Maratón (BMG/Ariola, 1985) es el último disco que editaron Danza Invisible en la multinacional que sacó a la venta su LP de debut Sueños, del cual habían transcurrido tres años en los que el grupo se replanteaba tomar nuevas direcciones. De momento, esto no se percibía de forma notoria en cuanto a la orientación musical, aunque sí hay mucha más energía y menos atmósfera de la expuesta en sus anteriores publicaciones.
Algunas de sus canciones pasaron a ser clásicos de aquella época, sobresaliendo especialmente El club del alcohol y El ángel caído, aunque también destacaban las potentes ¡Deprisa! y En guerra. El LP no brilla por su originalidad, pero empieza a ofrecernos, en algunos destellos, la personalidad propia de Danza Invisible, y supone un punto de transición en su discografía.
Maratón es una pieza maestra del rock español. La banda estaba en su mejor forma, muy influenciada por los grupos ingleses de la época (Echo and The Bunnymen, Simple Minds, The Sound...), facturando aquí el que posiblemente sea su mejor disco, con 7 canciones redondas en letra, música e interpretación, recuperando el estilo guitarrero que le daba tantos éxitos en los directos. De nuevo la banda vuelve a crear otro disco cargado de puro pop rock, con grandes ritmos poperos; de hecho los conciertos posteriores fueron un completo éxito, ya que el nombre de Danza Invisible cada día cobraba mas fuerza.
El grupo malagueño se trasladó a los estudios Kirios de Madrid para grabar este trabajo, buscando un sonido mas "brit". La produccion corrió a cargo de Peter McNamee, que por aquel entonces trabajaba con los tambien españoles Radio Futura (Santiago Auserón hace un cameo en El club del alcohol, e incluso fue su ingeniero de sonido). Para cerrar la etapa con Ariola, grabaron en el tiempo récord de una semana el álbum Maratón (de ahí su título).
Maratón salió publicado en el verano de 1985 como mini-LP de 6 canciones, y constituye un trabajo muy importante dentro de la historia del grupo, ya que los malagueños quería dar un nuevo aire a sus producciones, tras sus anteriores experiencias discográficas con Julián Ruiz, y contrataron para ello a Peter McNamee, sellando un interesante trabajo que concretarían en el posterior Música de contrabando.
Pese a su impetuosa irrupción en el panorama musical nacional (llegaron a actuar como teloneros de Spandau Ballet) en el máximo esplendor del movimiento "new romantic", además de incluir un tema (Sin decir adiós) en la película de Fernando Trueba, Sal gorda (en la que el protagonista, Oscar Ladoire, hace de rocker), los resultados de Contacto interior no se correspondieron con las expectativas, y las ventas de aquel álbum fueron más escasas de lo esperado.
El quinteto tomó las riendas de su propia carrera, hasta que dos años después reivindicaban con Maratón la fuerza de su sonido guitarrero. Mientras tanto, Ricardo Texidó iniciaba sus proyectos paralelos, como Hombres Públicos, con los que llegaría a incluir un tema en un maxi-single colectivo, a la vez que se incorporaba casi como sexto miembro del grupo un nuevo letrista, Rodrigo Rosado, que colaboraba estrechamente con Javier Ojeda en esa parcela.
Que en el repertorio de Danza Invisible en directo se incluyan 3 canciones fijas de este disco, e incluso a veces 4, da fe clara y fidedigna de lo bien que funcionan esas canciones y de su potencial. La gran joya oculta, El pintor y la modelo, que es la 4ª canción que de vez en cuando últimamente recupera el grupo en directo, se encarga de abrir fuego. Quizás choca algo la cierta arritmia del estribillo, pero lo sinuoso que suena la melodía vocal de la letra en la voz de Javier Ojeda con frases como “Vuélvete hacia mí, tu imagen emerge del blanco del lienzo”, son sencillamente fenomenales. Las guitarras de Antonio Luis Gil y Manolo Rubio también sellan un papel impagable, con alternancia de momentos aguerridos en el estribillo y otras líneas más melódicas en las estrofas intermedias.
No escatima el disco de inicio, ya que en su segunda canción se dispone la avalancha de ritmos y el atropello de adrenalina musical que es El club del alcohol, con reminiscencias en el ritmo a los Sound. Clásico irremediable del repertorio de los malagueños, que el gran público (es decir, aquellos que conocen Sabor de amor y poco más) desconoce, pero que hacen suya si estudian un poco más la historia y el universo de Danza Invisible. Oda a la alegría, con unos riffs de guitarras desbordantes, un Javier Ojeda completamente desaforado y un trabajo básico por parte de Chris Navas y su bajo para concederle el vértigo necesario a este chute de energía musical que Danza Invisible nos regala en este Maratón y que suele ser parte de los últimos minutos de los conciertos que sigue dando el grupo. En la letra y melodía, hay cambios de ritmo muy buenos, como esas partes que dicen “las lágrimas se ahogan en alcohol (las risas flotarán), el hielo funde cualquier inquietud, que el vaho hace sentir”.
Pero el arreón inicial de Maratón no termina aquí. Se prosigue con la corrosiva y algo agria, El ángel caído. Estamos ante una composición que se aleja de la alegría que destilan las dos primeras composiciones, pero ese cambio de cariz recompone el tono del disco, ya que es una composición de gran fuerza, con una letra llena de miedos y fantasmas realmente buena y elaborada, y una estructura que, según algunos mentideros, pudo influir mucho en el estilo de los primerizos Héroes del Silencio. Normalmente suele formar parte de los conciertos del grupo y ese “¡Jamás!” del final del estribillo, impresiona mucho en directo. Con El ángel caído se completa un trío de apertura de disco insuperable.
La cuarta canción es otra de las canciones preferidas de los seguidores más veteranos de Danza Invisible. ¡Deprisa! supone un efecto parecido al de un elefante entrando en una cacharrería. Aunque Maratón es un disco efectivamente muy a la carrera, acelerado (precisamente más propio de una prueba de velocidad que de una maratón), la cuarta composición puede ser el momento más contundente de la obra, en clara lucha frente a El club del alcohol. Aunque quizá este disco es un ejemplo de álbum que no tiene ni un solo momento de descanso, si exceptuamos, levemente, A veces el campo.
Tras una intro algo calmada, resulta muy acelerada Por la fuerza, y destaca por unas notas muy marcadas y saltarinas del bajo de Navas. En la letra, compuesta por Ricardo Texidó, se ríe del protagonista, quien, por lo visto, puede comprar a medio Madrid o incluso a la humanidad, y está dedicada al poder de esos pocos que someten al pueblo a sus intereses personales. En definitiva es otro ejemplo del buen hacer instrumental de la formación a la hora de volver a confeccionar una estructura de melodías de cuerdas fabulosas.
A veces el campo se mueve por líneas parecidas al sonido de El ángel caído, aunque con una letra que no tiene nada que ver. Es muy interesante la sincronía de la maquinaria sonora de Danza Invisible a la hora de seguir conformando ese sonido tan característico de aquellos días, en el que podemos encontrar cierto paralelismo entre los Danza y los Soda Stereo argentinos, grupo que, al menos en su disco Nada personal, se asemeja mucho al sonido de los de Málaga.
En la edición en formato CD y posteriores reediciones, el disco termina con En guerra, otro tema cuya letra está escrita por Ricardo Texidó, y música y arreglos firmados por el grupo, que no suelen olvidar en sus repertorios de conciertos, y que comparten en su disco posterior Música de contrabando.
Este trabajo tiene su relevancia dentro de la historia del grupo en tanto guarda en su interior una serie de piezas clásicas y de las más valoradas por los auténticos seguidores de Danza Invisible, y también porque es paradigma del sonido de la primera etapa discográfica de esta formación, premonitorio del éxito que alcanzarían unos años más tarde, que en este disco estaban en liza con su formación clásica, integrada por Javier Ojeda como vocalista, Chris Navas al bajo, Antonio Luis Gil a la guitarra, Manolo Rubio en teclados y guitarras, y Ricardo Texidó en la batería. Supone un ejemplo de disco muy rítmico, acelerado y rebosante de energía. Su portada a franjas, con una imagen que podría ser vista a través de uno de esas cortinas de metacrilato a bandas, resulta muy estética.
Este Maratón de 1985 permitió a Danza Invisible principalmente sentar las bases de su futuro y comenzar el camino hacia el éxito, y con él pusieron punto y final a sus veleidades de grupo más o menos glamouroso, y sentaron firmemente las bases para la construcción de un estilo propio, aunque siempre en constante evolución. Tras este álbum o mini-LP, el siguiente paso fue el igualmente bueno Música de contrabando, ya como LP principal sin discusión alguna, y el ascenso a la cima con A tu alcance y Catalina.
Listado de canciones:
1.- El pintor y la modelo
2.- El club del alcohol
3.- El ángel caído
4.- ¡Deprisa!
5.- Por la fuerza
6.- A veces el campo
7.- En guerra
Vídeos:
El pintor y la modelo - Danza Invisible
El club del alcohol - Danza Invisible
El ángel caído - Danza Invisible
¡Deprisa! - Danza Invisible
Por la fuerza - Danza Invisible
A veces el campo - Danza Invisible
En guerra - Danza Invisible
4 comentarios:
Pues conocía más canciones de las que pensaba.
Yo me sigo quedando con el primero, pero tiene algunos temas, como A veces el Campo, El Angel Caído o La Pintor y la Modelo que están bien.
El Club del Alcohól es la típica que tengo tarareado en mis noches de juega, con unas copas de más, pero nunca me atrajo lo suficiente.
Se nota que ya no está Julián Ruíz, pero siguen teniendo temas con esencia Simple Minds.
Tendré que escucharlo detenidamente.
Gracias amigo.
Saludos sintéticos.
Maratón es, junto con Música de contrabando, claramente un disco de transición, entre el sonido de sus primeros trabajos y el más comercial que comenzarían a desarrollar los malagueños poco después.
Te comentaba en una entrada tuya que a veces las canciones vienen inspiradas por acordes o letras de otras conocidas. En el caso de este disco, el grupo se sintió muy influenciado por la música británica de la época, y algunos acordes principales o iniciales de canciones tienen cierta semejanza con otras canciones de entonces.
En el caso del Club del alcohol, parece que el primer riff vino inspirado por una canción de los Sound (a mí me suena mucho a Where the love is), y El inicial de El pintor y la modelo me apunta mi contacto en La Habana que era similar a una canción conocida de la época, pero todavía no he podido descubrir cuál (incluso le apunté si podía ser I am Damo Suzuki de los Fall... de nota, vamos... :P) Todavía estamos rompiéndonos los cascos de qué canción podría provenir. Se admiten sugerencias...
Saludos sintéticos
Considero adecuado que cuando en un blog se utiliza (con permiso o sin permiso) parte literal de un contenido ya escrito previamente en otro blog, al menos se cite o referencie la fuente original.
http://discosmusicayreflexiones.blogspot.com.es/2012/06/danza-invisible-maraton-1985.html
Hola, Abacab. Estás muy en lo cierto. Y ahora me he dado cuenta que no cité las fuentes, por error, con toda seguridad, como podrás comprobar en mis entradas desde hace unos cuatro o cinco años, en las que tras el texto siempre cito mis fuentes.
Perdona por la omisión, pero seguro que se me olvidó ponerlas. Sí recuerdo que me costó mucho buscar la información, y la extraí de sólo cinco o seis páginas, y de puntualizaciones que me hizo llegar el propio Ricardo Texidó, miembro fundador del grupo.
Saludos
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