viernes, diciembre 29, 2006

BREVE HISTORIA DE LOS CELTAS


Ya que un vecino me pide que reseñe críticas literarias, os voy a tratar de hablar del último libro que he leído, que trata del mundo celta,


No. Me refiero a los celtas,


Pero no a esos, sino a estos,



Dentro de la colección “Breve historia”, uno de los libros se dedica al pueblo celta.

Pueblo cuyos orígenes datan alrededor del 3000 a.c., asentándose inicialmente en Hallstat (actual Austria) y La Tene (actual Suiza). A pesar de los cambios étnicos y geográficos sufridos, su influencia aún perdura, y estos últimos siglos se ha vuelto a rescatar del olvido sus historias y costumbres. Fueron uno de los pueblos más característicos, desconocidos y misteriosos de la humanidad.

El libro comienza con las historias de tres de sus más conocidos personajes:

- Viriato, caudillo lusitano, que hizo frente al invasor romano durante ocho años, y que logró una cierta unidad de las tribus celtas para hacer la guerra. Fue asesinado mientras dormía por tres de sus ayudantes. El libro abona la teoría de la traición alentada por el cónsul Cepión, pero no descarta que el motivo fuese el cansancio de la guerra. Posteriormente habla sobre el asedio a Numancia, a la que sólo pudieron someter tras años de intentarlo varios generales, mediante el bloqueo y el hambre.
- Vercingetorix, caudillo galo, el cual logró reunir varias tribus contra los romanos, y que fue vencido en la decisiva batalla de Alesia, con una táctica similar a la toma de Numancia.
- Boudicca, caudilla britona, que fue vencida por la organización romana, frente a la fuerza bruta celta. Y para evitar la humillación que debieron sufrir otros líderes celtas, como Vercingetorix, que estuvo preso seis años en Roma y luego fue asesinado en la entronización de Julio César como dictador, decidió suicidarse cuando vio la batalla perdida.

Posteriormente nos habla sobre la sociedad celta, con rasgos comunes dentro de las diferentes características de tiempo y geografía.

Empujados por otras tribus, los celtas se desplazaron hacia Francia, España, Este de Europa, Turquía, norte de Italia e Islas Británicas. Incluso llegaron a saquear Roma en el 390 a.c. y Delfos en el 270 a.c., y su desorganización y falta de previsión pudo cambiar la historia si no se hubiesen preocupado sólo de conseguir botines. Sufrieron la romanización en todo su ámbito, excepto en Irlanda. Lo que hizo que en esta isla perdurasen las costumbres celtas más tiempo.

Sus fiestas anuales, la importancia de la mujer en la sociedad, su distribución en clanes, la importancia de los bosques, considerados morada de los dioses, su comunión con la naturaleza y sus fuerzas sobrenaturales, la construcción de sus viviendas en lugares elevados para facilitar la defensa, su ruralismo centrado en la agricultura y el pastoreo, su metalurgia desarrollada, la brutalidad en sus acciones guerreras, la costumbre de coleccionar cabezas cortadas, preferentemente de bravos guerreros todavía con vida para retener su espíritu combativo, la tradición oral comunicada entre generaciones por los druidas, el triskel o visión trinitaria y no dualitaria, entre los extremos opuestos siempre había un estado intermedio vinculado con lo sobrenatural.

El cristianismo llegó a Irlanda de la mano de San Patricio, pero combatió al decadente druidismo (los druidas tenían funciones jurídicas, religiosas y médicas), y lo reconvirtió, hasta que el Papado impuso la normalización. Y ello no se logró hasta el siglo XII, tras las invasiones vikingas y normandas desde Inglaterra. El símbolo del cristianismo celta es la cruz cristiana con el anillo solar celta.

Los monjes fundaron monasterios en pleno bosque, no como en el resto de Europa, que se hacía junto a las ciudades, y gozaron de libertad mayor que los continentales. Lo que generó una notable actividad religiosa e intelectual, en un tiempo en que Europa estaba siendo arrasada por los bárbaros. Los monjes que salieron de los monasterios irlandeses recorrieron toda Europa, y se dedicaron a transcribir todas las leyendas, mitos y leyes celtas que estaban bajo la tradición oral.

La cultura celta se fue perdiendo por la romanización, las invasiones y la imposición centralista de los nuevos grandes estados. El celtismo quedó recluido a las clases rurales, y se disfrazó de cuentos infantiles, imágenes de la nueva religión, en la música popular y en costumbres ancestrales.

A partir de siglo XVIII se produce un rebrote de la cultura céltica coincidente en el tiempo con el romanticismo y las nuevas luchas nacionalistas, recuperándose y revalorizándose las lenguas gaélicas (bretón, córnico, galés, manés, escocés e irlandés). El espíritu celta ha pervivido incluso en pueblos que nada tienen que ver física y geográficamente con los antiguos celtas. Quizá sea una reacción a la globalización, un soplo de libertad favorecido por nuevas tecnologías como Internet, o por estilos musicales alejados de la corriente mayoritaria.

2 comentarios:

www.checheche.net dijo...

Muy interesante.

Respecto a la brutalidad guerrera me impactó muchísimo la batalla de Alesia. Vercingetorix, con Alesia totalmente cercada por los romanos por una empalizada que la rodeaba, tuvo los santos cojones de sacar de la ciudad a todas las mujeres y lo niños para provocar problemas logísticos al asediador. Julio César no picó y rechazó acoger al grupo demujeres y niños, que quedaron atrapados entre las murallas de la ciudad y la empalizada de los romanos. Allí murieron de hambre a la vista de asediados y asediadores. La cureldad no es patromonio de nadie ni es nueva...
De verdad que esta "batalla" me impactó mucho.

Pkdor

JL dijo...

Desconocía esa anécdota de la batalla, pero tuvo que ser un acto deseperado, al ver que no podían pasar la empalizada las fuerzas de refresco que le llegaban a Vercingetórix. César sabía lo que se jugaba, y actuó como un auténtico general romano. Sabía que si dejaba reorganizarse a los galos, sus tropas se verían en apuros. Sólo la buena organización y la dirección de un único líder fue clave para derrotar a los fieros galos.