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Esta tarde hemos comenzado la temporada oficial tenística con el torneo de dobles de los clubes de la comarca. Nos ha tocado viajar a un club terrassenc de gran solera en hockey hierba. Era una eliminatoria importante, pues fue contra quienes terminamos la temporada pasada y nos ganaron. Cuando ya estábamos sobresaturados de partidos y de Torneo Social del club. Ganar hoy era importante para insuflarnos moral de cara a la larga temporada del torneo.
Lo cierto es que no hemos podido terminar ninguno de los cinco partidos a causa de la lluvia. Íbamos bastante igualados, pero en el mío, llevábamos ventaja de un set y 3-0 en el segundo. Mi pareja y yo no estábamos jugando nada bien, y a mí particularmente me molestaba mucho sacar con lluvia. No podía sincronizar bien el movimiento, y he hecho muy pocos primeros. Eso sí, en los momentos críticos me he concentrado lo suficiente para hacer valer mi ventaja comparativa. Cuando ya la lluvia comenzaba a aumentar, hemos entrado más en el partido, y la última bola la he jugado con mucha cabeza. Muchas veces no hace falta pegar drives ganadores para ganar puntos. Si vas por delante en el marcador, es mejor tratar de presionar al contrario para que arriesgue él. Esto se aprende tras años de jugar y tropezar en la misma piedra. A este respecto me ha venido muy bien el comentario de mi pareja en el primer set, de que si jugando mal estábamos 5-5, cómo irámos si jugásemos un poco bien. A partir de ahí hemos hecho 5 juegos seguidos.
De cara al resto de torneos, mi participación es una incógnita. Este verano he seguido con lesiones menores, suficientes para impedir coger ritmo, y voy a tratar de dosificar los torneos, porque cuando juego más de la cuenta tardo en recuperar, si no es que me lesiono. En el Torneo Tardor del club, que comenzará el mes que viene, en principio no me quería apuntar, pero es probable que al final me apunte.
Ha habido un cambio este verano: he conseguido una raqueta que me responde a lo que le pido. "Tiene toque", como digo yo. Es como la prolongación de mi mano. El revés lo controla bastante, el cortado me sale bastante bien, el drive lo meto donde quiero, y el saque, después de domarla unos días, lo ajusto bastante con ella. La volea despide a la perfección, pero también es a causa del cordaje de lujo que llevo.
La raqueta en cuestión es bastante más cara que todas las que he tenido con anterioridad, pero desde que la probé un día mientras me cambiaban el cordaje de la antigua, supe que había nacido para llevarla en mi mano derecha. Se trata de la Wilson Lite 6.1, más conocida por ser la que usa habitualmente Roger Federer.
Sólo pesa 249 gr. (me evitará lesiones de codo, pero me obligará a alargar más el golpe para controlarlo mejor), y la voy a tratar a cuerpo de rey. Es una raqueta con la que he recuperado la alegría de jugar, porque cuando fallo, sólo puedo ser yo el culpable, no tengo excusas. La raqueta va a la perfección. Algún amigo me decía que las raquetas anteriores no eran adecuadas para mí. A ver si por fin logro tener buenas sensaciones y complementar con nivel físico la potencialidad de juego de esta raqueta.
2 comentarios:
Nada de nada... a usted sólo le anima el tono físico la de la entrega de los premios consolador
¿Por qué te piensas que voy como loco intentado ganar otra copa? No es por el premio, es por la que lo entrega...
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