Inglaterra pasó los años 80 viendo desmoronarse su propio legado. Margaret Thatcher había librado una década larga de guerra contra los sindicatos y las huelgas de los mineros mientras el país se reunía ante la televisión para ver actuar a su propia policía brutalmente contra los trabajadores que impedían el trabajo de otros trabajadores. Un cambio de enfoque de la industria del carbón hacia la industria de servicios hizo cerrar fábricas en todo el país, siendo los barrios de clase obrera donde se sintió el golpe más duro. El movimiento punk que que dominó los años finales de los 70 y principios de los 80 fue retrocediendo en favor cada vez más del sonido new wave y la música pop. La emoción del dinero estaba contaminando las ondas de radio; nada convencional ya tenía energía real. El hábil profesionalismo era la orden del día; toda la música emocionante estaba surgiendo de América.
La banda local de Manchester, The Patrol, actuaba haciendo imitaciones de The Clash. El grupo decidió sólo por diversión darle una oportunidad al bajista ante el micrófono para cantar una última canción, un cover de Blockbuster de The Sweet para terminar las actuaciones. El bajista era Ian Brown y esa noche se dio cuenta de que se sentía más a gusto cantando ante el micro que aporreando el bajo. Era 1981 e Ian no encontraría el lugar para el que estaba destinado hasta que Andy Couzin se acercó a él para compartir tareas vocales en su banda, The Waterfront. Después de la disolución de The Waterfront, Andy e Ian se vincularon con Peter Garner en el bajo, John Squire fue reclutado para la guitarra y Alan Wren se unió a la batería. El nombre de la banda, para ilusttar este contraste, fue The Stone Roses.
The Stone Roses se formaron en 1983 y lanzaron su debut en larga duración en abril de 1989 en Reino Unido y en julio del mismo año en Estados Unidos, habiendo publicado previamente un puñado de singles en varios sellos diferentes. A pesar de no considerarse dentro de la escena Madchester, su debut homónimo les reportó el éxito a nivel nacional junto a grupos como los Inspiral Carpets y Happy Mondays. Los Roses grabaron el disco con John Leckie, un productor que había trabajado con Pink Floyd en Meddle. Fue lanzado por Silvertone, una división de Zomba Records creada para trabajar con nuevos grupos de rock.
Hasta finales de los 80, Manchester tenía la imagen de un lugar amenazador y austero, donde el fantasma de Ian Curtis todavía resonaba. La concatenación por los Stone Roses de la dulce psicodelia de la Costa Oeste y la llamativa cultura rave era tan imprevisible como sísmica. A la vez que la década de los yuppies y el consumo codicioso de drogas estaba en su ocaso, el acid house se levantó desde la clandestinidad y se infiltró en el mainstream con sus caras sonrientes y ritmos estruendosos, pero con él, las bandas de guitarras comenzaron a deshacerse de los abrigos largos. Desde el Noroeste surgió un huracán y en el ojo de la tormenta estaban los Happy Mondays y los Stone Roses. En mayo de 1989, los Stone Roses lanzaron su álbum debut homónimo y nada volvería a ser lo mismo.
Como la mayoría de publicaciones de Stone Roses, la portada muestra una obra de John Squire. Es una pieza de influencia de Jackson Pollock titulada Bye bye badman, que hace referencia a los disturbios de mayo de 1968 en París. La portada fue nombrada por la revista Q como una de las 100 mejores portadas de todos los tiempos. En el artículo adjunto, escribía Squire: "Ian Brown había conocido a este hombre francés cuando él estaba haciendo autoestop por Europa. Este hombre había estado en los disturbios y explicó a Ian cómo se había utilizado limones como antídoto para el gas lacrimógeno. Después salió el documental, con su imagen impactante al comienzo de un tipo tirando piedras a la policía. Me gustó su actitud". Esta historia también fue la inspiración para la letra de la canción del mismo nombre. El fondo de la portada se basa en la calzada Giant's Causeway de Irlanda del Norte, que la banda visitó mientras actuaban en un concierto en la Universidad de Ulster en Coleraine.
The Stone Roses fue bien recibido por las publicaciones británicas NME y Melody Maker, que cubrían la escena Madchester en aquellos tiempos. Bob Stanley de Melody Maker calificó el álbum como "divino" y consideraba "la columna vertebral del LP" la guitarra de John Squire, que calificó como "maravillosamente fluyendo, ciertamente psicodélica, hay elementos de Hendrix (especialmente en Shoot you down) y Marr (en el fade de Bye bye badman), pero el resto es el propio trabajo de los chicos". NME clasificó a The Stone Roses en el número 2 en su lista de fin de año de álbumes de 1989. La banda recibió más exposición maninstream tras su debut en Top of the Pops en 1990. En su guía para los consumidores de The Village Voice, el crítico estadounidense Robert Christgau encontraba a la banda "sobrevalorada", cuestionando "lo que lo hacen... ¿no lo hacen ahora tan bien cien bandas amerindie?. Bromeaba "son sorprendentemente eclécticos". Y declaraba, "aunque tienen sus momentos como compositores, Bye bye badman siempre me detiene, y I want to be adored los resume, su música es sonido, dedos persistentes sobre las cuerdas y así sucesivamente".
Desde su recepción inicial, The Stone Roses fue aclamado tanto por críticos como por músicos. En una revisión sobre su reedición de 1999, Q alababa "la alquimia de pop puro" del álbum y declaró, "todavía fascina... queda claro aquí que era una banda y un álbum entre un millón". Mojo recomendaba encarecidamente la reedición a los consumidores y declaraba: "configura el tono de la música rock en los años 90; nostálgicos e incapaces o reacios a comunicar cualquier mensaje excepto alimentar tu cabeza, sin cuestionar nada, parece elegantemente desocupado". Bernadette McNulty de The Daily Telegraph elogió su reedición de 2009 por "hacer brillar la mezcla ultrasegura de ritmos psicodélicos bañados por el sol y aptos para pistas de baile", y dijo que el significado musical original del álbum, "en comparación con los oscuros machos mancunianos que siguieron su estela, la belleza de este debut mitológico veinte años más tarde es su luz, de una hermosura casi femenina". Rolling Stone lo calificó como "una ráfaga de arrogancia magnífica, una fusión de destellos del pop de los 60 y la cultura rave británica". En The New Rolling Stone Album Guide (2004), el editor David Wild contribuyó señalando a Elephant song y Fools gold como destacadas.
En 1997, fue nombrado el 2º álbum más grande de la historia en la encuesta Music of the millenium llevada a cabo por HMV, Channel 4, The Guardian y Classic FM. En 1998, los lectores de la revista Q lo colocaron en el número 4, mientras que en 2000 la misma revista lo clasificó en el número 29 en la lista de Los 100 álbumes británicos más grandes de la historia. En 2004, el álbum fue votado como el Mejor álbum británico de todos los tiempos en una encuesta de The Observer de 100 músicos y críticos. En 2006, la revista Q colocó el disco en el número 5 en la lista de Los 40 mejores álbumes de los 80. En 2008, fue nombrado el 5º Álbum británico más grande de la historia por una encuesta de la revista Q y HMV.
En 2000, recibió el premio de Álbum más grande de todos los tiempos en los NME Premier Awards, y en 2006, el álbum encabezó la lista de Los 100 álbumes británicos más grandes. En verano de 2009, NME publicó un número especial sobre el 20º aniversario del álbum, etiquetándolo como el Mejor álbum debut de la historia. En 2010, The Stone Roses ganó el premio Mojo Classic Album. Al anunciar el premio, Mojo observó cómo la banda "logró resumir una época y crear una obra que trasciende también el momento en que se hizo", antes de preguntar ¿existe un álbum británico más emblemático de las últimas dos décadas?"
En 1999, en el décimo aniversario de su lanzamiento, una reedición especial de dos discos de The Stone Roses alcanzó el número 9 en la lista de álbumes británica. En 2007 una versión remasterizada fue lanzada por Silvertone como CD Carbon Neutral Entertainment (con consejos sobre ahorro de energía). En 2009, la edición 20º aniversario remasterizada fue lanzada en varios formatos: el álbum original de 11 canciones (con el bonus track Fools gold) en CD y vinilo 12" LP (que incluye un single 7" de una cara con la pista demo inédita Pearl bastard); un conjunto de 2 CD y 1 DVD en edición deluxe, con el álbum en el disco 1, una colección de 15 pistas de demos inéditas titulado The lost demos en el disco 2, y un DVD con una actuación en vivo de 1989 titulada Live in Blackpool; y una edición boxset de 3 CD, 3 LP y 1 DVD para coleccionistas.
A pesar de que los Stone Roses eran considerados los líderes nominales de la escena británica Madchester, un fenómeno de rock indie que fundía la guitarra pop con rave alimentado con drogas y cultura dance, resulta irónico que su debut homónimo sólo alude a la música dance. Lo que hizo importante el disco fue cómo acogieron el pop y el dance juntos, tratándolos como si fueran la misma bestia. Igualmente importante fue la fría y distante arrogancia de los Roses, personificada por la voz indiferente de Ian Brown. La cómoda malicia de Brown se pone de manifiesto con canciones igualan tanto sus sentimientos como su voz. I wanna be adored, con su insidiosa línea de bajo y ganchos de fría guitarra, cantada con tono melancólico en una cadencia hipnótica y ligeramente sincopada, no pide adoración, sólo la espera. Asimismo, Brown puede reclamar I am the resurrection y recostarse, como si no hubiera ningún espacio para el debate. Pero la clave de The Stone Roses son las capas de simples y extremadamente pegadizos ganchos de John Squire, y cómo la sección rítmica de Reni y Mani siempre implica ritmos de baile sin entrar abiertamente en la discoteca. En She bangs the drums y Elephant stone, los ganchos anidan inseparablemente con el ritmo, y logran transmitir el mundo colorido, neo-psicodélico del acid house. Los riffs de Squire son luminosos y pegadizos, evocando la British Invasion mientras que sugiere el futuro con sus efectos de eco en fases. The Stone Roses fue una doble revolución que aportó la música dance ante un público que anteriormente estaba obsesionado con las guitarras, mientras que revivió el concepto de composición de canciones clásicas pop, y las repercusiones de su logro se escucharían a lo largo de los años 90, aunque los Stone Roses nunca podrían alcanzar este nivel de éxito de nuevo.
Hosco, huraño y tremendamente confiado con su lanudo cabello lanudo y jeans anchos, el cantante Ian Brown declaraba en el álbum, "I am the resurrection and I am the light" (yo soy la resurrección y yo soy la luz), conectando con una nación de chicos afectados por el acid-house dispuestos a creer en algo. Como suele suceder, la arrogancia de Brown estaba fuera de lugar y el estrellato de la banda de rock tuvo mucho menor vida de lo que nadie esperaba. The Stone Roses hicieron un debut impresionante, y después se desangraron en una lenta agonía de controversias contractuales, discordias internas y, eventualmente, la indiferencia pública (aunque su segundo lanzamiento y canto del cisne, Second coming, no fue tan malo como la crítica aseguraba), que mató una carrera que ahora esencialmente consistía en un gran disco.
Lo que los Roses hicieron mejor, fue unir pop psicodélico con ritmos aptos como vía poderosa para apelar a los fans del rock y el rave, los amantes de ganchos y ritmos, punks y aquéllos que dan la bienvenida a solos de guitarra de 10 minutos. Si las influencias son importantes, el álbum influenció a otras bandas, como Spiritualized, Primal Scream (a quienes el bajista Mani se unió después de la disolución de los Stone Roses), los Manic Street Preachers, The Beta Band, The Libertines, y, como los hermanos Gallagher nunca han perdido la oportunidad de mencionar, Oasis. Y a diferencia de la mayoría de las bandas del movimiento Madchester, los Roses no sólo se trataban de un tipo de sonido, una vibración o una escena. Eran dueños de un paquete de canciones tremendamente pegadizas, emocionalmente matizadas, líricamente astutas sobre el amor, la lujuria, la juventud y la ambición salvaje que no requiere de un contexto histórico para entender o abrazar. Explotando la falsa dicotomía entre álbumes y singles de la banda, The Stone Roses es un álbum lógico, coherente compuesto por increíbles canciones independientes.
She bangs the drums, Waterfall, Made of stone, (Song for my) Sugar spun sister, y Fool's gold (single que se agregó a la versión original en la edición para Estados Unidos), serían hits en las emisoras de radio en cualquier década. Los vocales de Brown, el punteo intrincado y poderosos riffs del guitarrista John Squire, y la sección rítmica Mani y Reni, los ritmos concatenados, son un caso típico de todo en conjunto superando con creces a sus componentes individuales. Incluso Elizabeth, my dear, un notorio golpe bajo a la monarquía musicalizado como un Scarborough faire sonando a melodía medieval, que termina con un tiro de pistola silenciada, era entonces muy osado y permanece actualmente deliciosamente mordaz.
Pero críticas a la reina y otros actos de resistencia simbólica a un lado (Bye bye badman y la referencia de la portada de arte expresionista abstracto a las protestas estudiantiles de 1968 que desplazaron instituciones políticas y culturales francesas), The Stone Roses no es una obra radical, o incluso particularmente progresiva. Desde sus verso-estribillo-versos, sus meticulosos overdubs y cuidada secuenciación, a su revival de viejos mitos de rock ("I don't have to sell my soul/ He's already in me"), el álbum es una hábil producción diseñada para la máxima penetración en el mercado.
The Stone Roses es un álbum donde todo estaba calculado para ganar dinero. Desde la estruendosa apertura de I wanna be adored, toda una declaración de intenciones de cuatro hombres que sabían que eran mejores que lo que había existido antes que ellos, y que sabían que habían creado algo especial, era sólo cuestión de tiempo antes de que todos los demás se pusiesen al día.
La clave del atractivo de The Stone Roses residía en que la voz de Ian Brown era limitada, por lo que la instrumentación tenía mucho campo para cimentar un buen sonido global. Los ganchos debían ser masivos, las melodías siempre a punto, las armonías irresistibles, y cada canción tenía que exudar una confianza de tal grado que nadie notase las carencias vocales de Ian.
Ian Brown quería ser adorado, y así lo pone de manifiesto ese deslumbrante y épico inicio del disco con I wanna be adored, con una gruesa línea de bajo, un riff de guitarra atmosférico, y los tambores con un poderoso recibimiento. El resto del disco no es tan atmosférico; en cambio es una colección perfecta de temas pop, como She bangs the drum, (Song for my) Sugar spun sister, Made of stone o Waterfall. Shoot you down inyecta un poco de variedad en la parte posterior del álbum con un tono de bajo jazz.
El aroma a la música de los 60 se siente casi por todas partes. She bangs the drum propone la exuberancia solar del jingle-jangle de los Byrds en un fuerte ritmo de la batería. Las armonías vocales de los Byrds en cambio impregnan Waterfall, que caracolea a ritmo de country-rock floreado de psicodelia, y Bye bye badman, es aún más hipnótica y sonriente. Las armonías vocales despreocupadas de la California de los años 60 de Sugar spun sister (Beach Boys, Associations) y especialmente el marcial Made of stone (Mamas & Papas). La mano del grupo se nota en que el ritmo deforma esas melodías sencillas en trance trascendental. Es principalmente Reni quien domina el sonido de los Stone Roses. No sólo sus cadencias son la canción, sino que su virtuosismo la colorea de ambiente psicodélico o insinuaciones incluso místicas. Squire se limita a adornar los fantásticos tambores con su imaginativo jingle-jangle.
El bajo de Gary "Mani" Mounfield es uno de los mejores ejemplos de cómo un bajo puede llevar un álbum adelante, y se convirtió en el pan para la mantequilla de Squire. Detrás de ellos, el ritmo del tambor de Reni volvía a ser el epítome de un músico que extrajo un asombroso sonido de su instrumento sin tener que recurrir al refugio de solos para llamar la atención. El cantante Ian Brown después dijo: "no seré capaz de cantar como Lennon, pero cuando nos juntamos estos chicos es algo especial".
La influencia de este disco fue de gran alcance y todavía se puede notar en la actualidad. Noel y Liam Gallagher, mientras estaban en un concierto de los Stone Roses, fueron inspirados lo suficiente como para decidir qué es lo que querían hacer. Liam declaró años más tarde que había comprado el álbum tres veces porque, "bueno, sólo sentía que debía hacerlo". Este álbum fue más que un pedazo de plástico negro, fue el tótem de una generación desplegando sus alas y definiendo una era.
The Stone Roses llegó en el Billboard 200 al número 86, y en Reino Unido al número 19 en su edición original, pero escaló hasta el 9 en 2004 y al 5 en 2009 tras sucesivas reediciones. En cuanto a sus singles, She bangs the drum fue número 34 en Reino Unido y 9 en el Billboard Modern Tracks americano; I wanna be adored llegó al 20 en Reino Unido y al 18 en Billboard Modern Tracks; Fools gold fue número 8 en Reino Unido y 5 en Billboard Modern Tracks; Elephant stone fue número 8 en Reino Unido; Made of stone, 20 en Reino Unido; One love, 4 en Reino Unido; Waterfall, 27 en Reino Unido; y I am the resurrection, 33 en Reino Unido.
Listado de canciones:
1.- I wanna be adored
2.- She bangs the drums
3.- Waterfall
4.- Don't stop
5.- Bye bye badman
6.- Elizabeth my dear
7.- (Song for my) Sugar spun sister
8.- Made of stone
9.- Shoot you down
10.- This is the one
11.- I am the resurrection
Edición Estados Unidos 1989:
12.- Elephant stone (UK 7" single version)
13.- Fools gold (UK 12" single version)
Edición 10th anniversary 1999:
14.- What the world is waiting for
15.- Where angels play
Edición 20th anniversary 2009:
16.- Pearl bastard (demo)
17.- Full fathom five
18.- The hardest thing in the world
19.- Going down
20.- Guernica
21.- Mersey paradise
22.- Standing here
23.- Simone
24.- One love
25.- Something's burning
Vídeos:
I wanna be adored - The Stone Roses
She bangs the drums - The Stone Roses
Waterfall - The Stone Roses
Don't stop - The Stone Roses
Bye bye badman - The Stone Roses
Elizabeth my dear - The Stone Roses
(Song for my) Sugar spun sister - The Stone Roses
Made of stone - The Stone Roses
Shoot you down - The Stone Roses
This is the one - The Stone Roses
I am the resurrection - The Stone Roses
Elephant stone - The Stone Roses
Fools gold - The Stone Roses
What the world is waiting for - The Stone Roses
Where angels play - The Stone Roses
Pearl bastard - The Stone Roses
Full fathom five - The Stone Roses
The hardest thing in the world - The Stone Roses
Going down - The Stone Roses
Guernica - The Stone Roses
Mersey paradise - The Stone Roses
Standing here - The Stone Roses
Simone - The Stone Roses
One love - The Stone Roses
Something's burning - The Stone Roses
2 comentarios:
Demasiado para ser calificado como el mejor disco de todos los tiempos y lo de influyente tampoco lo creo Un grandisimo disco si. lastima que el grupo se dejo los sesos en esta obra pues luego poco han ofrecido de interes a mi gusto
No lo es. Y en cuanto a su influencia, yo creo que tuvo alcance limitado y se aprovechó de la situación social y musical del momento, lo que no obsta para reconocer que es un muy buen disco. Nivel al que no llegaron ni de lejos con lo que hicieron después, tanto en grupo como en solitario.
Saludos, Bernardo.
Publicar un comentario