The Pretenders es el álbum de debut de la banda de new wave británico-americana The Pretenders, lanzado en diciembre de 1979 por Real Records (Sire Records en Estados Unidos). Mediante una combinación de rock, punk y música pop, este álbum hizo famosa a la banda. El álbum cuenta con los singles Stop your sobbing, Kid y Brass in pocket. Respetuosamente clasificado en las pertinentes listas Best of rock, el LP está repleto de joyas clásicas infecciosas y memorable, debido sobre todo a la voz clásica y el talento en la escritura de Chrissie Hynde.
Pocos discos de rock & roll rock son tan originales como el álbum de debut homónimo de The Pretenders. Una fusión elegante, con estilo rock & roll stoniano, new wave pop y pura agresividad punk, The Pretenders está lleno de ganchos afilados y frescura. Aunque Chrissie Hynde se establece a sí misma como compositora contundente y distintivamente femenina, el disco no es un tour de force cantante/compositora, sino que es un álbum de rock & roll alimentado por una banda única y agresiva. El guitarrista James Honeyman-Scott nunca toca riffs convencionales, y su guitarra tratada en fases da nueva dimensión a los fuertes ritmos de Precious, Tattooed love boys, Up the neck y The wait, así como al pop más mesurado de Kid, Brass in pocket y Mystery achievement, proporcionando el perfecto apoyo para Hynde y su contoneo duro y sexy. Hynde no encaja en ningún estereotipo convencional del rock femenino y tampoco sus canciones, mostrando alternativamente un exterior acerado o una vulnerabilidad emocional cautivadora. Se trata de un disco profundamente gratificante, cuya principal virtud es su energía pura. The Pretenders se mueve más rápido y más duro que la mayoría de discos de rock, entregando una interminable serie de melodías, ganchos e infecciosos ritmos en sus 12 canciones.
The Pretenders hila las historias emocionantes y perversas que American Gigolo de Paul Schrader no tuvo el coraje de contar: historias sobre cómo el buen y tempestuoso sexo puede ser redentor, sobre cómo las malas relaciones prosperan gradualmente en desprecio, sobre cómo un apasionado ensimismamiento a veces puede abrirse a una mayor comprensión de las personas con quien estés involucrado. La vocalista principal y guitarra rítmica Chrissie Hynde y su excepcional banda examinan y refutan tantas devociones socioliberales reemplazándolas por lecciones arduas y personales y conclusiones no acordes a las modas, que consiguen hacer de la música de los Pretenders una de las más frescas y provocativas de la época. The Pretenders siguen siendo una banda crucial, tendiendo un puente entre el punk y la new wave. Ya habían publicado tres singles cuando este álbum de debut fue finalmente publicado.
Chrissie Hynde parece otra pretendiente al trono de las mujeres new wave. Con una rutina expresiva y de lamento controlada como la de Debbie Harry, la voz de Hynde tiene una frialdad profunda y severa que se instala sobre notas largas y las asfixia con una inexorable corchea. Muy rápidamente, te puedes dar cuenta que Chrissie tiene muchas más recursos que una autoridad intimidatoria: interpreta en un grupo que toca con interminables variaciones, como si la idea fuera exponer el máximo número de temas con el mínimo número de acordes.
En 1980, en Estados Unidos, el rock 'n roll estaba en un estado de cambio. Con la vieja guardia de bandas británicas como The Who y Led Zeppelin desvaneciéndose rápidamente del radar y los Rolling Stones respirando un último suspiro antes de iniciar un descenso constante que se prolongaría las siguientes décadas, y con el punk nunca imponiendo o causando gran revuelo, y bandas como The Clash, The Jam y Elvis Costello and The Atractions vistos como una curiosidad y un paso de lujo por la mayoría de oyentes de música mainstream, otras como The Cars, B-52s, Devo y The Knack hacían un rock 'n roll más aventurero. Las bandas que tocaban guitarras, tenían algunas canciones melodicas y nuevos sonidos, pero ciertamente no había grupos que liderasen el camino de un nuevo día brillante en el mainstream rock o que tuviesen un impacto significativo en la música alternativa, donde a menudo empiezan nuevas cosas. Lo que América necesitaba para ayudar a abrir las puertas de la nueva música era una banda con guitarras que tocasen alto y potente, un poco rápido y un poco descarado, y todo envuelto en una píldora que fuese fácil de tragar y que pudiese excitar a aquellos que buscaban un nuevo comienzo, pero no alienar a aquellos que se mantenían fieles a tiempos pasados.
En ese momento aparecieron los Pretenders. Creados en 1978 por la guitarrista Chrissie Hynde, una periodista joven de rock americano convertida en punk tras mudarse a Inglaterra en 1973 después de terminar la Universidad, Hynde pasaría a armar esta banda tras pasar cinco años colgada de la recién floreciente escena punk de Londres y en estrecho contacto con sujetos como Mick Jones, Malcom McClaren y Sid Vicious, entre otros, y un breve paso por la notoria banda de punk The Moors Murderers. Empapando todo y mezclándolo con su propio estilo vocal y sensibilidades musicales, Hynde, junto con el guitarrista James Honeymoon-Scott, el bajista Pete Farndon y el baterista Martin Chambers, pudo entrar en el estudio con los productores Nick Lowe y Chris Thomas y producir en masa una gran pieza del puente que ayudaría perfectamente al pasado del rock 'n roll a encontrar su futuro en lo que sería uno de los álbumes de debut mejor considerados en la historia del rock.
The Pretenders aseguraron su primer éxito británico a partir de un clásico de Ray Davies, Stop your sobbing. Producido por Nick Lowe, la melodía tenía una sensación pop de la que Hynde se hizo eco para mejorar la melancolía nostálgica de Davies, sonando como Mamas and The Papas, pero su tono surgió en los extremos de coros implicando un enorme resentimiento sin ni siquiera tener que pensar en sollozos. Entre la lánguida exuberancia de Lowe y la bravura patente de Hynde, surgió tan inefable tensión que lograron hacer de Stop your sobbing una canción ideal para las emisoras de radio. Nick Lowe decidió no trabajar con ellos otra vez porque consideraba que la banda "no iba a ninguna parte". Chris Thomas, ayudante de George Martin, productor de Elton John, asumió el control en las sesiones de grabación posteriores. El ingeniero era Bill Price. El álbum se grabó en los estudios Air, en Oxford Circus, ahora desaparecidos, propiedad de Martin.
El tema que elevó a Pretenders hasta las alturas fue Brass in pocket. Perfecta canción de Chrissie y un recuerdo a sus tiempos de dependienta en la tienda de Malcolm Mc Laren o como periodista eventual del New Musical Express. Chris Thomas consiguió convertir la lentitud de la maqueta de Brass in pocket en un número 1 gracias a introducir unos teclados y acelerar el tiempo.
Chrissie Hynde tenía todo para triunfar en el mundo de la música: una voz distintiva clásica (llegó a cantar a dúo con Sinatra y ha sido consistentemente demandada para una amplia gama de contribuciones vocales), un extraordinario talento para escribir éxito tras éxito, una actitud y movimientos sexy y atrevidos, unos modales humorísticos, entretenidos, pero abiertamente francos, y ha sido la única líder de una banda que ha continuado perseveramente con éxito durante más de tres décadas.
De hecho, The Pretenders podría parecer que son efectivamente Chrissie Hynde y un grupo de buenos músicos, pero en este disco no es exactamente así. El bajo de Pete Farndon es particularmente impresionante en canciones como Mystery achievement, mientras que gran parte de la primera mitad del disco el grupo se muestra como una especie de banda punk-pop con algunas canciones de buena calidad, destacando la electrizante The wait. Sin embargo, parece que encontraron su auténtico sonido en cortes como Brass in pocket, Kid y Stop your sobbing, que combinan el pop de los 60 con la ingenua y feroz confianza de Hynde.
El debut de The Pretenders es notable no sólo por la perfecta ejecución del estilo glam-punk del grupo, sino también por su entrega de atractivo sexual no convencional. Como hizo Debbie Harry antes que ella, Chrissie Hynde representaba una feminización de la estética punk, una chica de la calle inteligente que podría obtener mejores resultados y, en última instancia, de manera más astuta que sus homólogos masculinos. El rock femenino nunca sonó tan bien como lo hace aquí, particularmente en temas como Brass in pocket, donde Hynde tiene el poder de ser juguetona, dura, y ni siquiera autocrítica sin sacrificar su presencia vocal gutural. En esencia, el rock 'n roll trata sobre carisma y, como prueban canciones como Stop your sobbing y Private life, The Pretenders no sólo tenían una noción de ello, sino que estaban bien versados en cómo mostrarlo.
A lo largo de estas escaramuzas, el baterista Martin Chambers revoloteaba y martilleaba como un latido excitado, mientras el guitarrista James Honeyman Scott y el bajista Pete Farndon respaldaban las imprecaciones de Hynde con acordes salvajemente precisos y brusca energía. En un momento dado, su energía se derrama en una caprichosa malevolencia que no se puede expresa en palabras (el instrumental Space invader), sólo para adornar el "Hunghh!" de apertura del siguiente corte, un fiesta gloriosamente incoherente llamada The wait, que intenta explicar la eficacia y el poder clarificante del amor sexual.
A veces The Pretenders consiguen envolver en inquietud y rabia estupideces sociales que la música manifiesta monótonamente, como lo hace en el informe de situación rápidamente repetitivo sobre la infidelidad, Private life. Pero es una medida de lo bien que Chrissie Hynde establece su identidad. Asimismo, Mystery achievement es demasiado amplia y sin rumbo.
Al final, lo más emocionante de la música de The Pretenders es que evita completamente la ironía durante un rato, cuando comúnmente se piensa que puedes ser sincero sólo cuando estás siendo totalmente irónico. Hynde no se molesta en mostrar posturas heroicas tampoco, y eso es lo que da a la penúltima composición del LP su contracción desoladora. Lovers of today es una letanía tambaleante de ideales románticos, todos ellos sistemáticamente negados por el ritmo de la melodía y las potentes y dolorosas guitarras.
En la conclusión de Lovers of today, Chrissie Hynde llama al abismo de la reverberación: "No – I'll never feel like a man in a man's world", en una confesión personal aguda y conmovedora claro ejemplo de la manera en que Pretenders constantemente desafían a su audiencia y nos invitan a pensar.
En Tattoed love boys, confiesa, con malvado regocijo, "I shot my mouth off/And you showed me what that hole was for", (disparé mi boca y me mostró lo que era ese agujero), reconociendo que ella es a la vez tanto un muchacho como una mujer plenamente consciente de su poder sobre ellos. The Pretenders no es sólo provocación sexual; en la segunda mitad, Hynde revela su lado tierno en una serie de actuaciones conmovedoras en las cuales el amor romántico y maternal parece casi intercambiables (Kid, Lovers of today), como la actitud y la vulnerabilidad (Brass in pocket).
Hynde no fue la única fuerza de la naturaleza de The Pretenders. El guitarrista James Honeyman-Scott, un maestro del tono y el tiempo, era su pareja ideal. Evitaba un exceso de solos en favor de un enfoque cargado de efectos y texturas que encerraba con los salvajes gruñidos y trémulas notas estiradas de Hynde. El bajista Pete Farndon y el batería Martin Chambers aseguraban que, incluso en los números más lentos, Pretenders tuviese un impulso imparable y elástico. La banda de pudo hacer un único LP más antes de la sobredosis fatal de Honeyman-Scott, con Farndon siguiendo sus pasos menos de un año más tarde. Pero Pretenders permanece como una imponente confluencia de ganchos, riqueza sónica y sustancia, uno de esos raros álbumes en que cada movimiento parece resultar ser el correcto.
Arrancando con una explosión de calor inspirado en el punk, el álbum empieza con Hynde al frente y en el centro liderando la banda a través de la carga sexual de Precious. No hay flores marchitas, es evidente desde el principio que Hynde no es la típica chica guapa tocando en una graciosa banda de rock. Mucho más Patti Smith que entonces Stevie Nicks, Hynde arde y quema desde el principio en este corte y establece el tono para todo el álbum antes incluso de que el primer verso finalice. Nunca grosera en sus insinuaciones, ni incluso en el grito enfático "fuck off!" cerca del final de la canción, Precious estalla durante toda la canción de una manera que te atrapa desde el principio y no te deja ir. Su ritmo propulsivo adictivo, su fuerte melodía y sus raíces punk en primera plana, el oyente no tiene la oportunidad de cuestionar lo que es, punk u otra cosa.
Después de la ruidosa y pseudo-instrumental The phone call, que es básicamente dos y medio minutos de improvisación de ruido propulsivo tocando con algunas interesantes florituras, llega la muy convencional Up the neck. Con la suave voz de Hynde al frente y en el centro, y un trabajo agradable de guitarra melódica, esta canción de lujuria y deseo sexual es tan atrevida como probablemente podía serlo una canción de 1980 o en cualquier momento. Sutil sin ser vaga y obvia sin ser desagradable, Hynde trata las letras como cuestión de hecho, y la banda toca de la misma manera. Una canción de pop-rock convencional en nuevos ropajes musicales con letras que ninguna mujer decente ni siquiera pensaría, Up the neck suena exactamente como lo que es, una sucia canción de amor para una nueva generación de amantes desesperados.
Como si lo que hubiese sonado hasta entonces fuese sólo un tibio calentamiento, sin embargo, en la siguiente canción, el descarado y salvaje Tattoed love boys, Chrissie muestra que no tiene miedo de ser una orgullosa chica fácil del rock 'n roll y no hace por disculparse por ello. Detrás del trabajo de guitarra de Honeymooon-Scott y la fuerza impulsora de la sección rítmica de Farndon y Chambers, Hynde se afirma ella misma como pocas mujeres en el mainstream rock habían conseguido hasta este momento, y reta a tocar el rock 'n roll con letras muy atrevidas. Ciertamente no era el territorio habitual para una mujer del rock 'n roll, este tipo de declaraciones hechas por una cantante femenina llevarían a una banda masculina de áspero estilo punk a que no le resultasen las cosas fáciles ante las masas americanas. Pero esta cantante nacida en Ohio y su banda ayudarían a cambiar las reglas y la percepción de lo que era el mainstream para siempre con esta canción y álbum, como se mostraría en el resto del disco.
Tras la interesante pero en última instancia prescindible instrumental Space invaders, y el infeccioso y oblicuo rock de The wait, llega el primer giro real del disco en el cover del clásico de los Kinks, Stop your sobbing. Mejorando el original sin necesidad de destriparlo, la canción germina en la voz compasiva y capaz de Hynde y el suave tintineo del acompañamiento de su banda, con Honeymoon-Scott y compañía proporcionando una melodía pop decididamente poco punk para envolverla. A continuación, con el pop mid-tempo de Kid, una tierna balada escrita por Hynde para su entonces amado Honeymoon-Scott, y la conducida por guitarra y de suave armonía Private life, queda claro que se trata de una banda de rock 'n roll bien redonda con hechuras inspiradas en el punk y escupiendo letras descaradas. Y para no dejar duda de ello, el infeccioso y exitoso single Brass in pocket hace su aparición con la cantante Hynde proclamando claramente su singularidad con los gritos "I'm especial, so especial/ I got to have some of your attention".
The Pretenders debutó en el número 1 en la lista de álbumes británica en la semana de su lanzamiento, y permaneció en ese puesto durante cuatro semanas consecutivas. También entró en el Top 10 en la lista Billboard 200 y fue certificado Disco de platino en 1982 por la RIAA. The Pretenders ha sido nombrado uno de los mejores álbumes de todos los tiempos por VH1. En 2003 la revista Rolling Stone lo clasificó en el número 155 de su lista de Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos y, en 1989, lo posicionó como el 20º mejor álbum de los 80. La canción Private life fue versionada ese mismo año por Grace Jones en su álbum Warm leatherette. En 2012, Slant Magazine lo colocó en el número 64 en su lista de Mejores álbumes de la década de 1980.
Además de ser número 1 en Reino Unido, llegó al número 9 en Estados Unidos, y al número 2 en Suecia y Nueva Zelanda. En cuanto a los singles, Stop your sobbing fue número 34 en Reino Unido y 65 en la lista Billboatd Hot 100, Kid fue número 33 en las listas británicas, y Brass in pocket fue número 1 durante dos semanas en Reino Unido, número 1 en Australia y número 14 en Billboard Hot 100.
The Pretenders fue remasterizado y relanzado en 2006, incluyendo un disco bonus de demos, caras B y canciones en directo, varias de ellas inéditas. Cuban slide y Porcelain aparecieron originalmente como caras B de Talk of the town y Message of love, mientras Swinging London y Nervous but shy ambas aparecieron en el reverso de Brass in pocket. El demo de Regents Park de Stop your sobbing se incluyó inicialmente como flexi-single en la edición de mayo de 1981 de la revista Flexipop. Las canciones Message of love, Talk of the town, Porcelain y Cuban slide, junto a una versión en vivo de la canción que abre el álbum, Precious, fueron incluídas en un EP publicado poco después titulado Extended Play. Message of love contiene el texto de Oscar Wilde, "We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars" de su obra, Lady Windermere's fan.
The Pretenders también fue reeditado en 2009 por Audio Fidelity como edición limitada Audiophile Gold CD usando las cintas maestras originales. Sin embargo, esta remasterización sufrió limitaciones supuestamente aplicadas después de que la cinta maestra original fuese creada y aprobada por el ingeniero Steve Hoffman, como sucedió con la canción The phone call. No se incluyeron bonus tracks en esta reedición.
Una versión recortada de Tequila se interpretaría casi quince años más tarde en The last of independents. Sabre dance muestra a Chrissie Hynde cantando porciones de Stop your sobbing sobre largos solos realizados por James Honeyman-Scott e insistente sonido de tambores de Martin Chambers, convirtiéndola en una versión única.
La canción Tattoed love boys aparece como pista interpretable en el videojuego musical Guitar Hero II para PlayStation 2 y Xbox 360. El instrumental Space invader contiene efectos de sonido del videojuego Space Invaders. Private life aparece en Grand Theft Auto: Vice City Stories en la emisora de radio Emotion 98.3. Una versión de Brass in pocket y la versión master de Precious están disponibles como contenido descargable para Rock Band.
The Pretenders fue un álbum que apareció de la manera correcta en el lugar correcto, y en el momento en el curso de la historia del rock n ' roll correcto. Con viejas noticias del punk en gran parte de Europa, y punk estadounidense aún muy underground en 1980 y despedidos abiertamente por el mainstream, este álbum y la banda dieron a la comunidad del rock 'n roll algo nuevo y audaz para abrazar sin sentir que tuvieran que renunciar a lo que una vez amaron. Infeccioso, innovador, espiritual, convencional y nuevo, The Pretenders está considerado como un álbum hito del rock 'n roll que ayudó a arrastrar el punk alternativo de los años 70 pataleando y gritando hacia la superficie del mainstream. A partes iguales un poco de Sex Pistols, Beatles, The Who, Patti Smith, quizás un poco de los Stones, y con una originalidad y perspectiva propias, The Pretenders es imprescindible en cualquier colección de rock de los fans de la música.
Fuentes: http://en.wikipedia.org,http://www.allmusic.com, http://www.robertchristgau.com, http://web.archive.org, http://www.rollingstone.com, http://www.slantmagazine.com, http://www.plasticosydecibelios.com, https://wgom.org, http://es.globedia.com, http://00individual.wordpress.com, http://rateyourmusic.com, http://www.sputnikmusic.com, http://rincondesconexion.blogspot.com
Listado de canciones:
1.- Precious
2.- The phone call
3.- Up the neck
4.- Tattooed love boys
5.- Space invader
6.- The wait
7.- Stop your sobbing
8.- Kid
9.- Private life
10.- Brass in pocket
11.- Lovers of today
12.- Mystery achievement
Edición remasterizada CD 2006:
13.- Cuban slide
14.- Porcelain
15.- I can't control myself
16.- Swinging London
17.- Tequila
18.- Nervous but shy
19.- I need somebody
20.- Sabre dance (live)
Vídeos:
Precious - The Pretenders
The phone call - The Pretenders
Up the neck - The Pretenders
Tattooed love boys - The Pretenders
Space invader - The Pretenders
The wait - The Pretenders
Stop your sobbing - The Pretenders
Kid - The Pretenders
Private life - The Pretenders
Brass in pocket - The Pretenders
Lovers of today - The Pretenders
Mystery achievement - The Pretenders
Cuban slide - The Pretenders
Porcelain - The Pretenders
Tequila - The Pretenders
Uno de los discos que han marcado mi vida .
ResponderEliminarQué pedazo de post: controlo poco de los discos quitando los singles; eso sí, la carrera de la vocalista en solitario, me ha encantado. ¡Temazos!
ResponderEliminarTe sigo en el blog, te curras mucho los post; con eso me ganas. Un abrazo.
Por cierto, te dejo mi espacio por si te interesa. Cheers!
ResponderEliminarhttp://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/
Tuve un somero contacto con el LP en el momento de su publicación, pues sólo conocía los singles y alguna canción suelta. Pero una vez lo escuché al completo, entendí bastante por qué Pretenders tenían tanto caché más allá de sus éxitos. Para mí es su mejor LP con diferencia.
ResponderEliminarSaludos, Bernardo
Muchas gracias, Alex. Le he pegado un vistazo a tu blog y me resulta muy interesante y digno de pararse con detenimiento a degustarlo. Lo añado a mi blogroll.
ResponderEliminarUn cordial saludo.