THE CHAMELEONS (2ª PARTE)
Fue uno de mis primeros posts, y, dado que en su día encontré escaso material visual y, pasado casi un año, he encontrado bastante más para ofreceros, hago un nuevo homenaje a este gran grupo de los 80, que tuvo una vuelta en el nuevo siglo efímera, pero con su sello genuino.
Aquí os dejo tres vídeos de Mark Burgess con su grupo The Chameleons, y otro homenaje a un ex-compañero y gran músico: Adrian Borland (AQUÍ y AQUÍ).
Los dos primeros son dos canciones de Chameleons, el primero una versión en directo de Pleasure and pain, y el segundo, Perfume garden, cantada por Mark; el tercero es un tributo al mismo grupo de la canción Swamp thing; y el último es un homenaje a Adrian Borland, ex-cantante de The Sound, con quien tocó en White Rose Transmission, de una canción de los Sound, Possession:
Pleasure and pain - The Chameleons
Perfume garden - Mark Burgess
Swamp thing - The Chameleons
Possession - Mark Burgess (cover The Sound)
Y os linqueo más mp3, Second skin, del album Script of the bridge; On the beach, del segundo, What does anything mean, basically; la bonita Tears, Caution y la medieval Seriocity, del excelente Strange times; y Miracles and wonders, cantada en modo rap, del último album, Why call it anything:
Second skin
On the beach
Tears
Caution
Seriocity
Miracles and wonders
Al respecto, he de confesaros que este blog tiene una deuda tremenda con Adrian Borland, uno de mis cantantes favoritos. Prometo un doble post sobre su carrera en calendas más heladas.
2 comentarios:
Me acabo de fijar que casi todas las canciones me recuerdan al bajo y guitarreo inicial de A forest de los Cure.
Little
No es un secreto que muchos grupos de entonces recibían influencias unos de otros, y The Cure eran uno de los mejores del momento. La guitarra de Robert Smith y el bajo de Simon Gallup eran de los más copiados, y en este caso está claro que Chameleons recibieron influencias de Cure, y viceversa, pues Chameleons ejercían gran influencia sobre otros grupos.
Al respecto, comentar que yo tenía (y tengo) un amigo que tocaba en un grupo barcelonés, y esos arpegios guitarreros lo volvían loco, e intentaba hacerlos en su grupo. Le daba un toque excelente. Siempre pensé que esa guitarra superaba con creces la calidad del resto del grupo, pero cuando un grupo no pega el salto, muchos buenos músicos quedan en el anonimato. Son las cosas del mercado musical.
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