando comenzó a colaborar en revistas como Leyendas Infantiles y El Aventurero, ambas publicadas por Hispano Americana de Ediciones.

En 1947 reaparece la revista Pulgarcito, y Escobar forma parte del grupo de sus primeros colaboradores. Entre 1947 y 1948 crea para esta revista a sus personajes más recordados, los gemelos Zipi y Zape y el eterno hambriento Carpanta, símbolo de las penurias económicas de la posguerra española. Para la revista El Campeón, también de Bruguera, dibuja en 1948 a los gángsters Tres Pelos y Kid Pantera, y colabora en la sección Loquilandia, junto con Cifré y Peñarroya. Durante los años cincuenta, la actividad de Escobar se centra en las revistas de Bruguera, con series como Doña Tula, suegra (1951), serie que tuvo problemas con la censura por mostrar las relaciones matrimoniales como problemáticas, y Petra, criada para todo (1954).

En 1957, junto con los también dibujantes de Bruguera, Cifré, Peñarroya, Conti y Giner, participa en la creación de una editorial independiente, que publicará la revista Tío Vivo. En esta revista Escobar publica las series Blasa, portera de su casa, El mago Assieres y El profesor Tenebro, todas ellas de 1957.
Tras el fracaso de la empresa, y la absorción de Tío Vivo por Bruguera, Escobar vuelve a trabajar para la editorial barcelonesa, donde continúa creando nuevos personajes, entre los que destacan Filomeno y su taxi Genovevo (1963), Don Óptimo y Don Pésimo (1964), Toby (1967) y Plim, el magno (1969); sin embargo, dedica la mayor parte de su tiempo a desarrollar las aventuras de sus personajes de mayor éxito, Zipi y Zape y Carpanta. Los gemelos llegan incluso a tener revista propia a partir de 1971.

En los años ochenta, el declive económico de Bruguera, le lleva, igual que a otros compañeros suyos como Ibáñez, a probar fortuna con una nueva revista, Guai!, publicada por la Editorial Grijalbo, para la que dibuja a los hermanos Terre y Moto, dos gemelos traviesos obviamente basados en Zipi y Zape. Al adquirir Ediciones B el fondo editorial de Bruguera, Escobar regresa a sus personajes clásicos. Continuó trabajando en la historieta, a pesar de su avanzada edad, hasta su muerte en 1994.
Escobar era, además de un profesional que reflexionaba sobre su trabajo y que, como todo buen artista, transmitía su forma de ser y su manera de ver el mundo en sus historietas, llenas de personajes pícaros en ocasiones, pero jamás malintencionados ni bravucones, listillos cuando la ocasión lo requiere (como Carpanta), inquietos por naturaleza (como Zipi y Zape), pero siempre entrañables, como lo fue él mismo como persona.

Al margen de su actividad como creador de historietas, Escobar también destacó como caricaturista, autor y actor de teatro, inventor y pionero en el terreno de los dibujos animados. En la España de los años veinte realizó la película La rateta que escombrava l'escaleta, adaptación del cuento popular La ratita presumida.
En lo que se refiere al teatro, creó obras como Ensayo general (que lleva más de mil representaciones y aún sigue reponiéndose), Rapto a las seis y media y La otra cara de la luna, obra ésta que recibió en 1965 el premio Lluis Masriera de teatro aficionado.

CARPANTA
Carpanta apareció por primera vez en la revista Pulgarcito en 1947. El nombre del personaje procede de la voz coloquial "carpanta", que significa, según el Diccionario de la lengua española, "hambre violenta". Calmar el hambre es el único objetivo de Carpanta en todas sus historietas, y su empeño resulta constantemente frustrado. La serie refleja las durísimas circunstancias de la España de posguerra, aunque el tono de crítica social es bastante comedido, para eludir problemas con la censura franquista. De hecho, a finales de los cincuenta la censura estuvo a punto de cancelar la serie, aduciendo que "en la España de Franco nadie pasa hambre". Afortunadamente Escobar suavizó sus guiones (por eso el personaje a menudo dice que tiene "apetito", en vez de "hambre") y la serie continuó publicándose en las revistas de Bruguera.
Según el crítico Javier Coma, un antecedente de Carpanta puede encontrarse en las tiras de prensa de Pete the Tramp (1932), de C.D. Rusell, protagonizadas por un vagabundo que recorre las calles en busca de comida en los años más duros de la Depresión. Otros autores lo han relacionado con los pícaros de la novela del Siglo de Oro español, con los que tiene en común esa necesidad perentoria de llenar el estómago, para remediar la cual, como ellos, se vale de mil y una argucias.
Carpanta es un hombre bajito, de edad indefinida; en su rostro destacan la nariz prominente característica de los personajes cómicos de Bruguera y una barba que recuerda un poco a la de Cantinflas. En la primera historieta de él que se conoce, 13 en la mesa (1947), su atuendo es más bien propio de un mendigo, pero pronto Escobar le adjudicó su indumentaria característica: camiseta a rayas, cuello alto (hasta taparle la boca), pajarita y la cabeza cubierta con un sombrero canotier. Vive bajo un puente, sin familia y sin oficio, excepto el de ingeniárselas para comer, aunque en mas de una ocasión podemos ver en sus aventuras intentos desesperados de conseguir dinero en trabajos como reportero, soplón (en una fabrica de botellas) o buscando el tesoro oculto de un castillo en ruinas.
El otro personaje importante de la serie es el orondo Protasio, amigo del protagonista, que no suele tener problemas para saciar su apetito. En varios episodios aparece en la serie su creador, Escobar, autocaricaturizado.
La popularidad de la serie durante los años cuarenta y cincuenta fue tan grande que algunos lectores llegaron a enviar comida o dinero a la redacción de Pulgarcito para remediar la situación de Carpanta.
Otro protagonista es su perro Manduca. La primera historieta en que apareció fue en Pulgarcito en 1959. Es Manduca la viva imagen del aún por llegar Toby, el dálmata que iniciaría su propia serie en el DDT de la tercera época, a partir de 1967. Irrumpiendo en los dominios de un ya veterano Carpanta (con más de diez años de comparecencias en Pulgarcito en su haber) y sin sospecharlo siquiera, Manduca estaba constituyéndose en un experimento, en el ensayo de una futura serie que alcanzaría el estrellato brugueril. Y es que su similitud con Toby no termina en su aspecto o en la resolución gráfica con que Escobar le da vida. El tipo de historias son perfectamente equiparables a las que Toby protagonizaría en el futuro. Son historias de huesos, de caza y de reflexiones caninas acerca de su condición subordinada al amo.
Manduca ocupa un modesto lugar en el panteón de las mascotas pensantes de la historieta. La entidad de su efímero paso por la peripecia carpantil no puede compararse con la alcanzada por el Milú hergeniano (de dimensiones míticas) o con la del Jolly Jumper de Morris, ni siquiera con la de su directo sucesor Toby, pero cumplió durante unas semanas la función de acompañar los pasos del héroe y de desencadenar el curso de sus peripecias.
La elección del nombre de una mascota supone empezar a construir la relación que lo une con su amo. En este caso, la obsesion que domina la existencia de Carpanta dicta el nombre idóneo para el que ha de ser su compañero de fatigas. Si la manduca es por lo que suspira, una forma de tenerla asegurada es llamar así a aquel que le seguirá fielmente.

El sincero afecto que las personas solitarias sienten por los animales que les acompañan (que llega a adquirir tintes patéticos en la vejez) constituye un tema muy querido por el arte en todas sus manifestaciones. Testimonio fidedigno del más noble de los afectos es la viñeta en la que Carpanta exclama: "No podría vivir sin ti", dirigida al can al que se disponía a zamparse (transformado, eso sí, mágicamente en pollo). En ella se trasluce la tierna calidez de un sentimiento sincero, esa que sólo puede transmitir alguien de la calidad humana de Escobar.
El querido vagabundo rigurosamente hambriento del tebeo español es, de todos los personajes comparecientes en el escenario del Telereloj de Guisval, el único que podía ostentar con propiedad el honor de ser una figura de la pequeña pantalla. Efectivamente, en 1960 se emitió una serie de trece episodios protagonizada por el entrañable Carpanta, en la que no faltó la presencia de su compañero de fatigas, el orondo Protasio. De esta obra televisiva han quedado raquíticos testimonios (como igualmente, por otra parte, sucede con la mayor parte de la producción televisiva española anterior a la Transición).
Carpanta, que no era un personaje que despertara simpatías entre las jerarquías del régimen franquista. Sin duda, ello era así por culpa de la mala propaganda que suponía un personaje que no podía comer nunca. Al igual que el resto de los personajes de Bruguera, fue dulcificando su perfil temático y disminuyendo la carga crítica de sus peripecias en la misma medida que se infantilizaba. Con lo cual, a pesar de ir sumando décadas de vida, de algún modo rejuvenecía con el paso de los lustros, tal como parecía desear en una de sus historietas de la primera época, la titulada Carpanta y el biberón (1949), en la que Escobar, a través suyo, citaba de forma implícita al inmortal Enrique Jardiel Poncela, un dramaturgo superior, aludiendo al título de la obra que éste estrenó en 1936, Cuatro corazones con freno y marcha atrás. Una cita-homenaje de un modesto autor teatral (dicho sea el calificativo en virtud de la escasa repercusión de su obra en relación a la del homenajeado) hacia otro que alcanzó éxitos rutilantes y estrepitosos fracasos. Una cita que era al mismo tiempo un reconocimiento al genio y una prueba de admiración, y, simultáneamente, no era menos un testimonio de la generosidad de espíritu de Josep Escobar, un republicano que sufrió prisión, hacia un intelectual que celebró la rebelión del general Franco.

ZIPI Y ZAPE
Zipi y Zape constituyen desde finales de los años 1950 un referente en cuanto al cómic o tebeo español, creados por la mano de José Escobar. Este par de gemelos, que se distinguen entre sí por ser uno rubio (Zipi) y otro moreno (Zape), se caracterizaban principalmente por las endiabladas travesuras en que incurrían a la menor ocasión.
Ambos, tenian una pasión, el fútbol, y un deseo, la bicicleta.Con los balones eran unos genios, pero claro acababan rompiendo los espejos, los cristales de las ventanas , cuadros o relojes,... con lo cual ya empezaban los problemas. En el colegio no se le daban muy bien los estudios, suspendían con asiduidad, pero de vez en cuando le daban una noticia a los padres sacando un 10 y ganándose la bicicleta.De vez en cuando a pesar de sus travesuras hacian algo por el mundo, ayudando a los demás, siendo gratamente recompensados por sus acciones.

Zipi y Zape es la segunda historieta española más traducida después de Mortadelo y Filemón. Las historietas suelen ser cortas, de entre 1 y 8 páginas, aunque también las hay de 44 ó 48 como es el caso de El tonel del tiempo, y se recopilan en tebeos de tapa blanda de unas 60 páginas. También se han realizado videojuegos relacionados con las aventuras de Zipi y Zape.
Los nombres de los protagonistas provienen de la palabra zipizape, que significa "alboroto".

Hay que significar la evolución que tuvo la serie a finales de los 50, en que pierde su tono desmadrado, morboso y referencial, cuando la legislación sentencia que "se evitará toda desviación del humorismo hacia la ridiculización de la autoridad de los padres, de la santidad de la familia y del hogar, del respeto a las personas que ejercen autoridad, del amor a la Patria y de la obediencia a las leyes". Por tanto, las gamberradas de Zipi y Zape pasan a ser trastadas, los castigos de Don Pantuflo abandonan la violencia física e incluso, en ocasiones, no hay pena que cumplir, ya que la actitud de los gemelos, siempre llenos de buenas intenciones, es premiada por el destino con el perdón o la tolerancia.
PERSONAJES:

La familia:
· Don Pantuflo Zapatilla es el esposo de Doña Jaimita y padre de Zipi y de Zape. Catedrático de Filatelia y Colombofilia, entre sus aficiones destacan el fumar en pipa y leer los periódicos. Es un personaje orondo y ya maduro, con la coronilla despejada por la edad, y con pelambrera y patillas decimonónicas. Sus atuendos más característicos suelen ser el clásico frac, cuando hay citas importantes, o un albornoz y pantuflas de andar por casa. Es forofo del Barça como lo era Escobar, y de hecho en una historieta manda pintar a los niños una habitacion de los colores del club. Es normal verle correr detrás de los gemelos con un palo o cachiporra para darles bien. También aparece con las llaves cuando les castiga en el cuarto de los ratones.
· Doña Jaimita Llobregat: Esposa de Don Pantuflo y madre de los gemelos Zipi y Zape. Es alta, delgada y morena y se caracteriza por llevar un lazo rojo en el pelo. Ejerce de ama de casa y es la que principalmente sufre las travesuras domésticas de sus hijos. Tiene su papel estelar en el castigo de los niños con el sacudidor en forma de trébol. También cuando ellos hacian cosas buenas, era la primera que les preparaba una rica tarta o un delicioso arroz con leche. Eso sí, cuando se ponían Zipi y Zape malos era la primera en recurrir a la pócima del aceite de Ricino para curarles, y no les gustaba nada de nada.
· Miguelita: Es la gorda hermana de Doña Jaimita, y madre de Sapientín.
· Sapientín: es el superdotado primo de Zipi y Zape, hijo único de Miguelita, hermana de Doña Jaimita. Más reservado que ellos (prefiere estudiar a salir con los amigos) y con el gusto mínimo por el fútbol en comparación con sus primos (siempre juega de portero) es asediado constantemente por Zipi y Zape para que les haga los deberes, aunque él siempre consigue evitarlos. Viste de negro con un lazo y lleva gafas de empollón, sin las que no ve nada.
· Abuelos Zapatilla: Son los padres de Don Pantuflo y abuelos de los gemelos. En muchas aventuras les hacen regalos e incluso un billete a sus nietos, lo cual les ponía muy contentos a ellos y creaba una preocupación en Jaimita porque no sabría que regalarles ella después.

La escuela:
· Don Minervo: Es el maestro de estos gemelos tan particulares. Se caracteriza principalmente por su severidad a la hora de evaluar (casi siempre los mandaba a casa con un 0) y por los castigos a que sometía a los dos protagonistas, generalmente consistentes en sujetar una pila de libros en cada brazo en ocasiones con unas orejas de burro puestas, aunque a veces les daba un diploma por comportamiento ejemplar o un 10 cuando se lo merecían.

· Peloto Chivátez: Es compañero de clase y enemigo acérrimo de los gemelos. Como su propio nombre indica, es el pelota de la clase. Es un personaje delgado, con el pelo moreno y largo. Se caracteriza principalmente por su nariz aguileña que le confiere ese aspecto tan peculiar de "malo" de las historietas.

· Lechuzo: Este personaje, ya más moderno, es un chico de inteligencia normal que es el mejor amigo y aliado de Peloto. Dispuesto siempre a hacerles pasar a Zipi y Zape una mala pasada, seguirá fielmente las ordenes de Peloto, lo que le hará meterse en muchos problemas. Se llama Lechuzo por su tremendo parecido con este ave.

· Doña Espátula: Es una señora verrugosa, portera del colegio de Zipi y Zape, y esposa de Don Minervo.

Otros:
· Señores Plómez: Son los amigos pesados de los padres de los gemelos, Don Pantuflo y Doña Jaimita. Son un matrimonio que se caracteriza por sus temidas visitas un día determinado de la semana a casa de Zipi y Zape para merendar. Siempre que los ven venir cierran las persianas y las ventanas, pero siempre acaban entrando y dandole la lata a esta familia. Incluso una vez entraron por la chimenea. Generalmente, la familia acababa acostándose y dejando a los Plómez en el salón.

· Don Ángel: Es el policía del barrio en el que viven Zipi y Zape, al que, en ocasiones, los gemelos ayudan a atrapar delincuentes, ya que él solo rara vez lo consigue, pues está cercano a la tercera edad.

· Doctor Pildorín: Medico de familia que tiene una consulta en la barriada. Generalmente hace visitas a domicilio a la familia Zapatilla.
· El Manitas de Uranio: Es un caco que se dedica a robar en las casas del barrio, entre ellas la de Zipi y Zape, aunque los dos gemelos suelen desbaratar sus robos.

· Fakirín: Fakirín es el hijo de una familia de fakires. En su casa comen clavos como aperitivo y se sientan en sillas con pinchos. Fakirín quiere ser fakir como su padre y a menudo pide a Zipi y Zape que le sometan a "entrenamientos" para acostumbrarse a resistir el dolor. Posteriormente será conocido como Lelo Tontínez y su padre aparentemente se llamará Alí Kates.
· Nati y Tina: Son personajes que aparecen en la última etapa de Zipi y Zape. Se trata de dos niñas gemelas, una rubia (Nati) y otra morena (Tina), de las que Zipi y Zape están enamorados.
También hacen apariciones otros personajes de Escobar tales como Carpanta, Petra o el perro Toby.

PETRA, CRIADA PARA TODO
Petra, criada para todo es una serie de historietas que se publicó por primera vez en la revista Pulgarcito en 1954. La protagonista de la serie es Petra, bajita y algo rechoncha (aunque con el tiempo, Escobar la fue dibujando más esbelta), de enorme nariz y característico peinado "à la garçon". Lleva siempre su uniforme de empleada de hogar: traje negro con cofia y delantal blancos. Procede del campo (en alguna historieta es visitada por sus parientes), y no termina de adaptarse a la vida en la ciudad.
Petra es la criada (también llamada en la época "chacha", de "muchacha") de doña Patro, alta, gruesa y de abundante cabellera rubia. El humorismo de la serie surge de la relación entre ama y criada: se satiriza tanto la ingenuidad pueblerina de Petra como las pretensiones de la irascible y exigente doña Patro.
Según el autor, el personaje está inspirado en una tal María que conoció cuando trabajaba en la oficina de telégrafos de Granollers. Como Petra, trabajaba de criada e, igual que ella, añoraba constantemente su pueblo, en la provincia de Huesca.

La serie continuó publicándose en la revista Pulgarcito hasta su desaparición a mediados de los años 80.

DON ÓPTIMO Y DON PÉSIMO

Lo de las personalidades contrapuestas es una tónica habitual en los personajes de Bruguera. Un claro ejemplo son los agentes de la TIA, solo que ambos rebuznan al unísono. Escobar ideó una pareja, Don Óptimo y Don Pésimo, para completar su cupo de personajes. Los mismos nombres describen sus caracteres, así que hay poco que añadir. Que a Don Pésimo se le dan unos aires a lo Tip, de Tip y Coll (estos se hicieron famosos después) o que Don Óptimo se parece mucho a Oliver Hardy, el Gordo que acompañaba al Flaco, Stan Laurel, aunque más menudo. Una pareja singular, en todo caso.

Don Óptimo y Don Pésimo, o el día y la noche. Qué reacción ante el escaparate de ambos que nos da claramente una idea de la filosofía de vida de cada cual. Es curioso pero estos personajes siempre se tienen muy presentes cuando se analiza el lado optimista y pesimista, son como una especie de iconos conductivos que acompañan desde pequeño.


TOBY

Muy conocido también es el perro Toby, que en muchas historietas era la mascota de la familia Zapatilla, pero que también protagonizó sus propias historietas con un dueño, Don Anito, un tanto remilgado y poco carismático.

En Toby, el perro que es más protagonista que su amo. Hablamos de un dálmata algo travieso que hacía de las suyas, para colmo de don Anito. Su máxima codicia, una pila de huesos. Y su mente, con continuas elucubraciones filosóficas sobre su perra vida dependiente de un ser humano.

viernes, marzo 28, 2008



GRANDES FIASCOS COPEROS: Los años 90, por fin una Copa

La década de los 90 nos dejó un subcampeonato, y, por fin, la sexta Copa que tanto se resistió, en el estadio de La Cartuja sevillano. Pero los fiascos fueron sonados, aunque fueron la antesala de lo que iba a pasar tras la euforia del Probe Miguel.

90-91: tras deshacernos en octavos del Deportivo de La Coruña (2-3 en Riazor, 4-0 en Mestalla), nos tocó un asequible Mallorca, de la parte baja de la tabla de 1ª, en que destacaban Claudio, Nadal y Hassan. Ganamos con apuros 1-0 en Mestalla, y cuando parecía que íbamos a pasar a semis, en un partido horrible de nuestro equipo perdimos 3-1 en el Luis Sitjar, con un penalti fallado por Fernando con 2-1, y con Arias expulsado a media hora de acabar el partido, por protestar el penalti que supondría el tercer gol de los bermellones.

91-92: Buena campaña. Eliminamos a Arrendó (0-6 fuera, 6-1 en casa), Valladolid (1-1 fuera, 1-0 en casa), y Tenerife (1-0 fuera, 2-0 en casa, goles de Penev y Fernando), antes de encontrarnos con el potente Barça en octavos. En un gran partido, en que merecimos más, ganamos 2-0, goles de Eloy y Fernando. La vuelta se prometía emocionante. Un Barça en tromba se puso 3-0 en sólo 18 minutos, pero terminando la primera parte marcó Penev. Se llegó a la prórroga, y Laudrup marcó el 4-1 a los 8 minutos. Casi terminando la prórroga Arroyo remató un corner entre un bosque de piernas, forzando los penaltis, en que por una vez pasamos gracias a una parada de Sempere a disparo de Nadal. En cuartos nos tocó el Madrid, jugándose el primer partido en el Bernabeu. El miedo escénico nos atemorizó, y dos goles de Michel y Butragueño pusieron en ventaja a los madridistas. En la segunda parte el Valencia mejoró, y Penev marcó de falta el 2-1. El partido de vuelta fue un quiero y no puedo valencianista. Quedamos eliminados sin poder mover el marcador.

92-93: eliminamos al Sevilla con empate a 0 fuera, en un partido de contención, donde Camarasa se "encargó" de Maradona, y un 2-0 en Mestalla en un buen partido nuestro con dos golazos de Penev (empalme con la izquierda perfecto), y Roberto. En cuartos eliminamos al Villarreal, 1-2 en El Madrigal, 6-0 en Mestalla, con tres goles de Juanito Sánchez. Y en semis, a pesar de ser favoritos ante el Zaragoza, sólo pudimos empatar 1-1 en Mestalla, y perdimos 3-2 en Zaragoza, en un partido en que los maños se lo creyeron más que los nuestros.

93-94: en una temporada aciaga, con el desastre de Karlsruhe, cinco entrenadores, el escándalo de Vicente Pons, la llegada arrolladora de Paco Roig, y la marcha errática en la Liga, sólo faltaba que se nos cargase el Tenerife en primera ronda. 3-1 en las islas, y en Mestalla nos pusimos 2-0 en la primera parte, pero un gol de Chano (nos marcó cuatro en la eliminatoria) a falta de dos minutos ponía el 3-2 eliminador en el marcador.

95-96: en primera ronda nos tocó el Mallorca de 2ª. Empatamos a 0 en Mallorca, y en Mestalla se nos complicaron las cosas al jugar desde el final de la primera parte con un jugador menos, por expulsión de Engonga. Se llegó a la prórroga con 0-0, y de ahí a los penalties, en que logramos el pase por tres errores de los mallorquinistas y una parada de Zubizarreta. En la siguiente ronda nos tocó el Oviedo, con quienes empatamos a 1 en Asturias, con gol de Mijatovic de falta, y ganamos 1-0 en Mestalla con gol de Berto en propia puerta. Seguidamente jugamos contra el Celta, con quienes empatamos a 1 en Vigo, con gol de Fernando, y en la vuelta se empezó a ver al Valencia CF que funcionó en la Liga, con 3-0, goles de Mijatovic, Arroyo y Gálvez. Después fue el Sevilla, con los que empatamos a 1 en el Sánchez Pizjuán, con gol de Mijatovic, y ganamos 2-0 en Mestalla con goles también de Mijatovic. La ilusión se apoderó de la afición, pues el juego estaba siendo convincente y ya estábamos en cuartos, donde nos tocó el líder liguero Atlético de Madrid, en lo que podría considerarse final anticipada, pues eran los dos equipos en mejor forma. En la ida perdimos 3-5, en un partido muy abierto, en que nos pusimos 2-0, con goles de Gálvez y Fernando, y llegó la expulsión de Engonga con 2-1. A partir de aquí el Atlético fue un ciclón y se puso 2-5, sólo recortado con un gol de Mijatovic. En la vuelta sólo pudimos ganar 1-2, con goles de Viola y Fernando.

96-97: fue una de las derrotas coperas más sondas. En primera ronda nos tocó Las Palmas, de 2ª. Ganamos con facilidad 0-2 en las islas, con goles de Leandro. Y cuando la vuelta parecía sencilla, los canarios igualaron la eliminatoria, 0-2, y en los penalties caímos con un error de Cáceres. Fue cuando Valdano mencionó su famosa "derrota útil". Propio de un entrenador inútil.

97-98: ganamos en primera ronda al Hércules, con 0-3 en Alicante, goles de Fernando, Del Solar y Angulo, y ganamos en Mestalla 1-0, con gol de Romàrio. Después nos tocó el Figueres, con quienes empatamos a 1 en la capital ampurdanesa, con gol de Carboni de falta. El partido de vuelta se complicó hasta el punto de adelantarse los catalanes con gol de Vinyals, sobrevolando el cielo mestallero el pajarraco de la derrota útil de Las Palmas. Por suerte empató Ilie en la segunda parte. En la prórroga Vlaovic falló un penalti, y Angulo, casi terminando el tiempo, consiguió el gol de la victoria en un barullo en el área gironina. Nos volvió a tocar el Barça, y volvimos a Mestalla con una derrota esperanzadora de 2-1, con gol de penalti de Fernando, y con la moral por las nubes tras el revolcón del 3-4 liguero en el Camp Nou. El Valencia fue superior, pero la trilita azulgrana destrozó las ilusiones coperas. Perdimos 1-3.

99-00: el campeón vigente cayó a las primeras de cambio. El Osasuna se aprovechó de la relajación y confianza valencianista y nos recetó un 3-0 en la ida. En la vuelta no pudimos con los rojillos ni con el portero osasunista, y sólo pudimos ganar 2-0.

Fotos: http://www.ciberche.com/

miércoles, marzo 26, 2008

THE RAKES


The Rakes son una banda inglesa de indie rock formada en Londres a inicios de esta década. Desde que fueron empezando a tener una moderada fama en 2005 han sido asociados con la escena post-punk/art-rock junto con Franz Ferdinand, Bloc Party, Maxïmo Park y The Futureheads. Sin embargo, podría argumentarse que más bien pertenecen la escena punk del Este londinense/Whitechapel, junto a The Others y The Libertines.

El grupo lo formaron Jamie (bajo) y Alan Donohoe (vocales) durante su periplo universitario, en que Jamie estudiaba Arte y Alan Ciencias. Unos años más tarde Jamie reclutó a Matthew (guitarra y vocales) y Lasse (batería) cuando trabajaba en una tienda londinense. A través de este período fueron surgiendo bandas como The Strokes, The Streets, The Etc. Tomaron nota de que si juntasen todos en un grupo serían llamados The Rakes, porque todos ellos son “flacos y seductores”. La broma tomó forma y pronto se vieron tomándoselo en serio y haciendo una gira mundial, con grupos como Bloc Party, Franz Ferdinand, The Buzzcocks, y otros, sintiéndose permanentemente confusos allí donde estuviesen.

Con influencias musicales de grupos y cantantes blancos como Bowie, Blur, The Cure, The Strokes, Phil Lynott, The Specials, LCD Soundsystem, cualquier cosa que suene bien es susceptible de ser adaptado y utilizado para sus canciones. Los textos para el primer álbum Capture/Release (agosto 2005), producido por Paul Epworth en V2 Records, fueron una mezcla de anotaciones de un diario personal de sucesos en primera persona (22 grand job, Retreat, Work, work, work) y canciones más abstractas y conceptuales (Binary love, We are all animals, Terror!).

Editaron el sencillo All too human en febrero de 2006, lo que les significó su mejor posición en las listas de popularidad hasta entonces. Dicha canción lleva el mismo nombre que el libro Human, all too human de Nietzsche; Alan Donohoe es rara vez visto sin un libro en sus manos, y está extremadamente interesado en la literatura.

En el 2006 fueron el segundo acto principal del escenario NME/Radio 1 en el Festival de Reading.


Junto a Franz Ferdinand y Placebo, participaron en el álbum tributo Monsieur Gainsbourg revisited al cantante francés Serge Gainsbourg con un cover de la canción Le poinçonneur des lilas titulada Just a man with a job.

En la primavera de 2007 editaron su segundo álbum Ten new messages. Éste fue producido por Jim Abiss (Arctic Monkeys, Editors, Kasabian) y Brendan Lynch (Primal Scream); grabado en los Mayfair Studios, The Chapel y West Point en Londres durante el otoño de 2006.

El cantante Alan Donohoe comentó que "el álbum está inspirado en una combinación de música coral, el programa de TV, 24, canciones de las películas de James Bond, los poetas de la 1ª Guerra Mundial y las Sugababes”.

The Rakes escriben canciones sobre la vida laboral, rutinas mundanas y escapismo como lo muestran en su aclamado álbum debut Capture/Release del cual se editaron en single 22 grand job, Work, work, work (pub, club, sleep), y Retreat. Varios de sus sencillos han figurado en las listas Top 40 del Reino Unido. Su actitud frente a la vida laboral los ha llevado a describirse a sí mismos como la primer banda post-David Brent del mundo. En el video de 22 grand job salen tocando en el escenario de una oficina, uno de los temas principales de sus canciones.

Son conocidos por su sentido de la moda y su particularmente distintiva forma de vestir: camisetas a rayas y suéters, vaqueros ceñidos y tenis negros.

También se asociaron con las marcas Fred Perry y Louis Vuitton. Cuentan que el diseñador de moda Hedi Slimane quedó tan impresionado por la música del grupo y su forma de vestir que basó una de sus colecciones en ellos. También participaron en el soundtrack para el show de moda Dior Homme con la canción The world was a mess, but his hair was perfect. Esta canción dura quince minutos, pero tocan una versión más corta en sus presentaciones, que fue incluida en su segundo álbum.


Canciones recomendadas:

Strasbourg, Retreat, 22 grand job, Open book, We are all animals, Violent, Terror!, Work, work, work (Capture/Release)

The world was a mess, but his hair was perfect, Little superstitions, We danced together, Trouble, Suspicious eyes, When Tom Cruise cries, Time to stop talking (Ten new messages)

Una muestra de vídeos de este joven y trepidante grupo. Del primer álbum, Capture/Release, Strasbourg, Terror!, 22 grand job, Work, work, work, y Open book. Y del segundo, Ten new messages, We danced together, Trouble y The world was a mess, but his hair was perfect:

Strasbourg - The Rakes

Terror! - The Rakes

22 grand job - The Rakes

Work, work, work - The Rakes

Open book - The Rakes

We danced together- The Rakes

Trouble - The Rakes

The world was a mess, but his hair was perfect - The Rakes

domingo, marzo 23, 2008

DEAD GUITARS - Aeroplanes


Tras hablar del álbum de debut de Dead Guitars, Aeroplanes, hace unas semanas, ahora he tenido un poco de tiempo para escucharlo, y he de decir que ha superado mis expectativas. Además del single Name of the sea, del que ya enlacé su vídeo, tiene varios cortes sublimes, como Crash (que os muestro en vídeo), Airplanes y This was a year, además de otras que os recomiendo más abajo.

El grupo, liderado por el cantante Carlo van Putten, que había formado en The Convent y White Rose Transmission (con mis admirados Adrian Borland y Mark Burgess), Peter Brough y Ralf Aussem, fueron teloneros de la gira de despedida de The Mission:

Crash - Dead Guitars



Canciones recomendadas:

Name of the sea, Crumble zone, Airplanes, Crash, Shine, This was a year, Should I

sábado, marzo 22, 2008

PERSONAJES DEL TEBEO (15)


MANUEL VÁZQUEZ

Manuel Vázquez Gallego (Madrid, 1930 - Barcelona, 1995) fue uno de los dibujantes y guionistas de historietas más importantes del siglo XX. Su padre era un modesto trabajador ferroviario y sus abuelos habían sido sastres de la Casa Real. En su niñez se codeó con los humoristas Wenceslao Fernández Flórez y Enrique Jardiel Poncela, que eran amigos de la familia; este último imprimió en Vázquez su amor por el absurdo. Vázquez fue siempre, a pesar del oficio de sus abuelos, irreverente, marginal, bohemio e ideológicamente anarquista. Siempre atravesó problemas económicos, de los que salía con un descomunal talento para el sablazo y un ingenio fuera de lo común.

Inició su carrera en la década de los 40 como dibujante y guionista en Maravillas, suplemento infantil de la revista Flechas y Pelayos. A finales de la década se convirtió en uno de los principales autores de la barcelonesa Editorial Bruguera, en la que empezó a trabajar en 1947. En sus revistas Pulgarcito, El DDT, Tío Vivo y Mortadelo creó sus imaginativos y anárquicos personajes, entre ellos Mr. Lucky, Heliodoro Hipotenuso, Las Hermanas Gilda (dos solteronas: Leovigilda, delgada, agria y mandona, y Hermenegilda, gruesa, ingenua y dominada; Leovigilda intenta frustrar siempre a su hermana pequeña y ambas representan la frustración y represión sexual de posguerra), La familia Cebolleta (cuyo abuelo, obsesionado con contar batallitas, ha pasado al imaginario colectivo y a la lengua común a través de la frase hecha: "Cuentas más batallitas que el abuelo Cebolleta"), Ángel Siseñor, Feliciano, Arturito el Marcianito, La Osa Mayor, Agencia Teatral, La Familia Churumbel (unos gitanos que viven al margen de todo), La Abuelita Paz, Ali-Oli, Vendedor Oriental, Angelito (o Gugú), La Mansión de los Espectros, el Inspector O’Jal, el Inspector Yes, el Tío Vázquez (muy autobiográfico), o Anacleto, Agente Secreto.

En la revista Jauja, de Ediciones Druida, Vázquez publicó la serie Yo, dibujante al por mayor e historietas como La mirada o 7 maneras de hacerse millonario. También aparecen Los casos de Ana y Cleto (retitulado más tarde Tita y Nic para su publicación en otra editorial).

En su última etapa, tras la desaparición de Bruguera en 1986, se consagró al publico adulto con los álbumes ¡¡Vámonos al bingo!!, Historias verdes, Sábado sabadete, Gente peligrosa, Más gente peligrosa y personajes como Don Cornelio Ladilla y su Señora María, que formó una serie de varios álbumes. Colaboró también en publicaciones como El Papus o Makoki (con el pseudónimo de Sappo) y en el suplemento infantil de El País.
Ediciones Glénat editó la mayor parte de sus últimos trabajos.


En 1990 fue galardonado por el conjunto de su obra en el Salón del Cómic de Barcelona. En junio de 1991 se estrenó en la sala Olimpia de Madrid, Operación Ópera, espectáculo teatral montado por Ignacio Garcia May y Juan Antonio Vizcaíno. La obra tiene como protagonistas a Aniceto (Anacleto) y las hermanas Morgan (Las hermanas Gilda). Vázquez hizo unos excelentes decorados y ese mismo año realizó tiras de actualidad para El Observador.

Como curiosidad, cabe mencionar que en el número 6 del fanzine erótico granadino Espuma aparece una historia de Vázquez realmente inusual. Se trata de una historieta pornográfica en la que el propio Vázquez anima a sus criaturas más conocidas: las Hermanas Gilda y Anacleto, a practicar un menage a trois, con resultados, como se puede esperar, escandalosos e inesperados.

Manuel Vázquez ha supuesto una gran influencia en los historietistas posteriores y coetáneos. Incluso Francisco Ibáñez se ha situado siempre como uno de sus grandes admiradores.

En 1996 o 1997, Ediciones Veleta consiguió que el Ayuntamiento de Granada le dedicara una calle de la ciudad a dicho dibujante. Al acto acudió su hijo al que se le dio una copia de la placa.


LAS HERMANAS GILDA

Las hermanas Gilda es el título de una serie de historietas protagonizadas por dos hermanas solteronas, llamadas Leovigilda y Hermenegilda, que viven juntas. La serie apareció inicialmente en Pulgarcito y posteriormente en otras publicaciones de Bruguera, como Gran Pulgarcito o El DDT.

Leovigilda y Hermenegilda son muy diferentes entre sí: Leo es alta y delgada, de pelo rubio; Herme es morena, rellenita, con el pelo recogido en un característico moño. Ambas son poco agraciadas. Leovigilda es más madura, escéptica, severa y con un carácter agrio, mientras que Hermenegilda es inocente, tontorrona y fantasiosa, llena de frustres y desgracias, y persigue incansablemente un marido. Las dos son unas solteronas que desearían estar casadas, y mientras Hermenegilda busca felizmente pareja, Leo la trata con recelo, pues es un poco amargada. Sin embargo, su búsqueda de novio siempre resulta infructuosa, muchas veces es la propia Leo quien frusra los planes de su hermana. Su convivencia es una continua fuente de conflictos en los que, como es característico de las historietas de Bruguera, abundan las agresiones físicas. El típico dúo humorístico de la época, con un listo no tan listo y un tonto no tan tonto.

Las hermanas Gilda, fueron junto a Heliodoro Hipotenuso sus primeros personajes en Bruguera, para la revista Pulgarcito. Aunque han pasado por el DDT y otras revistas de Bruguera. Parece ser que se llamaron así por el film Gilda, de Rita Hayword, película que en aquellos años de posguerra en España era un escándalo.

Como curiosidades, las dos hermanas han tenido su emisión de sello en España. En los años 60 la obra de Vázquez comienza a ser realizada por el equipo de la editorial Bruguera, sin intervención de su creador. En una de las historietas de las hermanas Gilda, aparece un cartel que dice "Reward'', y sale dibujada la cara de Vázquez. El autor una vez pidió un aumento de sueldo al editor, pues le dijo que padre había fallecido y tenía que pagar el entierro. Días después la casualidad quiso que el padre de Vázquez se pasara por la editorial para ver a su hijo.


ANACLETO, AGENTE SECRETO

Anacleto, agente secreto es una serie de historietas creada a mediados de los años 60 para las revistas de la Editorial Bruguera, y protagonizada por el personaje homónimo.

La serie es una parodia de las novelas y películas de espías; según algunos, el modelo de Anacleto sería James Bond; el propio Vázquez, sin embargo, aseguró en una ocasión que se había basado en Maxwell Smart, el protagonista de la serie televisiva Superagente 86. En Anacleto se hace uso continuado de todos los gags relacionados con el género: mensajes secretos, microfilms, agentes dobles, pasadizos, villanos, misiones, etc.

Anacleto se publicó en varias revistas de Bruguera, como Pulgarcito, El DDT, Din Dan, Gran Pulgarcito y Mortadelo.

El protagonista es un hombre joven, de pelo negro, con un característico mechón en el flequillo y nariz alargada. Viste traje negro con camisa blanca y pajarita. En la boca tiene permanentemente un cigarrillo. El otro personaje de la serie es el jefe de Anacleto, gordo, con la cabeza absolutamente calva y gafas. Para marcar iconográficamente la diferencia de status, el jefe fuma gruesos cigarros puros.

Uno de los temas recurrentes de la serie es la relación de Anacleto con su jefe. Éste manda a Anacleto a las misiones más difíciles, de las que sale frecuentemente mal parado, y le niega sistemáticamente los anticipos que su subordinado le solicita una y otra vez; por su parte, Anacleto procura engañar a su jefe siempre que puede. Este es el aspecto en que la serie toma un sesgo más costumbrista, e incluso de leve crítica social.

Los decorados, mayoritariamente urbanos, son minimalistas y esquemáticos, como es frecuente en la escuela Bruguera. Otro escenario frecuente es el desierto, en especial el del Gobi; acudir allí para realizar alguna misión es la fobia principal del protagonista. En varias ocasiones el malo de la historieta es el propio autor, bajo el nombre de el malvado Vázquez.

A Anacleto parece que le guste llevar la contraria a su jefe, el cual tiene un método muy eficaz para que le haga caso: ¡¡PLAF!! Lo malo de todo esto es que esta serie, junto a La familia Cebolleta, son las más ''negras''. Es decir, que Bruguera en los años 60 tenía un equipo de dibujantes y guionistas que hacían que Anacleto saliera a tiempo en las revistas, pues Vázquez era poco trabajador.

El guardarropa de Anacleto es similar al de Sean Connery en la serie de películas de James Bond que le hicieron mundialmente famoso. Lo que cambió durante algún tiempo fue el peinado de Anacleto. Durante algunos meses, entre los meses finales de 1965 y los comienzos de 1966, Anacleto se desmelenó. La gomina dejó paso a un desenfadado flequillo-beatle, en un momento en el que los cuatro de Liverpool habían alcanzado quizá el punto más álgido y universal de su éxito, justo antes de su sofisticación en forma de delirio psicodélico.

Las aventuras de este agente secreto que navega entre la torpeza, la ingenuidad, el empeño por el trabajo y las pullas de su inmediato superior son sencillamente divertidas, cuando no geniales. Vázquez emplea en sus historietas los recursos gráfcios y narrativos con una intelegencia antológica.

Aparte de la más o menos anecdótica cuestión del peinado, la criatura de Manuel Vázquez en estas historietas de su primera etapa tiene un jefe militar en lugar del burócrata al que tuvo que rendir cuentas en lo sucesivo y que se afianzó definitivamente en el papel de mandamás. Un militar de uniforme que significativamente lleva un interrogante en el lugar de los galones de oficial, una inteligente manera de dejar una puerta abierta a las interpretaciones más osadas. Este siniestro personaje al que vislumbramos primero entre sombras, deja ver posteriormente en otras historietas su rostro brutal y sus hechuras de sádico. Es amante de la tortura (física y psicológica), decantándose por la humillación cuando así se le antoja o por los instrumentos de tortura hechos “a propósito”, con intervención expresa de un forzudo verdugo de corte medieval.

El estilo de Vázquez en estas páginas es de una modernidad escalofriante, digna de las más atrevidas revistas satíricas de ultimísima hora, superando los márgenes del tebeo infantil de forma arrolladora. Estas historietas de Anacleto contienen un vigor expresivo verdaderamente transgresor y prueba de ello son las viñetas en las que siniestros soldados (con cascos iguales a los del ejército español) de afilados colmillos y ojos ojerosos, cumpliendo las órdenes del sanguinario oficial, se llevan a Anacleto a los sótanos para torturarle.

El humor nace fundamentalmente de las torpezas del protagonista. Como buen caricato, Anacleto hace su trabajo de agente secreto aplicando la mayor dosis de inoperancia de que es capaz, la cual cosa no es obstáculo para que su divisa sea “Anacleto nunca falla”. Contradiciéndola con verdadera dedicación, el agente a las órdenes de terribles “Masters of War” incurre en todos los yerros imaginables: es capaz de fotografiarse a sí mismo por usar la cámara al revés, o de robar los planos de una campaña de desratización o de un nuevo modelo de moda femenina.

Con posterioridad a esta etapa, vuelve la gomina y las anécdotas narradas no se diferencian mucho de las habituales en todas las historietas de Vázquez de una sola página. El héroe tiene problemas persiguiendo un papel que vuela, cierra puertas en las narices de su jefe repetidamente (una costumbre que también tiene Rosendo Cebolleta) o huye de su sastre (una de las constantes argumentales inconfundibles de Vázquez). Los siniestros militares terminarán por desfilar y desaparecer. El terror con galones de oficial dará paso a los fríos tecnócratas. Serán los nuevos tiempos.


ÁNGEL SISEÑOR

Decir siempre que sí no es tarea fácil. Y sin embargo, de la fecunda imaginación del Gran Vázquez surgió un personaje cuya esencia consistía en afirmar siempre “Sí señor”, fueran cuales fueren las circunstancias. Semejante ser, forzosamente, había de ser un ángel y así fue cómo su nombre estaba obligado a ser Ángel Síseñor.

En las primeras historietas, Ángel Síseñor es una persona servicial en el más puro sentido del término que, no sólo es incapaz de negarse a ayudar al prójimo, sino que está fatalmente obligado a hacerlo porque esa es su naturaleza. Tiene un aspecto bondadoso y carente de elementos caracterizadores, Pero su aspecto es lo de menos. Su caracterización es psicológica y representa uno más de los logros de su autor. Difícilmente, con una premisa tan coartante, se podía conseguir tal cantidad de soluciones argumentales. Ello tan sólo está al alcance de un gigante de su oficio, como lo fue Vázquez. Y se valió , tan sólo , de dos esquemas que, prácticamente, se sucedieron en el tiempo.

Es servicial porque no puede ser otra cosa, literalmente. Sea cual sea la exigencia (que muchas veces incurre en el abuso) Ángel Síseñor se apresta a brindar su auxilio incondicionalmente. Posteriormente, su “leit-motiv “ se convierte en el lema de lo inverosímil. Ya no es la respuesta atenta al desaprensivo que busca su ayuda, sino la afirmación de que lo imposible es posible, de que, por disparatada que sea la cuestión, para Ángel Síseñor no hay otra respuesta que “Sí señor”. Es entonces cuando Manuel Vázquez da rienda suelta a sus innumerables recursos imaginativos y traduce en imágenes “reales” los más absurdos sueños o las más improbables situaciones. En algunas ocasiones, Vázquez sucumbe a su afición de visualizar juegos de palabras (la especialidad de un personaje suyo posterior, el inspector O'Jal).

En las más antiguas historietas del personaje, Ángel Síseñor prácticamente repite su frase en cada viñeta en la que no está solo. Sólo modifica el “Sí señor” por un “Sí señora” cuando es obligado, y siguiendo sus andanzas, vemos cómo paga el recibo de la luz de todos sus vecinos de rellano, hace de rueda de un coche, intenta pasar moneda falsa, le da un habano explosivo a un guardia, es atracado por un ratero quien previamente le manda asegurarse de que no hay “moros en la costa”, estrella su coche contra un árbol, es atracado nuevamente, y ...¡¡y hasta se casa!! Y la causa de todos estos males no es otra que su propia naturaleza que le obliga, una y otra vez, a afirmar siempre, a no negarse jamás. Está tan enraizada la afirmación en su ser, que Ángel Síseñor tendrá que buscar el significado de la palabra “no” en un diccionario cuando se topa con ella.

En una historieta, emite un “No señor”, momento histórico de la serie, que le lleva en volandas a consultar a un psiquiatra, convencido de haber perdido su salud mental. Es a partir de ese número, cuando empiezan a abundar los argumentos en los que lo divertido ya no son las consecuencias de la sumisión de Ángel Síseñor, sino las sorprendentes e inverosímiles soluciones, los verdaderos “Increíble pero cierto” que permiten afirmar aquello que costaba de imaginar. Con mucha frecuencia (y este recurso es un rasgo estilístico del humor según Vázquez) la solución, la pirueta, la da el gigantismo, la desmesura. Otras veces, la sorpresa viene dada por las distintas maneras en que el protagonista consigue. “decir” su frase: mediante serpientes encantadas, con el humo de un cigarro, por telegrama, arrastrándose,dentro de un saco, por la arena de una playa...

Por parte de los que todo lo interpretan en clave política y “a toro pasado”, a propósito, sin duda, de los primeros años de la serie, algunos críticos han considerado que este era un personaje que simbolizaba el sometimiento del pueblo español al régimen franquista. Ángel Síseñor no es esclavo de la autoridad, sino de sí mismo. De su instinto natural, de sus limitaciones intrínsecas. Como todos y cada uno de nosotros, vivamos en la circunstancia política o social que vivamos


ANGELITO

Angelito, era un bebé con muy mala ostia que iba en un cestito dando botes y solo decía 'gu-gu'. El personaje es un niño de unos 2 o 3 años de edad, que siempre va saltando sobre un cascarón, una especie de cunita. Le suceden cosas imaginarias, que posiblemente sean creadas por su mente, pero que a veces 'duelen' a terceras personas. El personaje es muy travieso y lo que se propone lo quiere a toda costa. Se ensaña con los transeúntes con gamberradas de órdago, de las que sale siempre indemne y sonriente. La obra suele ser muda, pero hay páginas con texto en la que hablan otros personajes. El dibujo es sencillo, con un trazo suelto y rápido.

Angelito tiene al principio una carga de maldad que se supone imposible en un niño de corta edad que avanza a saltos dentro de su cestita, pero pronto se adentrará en el terreno del absurdo y del simbolismo para infantilizarse después en su última etapa, ya en los años 80.

Angelito Gugú era uno de los personajes más entrañables, pero de la teoría a la práctica hay un abismo. Gugú nació, como dice su autor, siendo un hijo de puta, era un verdadero terremoto, iba a hacer daño, a joder al personal, y se dedica a hacer todo tipo de gamberradas al personal. Tiene una fuerza asombrosa y una mala leche que le desborda. Desde el principio estuvo prohibidísimo, tenía que ser un niño bondadoso y abandonado.

Hallazgo impagable: un bebé que aún no sabe hablar, sobre su capazo, dando botes por el mundo, en una historieta muda de principio a fin. La peculiaridad del nene es su capacidad para crear conflictos, sin sufrir nunca las consecuencias. No hay facineroso que pueda con él, y es la representación más genuina del espíritu libre e inteligente, barnizado de una supuesta inocencia que no aparece por ninguna parte.

En 1982, el director de cine de animación Jordi Amorós realizó un cortometraje de 16 minutos basado en el personaje Angelito, bajo su nueva denominación: “Gu-gu”. Aunque fue un proyecto modesto, supuso el salto a la pantalla grande de Vázquez, una especie de reválida de todas esas décadas de éxitos.

La serie se llama Angelito, Gu-gú en la editorial Bruguera, apareciendo en revistas como Súper Mortadelo, pero en 1986, el personaje salta a otra revista (Garibolo) de otra editorial, donde ahora es llamado Gú-Gú.

A su vez, el Gú Gú que se editaba en la revista Garibolo, luego pasó a Ediciones B, dueña del fondo Bruguera, con recopilatorios bajo el nombre de Gu-Gu, en lugar de Angelito.


LOS CASOS DEL INSPECTOR O’JAL

El Inspector O’Jal supone un fantástico proceso de una página en el que O’Jal debe resolver intrincados misterios. Parodia de las series de detectives tan de moda las pasadas décadas (tanto en novela como por televisión), tanto la cuestión delictiva planteada como su resolución (que aparece en una última viñeta que se lee en vertical) son absolutamente absurdas, proponiendo en ésta al lector resolver el misterio que normalmente era una tontería, mediante emigmas por la más pura y absurda lógica.

Por ejemplo, el caso en el inspector O'Jal que logró dar con el transformado Don Edmundo, esposo de la desconsolada dama que encarga el caso a O'Jal, convertido en un objeto por un genio maligno. De todos los objetos posibles...O'Jal averiguó cual era realmente Don Edmundo.... porque......EDMUNDO ES UN PAÑUELO!!!!

Todos los chistes del inspector O'Jal de Vázquez trataban de coger un refrán y tomarlo literalmente... De esta forma los relojes vuelan porque el tiempo pasa volando, o el caballo engorda aunque no coma porque le mira mucho su dueño (el ojo del amo engorda al caballo), etc. y todos los chistes así.

Un inspector de aspecto vulgar, bigotillo, sombrero y traje negro, casi una parodia del Clousseau interpretado por Peter Sellers, pero de gran agudeza visula y atento detalle. Nunca quedó claro si O'Jal pertenecía al cuerpo de policía o actuaba por libre, aunque parece más probable lo segundo, ya que en uno de sus casos abanadona el escenario del crimen sorprendentemente sin solventar la situación, aduciendo en la última viñeta que como el empresario que le ha contratado está en bancarrota, nunca cobrará sus honorarios.


LOS CUENTOS DE TÍO VÁZQUEZ

Su última gran creación para el emporio Bruguera. Como ya se ha expuesto antes, es el propio autor desarrollando situaciones humorísticas en torno a su supuesta capacidad para ganarse acreedores. El ingenio del autor se traslada a su personaje, que sale victorioso siempre de los acosos de sus perseguidores. Los protagoniza el propio Vázquez, que se pinta a sí mismo como un moroso incurable, un vividor, un experto en el timo y un pedigüeño que nunca devolvía el dinero prestado ni pagaba las facturas.

Se trata de narraciones frescas, divertidas y poco moralizantes, aspecto sorprendente para la época y por la editorial que lo publicó, Bruguera, además haciéndolo en revistas juveniles.

Los cuentos del Tío Vázquez, son historietas en que da una vuelta más de tuerca a sus personajes, y acaba cachondeándose de él mismo. El tío Vázquez era en sus historietas un vividor, con más morro que un oso hormiguero, al que le perseguían los acreedores por todas partes, pero siempre sabía como desembarazarse de ellos con las artimañas más impensables.


LA ABUELITA PAZ

En línea directa con la anciana protagonista de la película de Alexander MacKendrick (de la que se realizó un estupendo remake hace unos años a cargo de los hermanos Coen) El quinteto de la muerte (1955), la Abuelita Paz (junto con Don Polillo, el otro miembro de la pareja de ancianos que Vázquez creó para Gran Pulgarcito en 1969 – a Feliciano ya lo habímos visto efímeramente en Pulgarcito-) se enfrentó sucesivamente con lobos feroces, cacos, hombres lobos, secuestradores, extraterrestres invasores y demás peligros aniquilándolos completamente por el sencillo procedimiento de ignorar por entero la amenaza que suponían.

Como en el caso del genio del bosque (un geniecillo diminuto que se encuentra atrapado no en un botella o en una lámpara mágicas, sino en la forma de un sapo, como si fuera un príncipe encantado), que se publicó en Gran Pulgarcito, la abuelita-apisonadora no tiene que vérselas con un representante del gremio del mal, sino con un benefactor (la otra variante de sus antagonistas) pero el resultado es, igualmente, el mismo: su anulación total. Las armas de la ancianita, uno de los personajes más temibles de todo el universo bruguera son la ingenuidad, la inocencia y el candor, elementos los cuales posee en grado superlativo y que llevan a cualquiera, amigo o enemigo, a la desesperación y el crujir de dientes. Una de las cumbres humorísticas de todas la escuela Bruguera.

La Abuelita Paz, anciana dulce, buena, y más peligrosa que McGiver en una ferretería, es increíble como una anciana tan dulce puede llegar a provocar las situaciones que suceden en sus historietas.


DON POLILLO

Don Polillo y la Abuelita Paz. En cierto modo, un mismo personaje en las dos versiones respectivas de su sexo. Ambos son urbanitas, viven solos, son independientes y tienen la capacidad destructora de un ciclón; ambos provocan el caos más tremendo sin proponérselo en absoluto y están llenos de buenas intenciones. En cuanto a potencia arrasadora, la Abuelita Paz gana a Don Polillo por goleada. Su existencia, una especie de exilio dorado en su propia burbuja guarda fuertes semejanzas con las de la anciana protagonista de El quinteto de la muerte, semejanza de la que da testimonio su habilidad para deshacerse de cuantos cacos y malhechores en general a ella se aproximan. También urbanita y también solitaria es la anciana amiga de los gatos inquilina de 13 Rue del Percebe, de Francisco Ibáñez.

A diferencia de los reseñados más arriba, otros ancianos (esos humanos que han vivido más décadas que uno mientras uno es joven y más años que uno cuando uno ya ha dejado de serlo) aparecen insertos en sendas familias: los abuelos de las familias Cebolleta y Churumbel, y la abuela de la familia Gambérrez (todos de Vázquez). Don Polillo era gráficamente una versión del Abuelo Churumbel con el sombrero cambiado); las ancianas, con el pañuelo a la cabeza y de marcado origen rural como la tía Genoveva de Mari Pili y Leopoldino (de Íñigo) y la abuela de Agamenón (de Estivill). Un caso singular lo constituyen los abuelos de Zipi y Zape por sobrevivir ambos miembros de la pareja y por su carácter episódico.


ALÍ-OLÍ

Vázquez creó Alí-Olí, vendedor oriental en 1968 para Tío Vivo, sin embargo, lo tenía en la cabeza mucho antes. Ya había aparecido en una historieta de Ángel Síseñor en el DDT.




Alí-Olí es un árabe enano, sobre su mini alfombra voladora, vende a sus víctimas todo tipo de objetos, que les van llevando a comprarle el siguiente. Parodia del vendedor capaz de colocarte cualquier cosa, no tuvo mucha aceptación. Impregnado de la ingenuidad falsa de Angelito.


LA FAMILIA CEBOLLETA

La familia Cebolleta, es una de las familias de las sagas que retrataron tanto Vázquez, como Francisco Ibáñez, pero despojada de la demoledora crítica de la institución que hace Manuel Vázquez. La comicidad reside en la interrelación de los personajes. Tanto Cebolleta como Trapisonda, historieta de Ibáñez, mantienen un esquema similar: el cabeza de familia (Don Rosendo y Pancracio) se muestra tiránico con la familia y adulador con el jefe, pero siempre acaba siendo víctima de su abuso de autoridad.

No se libran, los personajes Bruguera de que el paso del tiempo, incluso escenificado en un reloj de juguete, transforme su aspecto e, incluso, en algún caso, les haya hecho pasar de las manos de un dibujante a otro. El abuelo Cebolleta, miembro destacado y carismático del universo Bruguera, debutó en el semanario DDT, en 1951, en su número inaugural. Entre esta imagen inicial y la que luce en las portadas de los Olés, han mediado dos décadas y la irrupción del medio televisivo, al que se asoma tanto en el relojito de mentirijillas, como en la portada antedicha. En ambos casos, la pantalla del televisor ha desaparecido y el espacio vacío enmarcado por la caja del aparato sirve de escenario al personaje, equiparando al moderno electrodoméstico, con un secular teatrillo. El atascado y muy rudimentario mecanismo del juguete de la casa Guisval nos hurta la completa visión del patriarca de los Cebolleta al quedar oculto por las manecillas (tal vez con la inconfesada intención de impedirle que nos endilgue una de sus peroratas henchidas de heroicidad y erizada de peligros y cipayos).

Dentro de la familia Cebolleta, menuda familia, el pobre Don Rosendo las veía venir por todas partes, con su jefe, su familia, y sobre todo el abuelo Cebolleta, que si te pillaba te explicaba batallitas de la guerra hasta que reventabas, impidiendo en la mayoría de ocasiones que Don Rosendo logre su única ilusión: leer tranquilamente el periódico en casa. Otros personajes son la esposa, Leonor, el niño, Diógenes, y el loro, Jeremías.


LA FAMILIA GAMBÉRREZ

La familia Gambérrez, de ambientación campesina y tipos tan hilarantes como la abuela que hace bufandas a todo bicho viviente, un niño que habla del revés, con la letra de los bocadillos bocabajo, o un cerdo humanizado con gafas y un libro siempre bajo la pezuña, desarrollando un tipo de humor ya bastante cercano al absurdo.

En marzo de 1959, salió a la luz el primer número de Ven y Ven, otra revista de humor para jóvenes. Vázquez plasma para ella La Familia Gambérrez, una suerte de Familia Cebolleta de pueblerinos, en la que incluso participa un cerdo intelectual con lentes que recuerda al cerdo Violeto de Pepe Iglesias "El Zorro".


LA FAMILIA CHURUMBEL

La familia Churumbel, un clan gitano, en la que el motor lo constituyen los estrambóticos robos de Manué, el padre, o del Abuelo. La historieta (1960) narra las peripecias de un clan gitano en el que lo inusual, lo raro es el amor al trabajo. El hijo mayor es la oveja negra, el deshonor de la familia, cuyo particular código ético les obliga a procurarse el sustento sustrayendo cuantos “burro”, “serdo” o “gayina” encuentra Manué, el padre, a su alcance. La “joya” de la familia es el abuelo, capaz de los robos más audaces e increibles, como el de una locomotora, vagones incluidos, o el hilo telefónico de toda la ciudad formando un gigantesco ovillo. La madre y el bebé que siempre porta a su espalda (y que ya roba lo suyo) completan la figuración de esta serie ejemplar, marcada por un delicioso tono absurdo en un momento particularmente brillante en la carrera de su autor.

En la familia Churumbel, el abuelo "afana" incluso lo más impensable, cosa que no sucede con el cabeza de familia, que no da una a derechas. Los Churumbel constituyen una familia gitana que afana lo que puede. Desde el abuelo anciano (un Don Polillo con sombrero cordobés) hasta el bebé (el Churumbel churumbel). Hay, como en todas las familias, una oveja negra, el joven rebelde y contestatario que muestra gran entusiasmo por el trabajo, con lo que mata a disgustos a su atribulado padre ( humorística “puesta del revés” de los problemas generacionales que se suelen presentar en todas las manifestaciones creativas del subgénero de delincuentes juveniles).

En las historietas de la Familia Churumbel encontramos las características propias de Vázquez: la magistral expresividad que logran sus personajes con la mayor economía de trazos; su desvergüenza vitalista que se respira en cada viñeta (¡¡esa timba de cerdos!!); su habilidad para crear ambientes y tipos con el empleo de los elementos mínimos e indispensables; el disloque, en aras de la comicidad y la expresividad, de las leyes físicas y de las químicas; su genialidad, en suma.

Desde la primera viñeta (1960), nos hallamos inmersos en el “Mundo Churumbel”, con cuatro miembros de la familia actuando de un modo significativo: el hijo renegado (que tiene una expresión de “iluminado”, por cierto), el padre responsable, la madre abnegada y el hijo pequeño, que pone a salvo la continuidad de la tradición familiar porque roba ya antes de saber andar . Con un par de objetos, la vivienda de los Churumbel queda perfectamente descrita.

Al abuelo, auténtico patriarca del clan, le conocemos en la segunda viñeta y reconocemos en él a un maestro en su oficio. Sigue una viñeta de caracterización del personaje protagonista, en la que enciende su colilla de puro y le vemos dispuesto a iniciar sus andanzas.

Para ello Vázquez le dibuja un poco de fondo y le dota del palito típico (que desaparecerá poco después, porque le estorba al dibujante). Después seguiremos a Manué en sus afanes delictivos. Se le ve buscar en un vertedero y timar a un paleto. Al final, llega el desengaño.La Familia Churumbel está bastante más lograda que La Familia Gambérrez en su realización y en su comicidad.