Pet sounds es el undécimo álbum de estudio de la banda de rock estadounidense The Beach Boys, lanzado en mayo de 1966. El álbum se caracteriza por ser diferente a los anteriores trabajos de la banda, ya que en lugar del habitual rock and roll y surf que los caracterizaba, en el disco predomina el pop barroco, con un contenido lírico más sofisticado, reflexivo y sentimental.
El líder del proyecto, Brian Wilson, decidió dejar a un lado los conciertos y giras para centrarse en el trabajo de estudio durante las grabaciones de Pet sounds. La mayoría de las composiciones y arreglos musicales fueron hechos por él mismo, y no cejó en su empeño incluso con una dura resistencia de sus compañeros de grupo, su sello discográfico y potencialmente incluso sus fans. De acuerdo con su idea, el álbum tendría elaboradas armonías vocales, efectos de sonido, e instrumentos no convencionales, tales como instrumentos árabes, electrotheremines, timbres de bicicleta, campanas, botes y botellas de Coca-Cola, y ladridos de perro; todo esto, junto con los teclados y guitarras más habituales. Todas estas innovaciones contribuyeron a crear un sonido rico y único, inusual para la música de la época, y formaban parte de los "pet sounds" de Wilson, tocados en estilos musicales que incorporaban elementos de jazz, exóticos, clásicos y de vanguardia. Pet sounds es el primer disco de rock que incorporó el electro-theremin, una versión de más fácil manejo del theremin. Su inventor Paul Tanner toca el instrumento en la canción I just wasn't made for these times. El álbum tuvo un impacto significativo en el desarrollo de la música pop y la música rock en general, inspirando a muchos músicos a que utilizaran diversos instrumentos en sus propias grabaciones musicales.
Ha sido ampliamente considerado como uno de los discos más influyentes en la historia de la música popular, y ha sido clasificado como el Mejor álbum de todos los tiempos por diversas revistas de música, incluyendo New Musical Express, The Times y la revista Mojo. En 2003, ocupó el puesto número 2 en la lista realizada por la revista Rolling Stone de Los 500 mejores álbumes de la historia.
El grupo alcanzó un nuevo nivel en términos de composición y producción, extendiendo capas en las canciones sobre pistas de voz e instrumentos para crear un enriquecido sonido sinfónico. No habría sido un clásico sin grandes canciones, y contiene algunas de las melodías más impresionantes del grupo, así como temas líricos que evocan tanto la intensidad de amoríos recién nacidos como la decepción de fallidos romances (añadiendo en ocasiones algunas afirmaciones generales sobre la pérdida de la inocencia y la confusión que reina hoy en día también). Los especiales televisivos y de radio que algunas veces se han ocupado de Pet sounds insisten en hablar, en concordancia con las opiniones de Brian Wilson, de influencias de Bach, de coros celestiales, de nuevas percusiones y sonidos inéditos para la tradición de la música popular, de búsquedas místicas y amores sagrados.
Pet sounds fue un retrato musical del estado mental privado y público de Brian Wilson en aquel momento, del cual, aunque su temática resultase ciertamente unificada en su contenido emocional, Wilson y Asher dijeron repetidamente que no necesariamente estaba previsto que fuese una narrativa. Asher explicó que ellos habían generado espontáneamente muchas de las canciones a partir de discusiones largas e íntimas centradas sobre sus "experiencias y sentimientos sobre las mujeres y las distintas etapas de las relaciones, y así sucesivamente". Wilson declaró: "si consideras el álbum Pet sounds como una colección de obras de arte, cada una diseñada para brillar sola, pero que se exponen conjuntamente, verás lo que trataba de pretender".
Comenzando con Wouldn't it be nice y su glorificación de los anhelos de dos jóvenes amantes, el álbum documenta las tentativas del participante masculino de llegar a un acuerdo consigo mismo y con el mundo sobre él. Cada canción indica una crisis de fe en el amor y la vida: confusión (That's not me), desorientación (la bella I just wan't made for these times), reconocimiento de la caprichosa impermanencia del amor (Here today) y, por último, la gran traición de inocencia aparece en Caroline, no.
Líricamente, Pet sounds abarcaba la pérdida del idealismo inocente (Caroline, no), la naturaleza transitoria del amor (Here today), la fe frente a la angustia (I'm waiting for the day), las demandas y las decepciones de la independencia (That's not me), la sensación de estar fuera de sintonía con el mundo moderno (I just wasn't made for these times) y el anhelo de un feliz y amoroso futuro (Wouldn't it be nice). El álbum también presentaba una serie de canciones-himnos de amor íntimas, como You still believe in me, Don't talk (put your head on my shoulder) y God only knows.
Pet sounds era una oda al amor adolescente, a la plenitud de su inocencia, a todos los matices fantásticos e indescriptibles que se esconden en esas emociones primarias e intensas, pero a través de un nuevo sonido pop, a través de la exploración otras galaxias creativas. Esta oda estaba tocada por la varita mágica de Wilson, que halló el punto extraordinario de unión entre el pop de Phil Spector, The Beatles y los clásicos de Tin Pan Alley. Como dice Charles L. Granata en su libro Wouldn't it be nice. Brian Wilson y la creación de Pet sounds (2003), la fragilidad emocional de Brian es lo que define el tono del disco, que, en realidad, según él, es mucho más que un disco, es una experiencia emocional que hay que sentir, comprender, saborear y disfrutar por su espíritu irreprimible. Granata concluye que Pet sounds era “la respuesta a las oraciones de toda una generación”.
En el libro Wouldn’t it be nice, donde se habla de las causas y las consecuencias del célebre álbum, se recogen muchos testimonios de músicos y colaboradores que hicieron posible Pet sounds. Con todos ellos se dibuja, a base de detalles, experiencias y reflexiones, el mapa creativo y sentimental de esta obra eterna. Tal vez, uno de los testimonios más interesantes es el de Tony Asher, letrista de Pet sounds, que, entre todas las cosas que cuenta, reconoce que, al principio, no supo apreciar el trabajo que creó Brian, repleto de excesos, pero que, con el tiempo, se dio cuenta que estaba ante una “epifanía”, capaz de salvar la vida de los oyentes a través de la música.
Cierto. Pet sounds era excesivo, con arreglos mayúsculos, rebosante de matices sonoros, un jolgorio sin igual de armonías vocales, repleto de resonancias. Como explica el arreglista de voces David Wright, el disco guardaba el secreto del “sonido expandido”. “En el ámbito vocal, cuando hablamos de sonido queremos decir que, aunque en realidad solo haya cuatro voces, suena como si en realidad hubiera más de cuatro. Eso ocurre porque están bien afinadas y porque el timbre y la articulación de cada palabra se acoplan perfectamente. Da la impresión de que suenan más voces de las que hay, porque cada una se apoya en los armónicos de las demás. Estos sobretonos reforzados dan a la armonía una sonoridad más rica que la que uno esperaría encontrarse con ese número de voces”. Pero, más allá de las obsesiones artísticas de Brian, hay que apuntar que las drogas ayudaron a su creador a llegar al horizonte que buscaba. Por aquel entonces, el músico, introvertido y con un mundo interior muy delicado, experimentó con el LSD, lo que llevó, según sus palabras, a “escuchar sonidos increíbles”, que consiguió plasmar en un estudio de grabación, convertido en una especie de laboratorio de druida.
Para el Beach Boy, la interpretación era fundamental. Por Pet sounds aparecen, entre otros habituales, Hal Blaine a la batería, Glen Campbell y Billy Strange a la guitarra, Larry Knechtel al órgano Hammond, o Don Randi al piano. Incluso se sumaban otros provenientes del jazz para las percusiones y los instrumentos de viento. Eran profesionales del sonido, ejecutores natos, máquinas perfectas en el estudio de grabación. “Mi día empezaba a las 8 de la mañana en los estudios Universal. Pasaban cinco días y uno seguía sin parar y llegando a casa a las 4 de la mañana. Al final de la jornada lo que sentías era pura extenuación”, contaba Billy Strange. “El desgaste era tremendo”, afirma Larry Knechtel, quien aseguró que se pasó tres años sin irse de vacaciones a causa del trabajo que tenían.
Por otra parte, teniendo en cuenta esta predilección conceptual, existen ciertos factores incongruentes sobre la construcción del álbum. La principal es la inclusión del exitoso single Sloop John B, así como de dos piezas instrumentales. Una de ellas, el nostálgico Let's go away for awhile, con un título entre paréntesis de And then we'll have world peace; el otro, Pet sounds. El subtítulo de Let's go away for awhile era una frase extraída de una de las grabaciones de comedia favoritas de Brian, How to speak hip (1959) de John Brent y Del Close. Ambos títulos habían sido registrados como pistas de acompañamiento de canciones existentes, pero cuando el álbum estaba terminándose, Brian decidió que las pistas funcionaban mejor sin voz. De Let's go away for awhile, Perone observaba que "tiene características melódicas, pero no se puede decir que tenga melodía. Como composición instrumental, esto le da a la pieza una sensación atmosférica; sin embargo, el tono musical exacto es difícil de definir". Pet sounds representa la herencia surf de los Beach Boys más que ninguna otra canción del álbum con su énfasis en la guitarra, aunque Perone sostiene que no es una composición surf, citando su arreglo elaborado envolviendo innumerables partes de percusión auxiliar, cambiando texturas abruptamente y desacentuando el set de tambores tradicional de una banda rock tradicional.
La cualidad espiritual del material se ve reforzada por algunas de las más bellas voces masculinas de registro superior (especialmente llevadas a cabo por Brian y Carl Wilson) oídas en un disco de rock. Wouldn't it be nice, God only knows, Caroline no y Sloop John B (la última de las cuales no estaba originalmente destinada a ir en el álbum) son los éxitos más conocidos, pero igualmente dignos son otros cortes como You still believe in me, Don't talk, I know there's an answer o I just wasn't made for these times. A menudo se asegura que el disco es más un álbum de Brian Wilson que una grabación de Beach Boys (músicos de sesión tocaron la mayor parte del álbum), pero cabe señalar que las armonías son puras de los Beach Boys (y algunas de las mejores de su discografía). La mayoría de las canciones utilizaban progresiones armónicas inusuales e inesperadas interrupciones hipermétricas, características que se cumplieron en Warmth of the sun y Don't back down.
Pet sounds se trataba de un trabajo que anunciaba el estilo emergente del rock psicodélico, y además marcaba una tendencia estética dentro del rock transformándolo de música para bailar a música que se hacía para escuchar, elevándolo al nivel de art-rock. Fue uno de los primeros álbumes de rock conceptuales y se ha sugerido que seguía un formato de ciclo lírico de canción, aunque Wilson ha mantenido que el tema real unificado del álbum se encuentra dentro de su estilo de producción coherente. El escritor Bill Martin comentó que dentro de Pet sounds, "los Beach Boys dieron vida a las expansiones en armonías, instrumentación (y por lo tanto, timbre), duración, ritmos y el uso de la tecnología de grabación. De estos elementos, la primera y la última fueron los más importantes en allanar un camino hacia el desarrollo del rock progresivo". Más allá del pop y el rock, Pet sounds amplió el campo de la producción musical.
The Beach Boys es una banda de pop rock formada en la ciudad de Hawthorne, California, Estados Unidos, en 1961. Fue el grupo más representativo del life style californiano de los años 60, así como también de la música y cultura del surf de la época. La banda estuvo integrada en su fundación por los hermanos Wilson; Brian (compositor, voz, bajo y piano), Carl (guitarra y voz) y Dennis (batería, voz); junto con un primo de la familia, Mike Love (voz); y un compañero de estudio de Brian, Al Jardine (guitarra y voz). Bruce Johnston (voz, bajo y piano) se unió más tarde al grupo para reemplazar a Brian Wilson en las actuaciones en vivo. Al principio de su carrera, sus composiciones se basaban exclusivamente en el surf rock y el pop de los años 60, y ya durante la segunda mitad de la década el grupo incursionaría en el pop barroco y pop psicodélico, y posteriormente, experimentaría con otros sonidos nuevos, como el soul y el gospel, sin abandonar su bien elaborado pop.
No muchas bandas de rock americanas sobrevivieron a las hordas de melenudos de la British invasion de 1964, pero una de ellos fueron los Beach Boys, quizá proféticamente sabedores de que su obra maestra iba a llegar pronto. Llegó en 1966, mientras que América se encontraba todavía subyugada bajo la esclavitud de Rubber soul de los Beatles, y se encontró con muchos oídos reticentes, los de la banda incluidos: cuando el maestro del grupo, Brian Wilson, interpretaba esos cortes rugosos de las canciones, el cantante Mike Love los ridiculizaba como música para perros, inspirando inadvertidamente el título. Pet sounds fue una experiencia gloriosa, desgarradora, muy lejana al anterior surf-pop surcaliforniano despreocupado. En sinfonías sombrías y enriquecidas, Wilson exponía el dolor profundo del crecimiento, confesando su conflicto nostálgicamente en I just wasn't made for these times y Caroline, no. Sin embargo, transmitía admiración, su verdadero regalo, en God only knows y You still believe in me, y, al hacerlo, capturaba la complejidad intemporal de la vida romántica. A pesar de las ventas inicialmente mediocres, Pet sounds desde entonces ha sido adoptado como el disco más imperecedero y aclamado de los Beach Boys.
Tras el lanzamiento de los álbumes Summer days (and summer nights!!) en abril de 1965, y Beach Boys' party! en noviembre del mismo año, el bajista y director técnico de la banda, Brian Wilson, carecía de inspiración musical para grabar un nuevo disco de la banda. Pero en diciembre de 1965 apareció el álbum Rubber soul de uno de los principales competidores de The Beach Boys, la banda británica The Beatles. Brian Wilson quedó impresionado con el álbum, diciendo al respecto: "Realmente no estaba preparado para algo así. Parecía como si todo el contenido del álbum formara un conjunto. Rubber soul era una colección de canciones que de alguna manera se fueron conjuntando como en ningún álbum antes hecho, y quedé muy impresionado. Le dije a la banda: 'eso es todo, realmente me siento desafiado a hacer un álbum mejor'". En mayo de 2011, Brian Wilson afirmó al periódico británico The Sun, ”desde que escuché los primeros acordes, me enamoré de este disco. La primera vez que escuché Michelle me quede flipado…¡qué maravilla!; y Girl, ¡qué canción tan increíble!, me volvió loco la forma de cantar de Lennon, sonaba fantástico (…). Mi favorita es Norwegian wood y su misteriosa letra, y tampoco puedo olvidar el sonido del sitar, nadie lo había usado antes…, esta exótica instrumentación me inspiró mucho. ¡Cuántas canciones fantásticas! You won’t see me es genial y Think for yourself… esa es de George, ¿no?, es buenísima… The word… Pero la mejor, para mí, es In my life… Es increíble, nadie había hecho un disco en que todas las canciones fueran tan buenas, y esas letras tan increíbles… Es el mejor disco de todos los tiempos, no creo que Pet sounds fuera mejor, es mi disco preferido…”
Rubber soul tuvo en Brian un efecto similar al que años atrás tuvo Be my baby de Phil Spector. El disco obsesionó a Brian, y no era de extrañar. Sin duda era el mejor trabajo de los Beatles hasta la fecha, incluso en la castrada versión americana que escuchó Brian. Capitol, en otra de sus habituales carnicerías, suprimió Drive my car, What goes on, Nowhere man e If I needed someone, para incluir las canciones que le habían sobrado de Help!, es decir, It’s only love y I’ve just seen a face. El disco presentaba una coherencia inusual. Los Beatles dejaban de ser estrellas del rock para convertirse en artesanos.
La versión británica de Rubber soul fue editada en diciembre antes de su lanzamiento en Estados Unidos para enfatizar una sensación de folk-rock que los críticos atribuían a Bob Dylan y The Byrds. Wilson encontró que a Rubber soul le faltaban canciones de relleno, lo que en aquella época era inaudito en un momento en el que se consideraba más sobresaliente los singles de 45 rpm que los LPs de larga duración. Muchos álbumes hasta la década de 1960 carecían de una meta artística cohesiva y fueron utilizados en gran medida para vender singles a un precio más alto. Los hábitos anteriores de Wilson evidentes en los álbumes Today! y Summer days (and summer nights!!) eran llenar la primera cara del álbum con temas superficiales y la segunda con temas de carácter más ambicioso. Wilson encontró que Rubber soul desvirtuaba estos hábitos por contener un hilo totalmente coherente en todo el disco. Inspirado por éste, corrió a ver a su esposa y proclamar, "¡Marilyn, voy a hacer el mejor disco! ¡El mejor álbum de rock nunca hecho!"
Después de cancelar los conciertos con la banda, Wilson se dedicó exclusivamente a componer canciones y trabajar en el estudio utilizando los conocimientos de compositor y productor que había desarrollado en sus anteriores trabajos. En Pet sounds, Wilson comenzó a experimentar con arreglos musicales y letras de canciones más sofisticadas, haciendo que sus métodos de trabajo y grabación progresaran de una manera notable. Casi toda la música y arreglos del álbum fueron hechos por Wilson de manera independiente. Como Phil Spector, Brian prefería grabar las voces y la música por separado, por lo que Pet sounds se grabó en dos fases. Primero, las pistas de acompañamiento instrumental en los estudios Gold Star, Western y Sunset Sound. Después, cuando volvieron los miembros de The Beach Boys que estaban de gira, añadió las voces en Western y Columbia.
A finales de 1965, Wilson conoció a Tony Asher mientras trabajaba en un estudio de grabación en Los Angeles, un joven letrista y poeta que había estado trabajando en jingles publicitarios, y ambos intercambiaron ideas para canciones. Poco después, Wilson fue informado por amigos comunes de las habilidades de escritura de Asher, y procedió a comunicarse con él acerca de una posible colaboración lírica, por lo que a los diez días ya estaban escribiendo juntos. Tony Asher pidió una excedencia de tres semanas en su trabajo para ponerse manos a la obra con las letras. Según Asher (quien apenas conocía a Wilson), no podía imaginar que el propio Wilson lo hubiera buscado para su proyecto personal, ya que no conocía nada acerca de su manera de trabajar. Wilson tocó con él algo de la música que había estado grabando y le dio un cassette de la pista de acompañamiento para una canción con el título In my childhood. Tenía letras, pero Wilson se negó a mostrarlas a Asher. El resultado del demo que elaboró Asher eventualmente fue retitulado You still believe in me, y el éxito de la pieza convenció tanto a Wilson que Asher fue el artífice de las letras que él había estado buscando.
”Todo era un poco caótico”, recordaba Asher, ”el comportamiento de Brian era extraño…, era capaz de interrumpir una sesión de trabajo para ver un episodio de Flipper…; al cabo de un rato volvía con lágrimas en los ojos emocionado por la relación entre el niño y el delfín protagonistas…”. Las rarezas de Brian se multiplicaban por aquel entonces. Normalmente era muy divertido y sus locuras resultaban muy cómicas pero, en ocasiones, empezaba a ser preocupante. Era habitual que se emocionara tanto con su música que acabara acurrucado en una esquina de la habitación llorando a lágrima viva. Como bien definiría el propio Asher, ”Brian es un músico genial, pero sólo es un aprendiz de ser humano”.
Las sesiones de trabajo con Asher, aunque acabaron siendo fructíferas, resultaron muy frustrantes para el publicista…”cuando estábamos al piano era una delicia…, pero de repente se iba y se pasaba horas escuchando Rubber soul, o se daba un chapuzón en la piscina, o canturreaba Be my baby…, y mientras yo le esperaba junto al piano”. Con todo, y a pesar de todas estas anécdotas, el trabajo de Asher con las melodías de Brian es brillante.
La mayoría de las canciones del álbum fueron escritas durante diciembre de 1965 y enero de 1966. Si bien la mayoría fueron escritas por Wilson con Tony Asher, I know there's an answer fue coescrita con otro nuevo socio, Terry Sachen. Volviendo de una gira de tres semanas por Japón y Hawái, los miembros de la banda, Mike Love, Al Jardine, Carl y Dennis Wilson, quedaron impresionados por los nuevos sonidos inusuales, las técnicas musicales y la letra de las canciones que Wilson había creado para el nuevo disco. Love, en particular, quedó perplejo al ver que Wilson no incluyó en sus composiciones cosas referentes a "los coches, las chicas y la playa", fórmula que exitosamente había marcado la carrera del grupo hasta ese momento.
"¿Quién va a querer oír esta mierda?”, le preguntó Mike Love, cantante de los Beach Boys, a Brian Wilson mientras tocaba para él las nuevas canciones en las que estaba trabajando. “No va a querer oírlo ni un perro”. Wilson hizo Pet sounds sin el resto del grupo, utilizándolos sólo para las voces. El lujoso sonido transmite una melancolía desgarradora, y temas como I just wasn’t made for these times y I’m waiting for the day dicen adiós a la percepción inocente del mundo de los 60 y a los éxitos de qué-bien-nos-lo-pasamos-en-la playa de los primeros Beach Boys. A Capitol, su compañía, le gustó tan poco el disco que estuvo a punto de no lanzarlo. Wilson se hundió más en su mundo interior. “En la última reunión con el sello”, escribió en su biografía Wouldn’t it be nice, “aparecí con un cassette y respuestas grabadas, entre ellas 'ni hablar', '¿podrías repetirlo?', 'no' y 'sí'”.
La influencia básica de Mike Love en el álbum, aparte de compartir las tareas de composición de Wouldn't it be nice y I'm waiting for the day, se redujo a la canción I know there's an answer, consistiendo supuestamente en estar tenazmente opuesto a que el tema se titulara originalmente Hang on to your ego, y su insistencia en que fuera retitulada y de nuevo escrita, pues le parecía que la letra hacía apología de la droga. "Yo sabía que Brian comenzaba a experimentar con LSD y otras drogas psicodélicas. En ese tiempo prevalecía la opinión de que, consumiendo ciertas dosis de droga, te destruiría el ego que tenías, como si eso fuera algo positivo", comentaría Mike Love. Finalmente, el título de la canción fue cambiado junto con algunas partes de la letra, debido a que podían causar una "gran controversia". Sin embargo, cuando se volvió a editar posteriormente en disco compacto, se incluyó la versión original sin que los críticos encontraran nada de escandaloso en el texto.
Wouldn't it be nice es una de varias canciones cuya letra Asher escribió de manera independiente. Más tarde Love colaboró en la parte final, con la frase "Good night my baby/Sleep tight, my baby" (buenas noches, cariño/Duerme bien, cariño).´En la canción God only knows, los autores no sabían si utilizar la palabra Dios, debido a que podría causar polémica, ya que ningún músico la había utilizado. Después de que ambos decidieran no cambiar nada, la canción se convirtió en la primera en donde se menciona a Dios.
Después de escribir y diseñar las canciones, Brian Wilson se puso a trabajar en las grabaciones y arreglos musicales a principios de enero de 1966 dispuesto a dar forma a su “disco definitivo“. Cuando el resto de los integrantes de la banda llegaron de una gira por Asia, ya se tenían preparadas seis canciones para el álbum y todo el material para comenzar las grabaciones. A pesar de que el grupo no confiaba en que el álbum tuviera éxito, Brian Wilson logró convencerlos para grabarlo, aunque en lo personal Mike Love se opuso a la nueva idea de Brian y siguió opinando que el álbum fracasaría. Para casi todas las composiciones instrumentales se contrató a instrumentistas de gran calidad, como el grupo de músicos The Wrecking Crew. Mike Love, Carl Wilson, Dennis Wilson, Al Jardine y Bruce Johnston trabajaron en su mayoría como vocalistas, siguiendo las instrucciones de Wilson. Enseñó a cada músico lo que quería que hiciera con su instrumento, nota a nota (en todo el disco no hay ni un acorde tocado por los Beach Boys salvo la guitarra, batería y el órgano de That’s not me, a cargo de Carl, Dennis y Brian). Brian sabía lo que quería y era capaz de hacer repetir a un prestigioso percusionista un ritmo de maraca hasta la extenuación, tenía toda la música en su cabeza y quería que sonase tal cual.
”Quiero que esa maraca suene como si fuesen las joyas de una pulsera en el brazo de tu chica”. Frank Capp, el prestigioso percusionista, cerró los ojos y esa toma, la enésima, fue perfecta. Era el tipo de instrucciones que Brian les daba a los músicos, les pedía “colores”, “llantos”, “amor”, “pasión”, “rabia”, “ternura“… Empezaba dándoles instrucciones musicales precisas, pero luego necesitaba que hicieran realidad lo que él tenía en la cabeza y no tenía otra forma de expresarlo. Chuck Britz recordaba como “era curioso ver a ese muchacho imberbe hablar con los mejores músicos de sesión de Los Angeles y les pedía que un violín llorara”. Como dijo George Martin, productor de los Beatles, ”lo que hizo Wilson está al nivel de Mozart o Bach, o superior, porque ellos trabajaban la música, pero Brian consiguió meter colores en ella…, llevó el color a los sonidos”. Quería que todos los músicos (hasta 40) estuvieran presentes en todas las sesiones, quería fomentar el grupo y la mística de la grabación. Cada toma buena acababa con una ovación general. ”No sé cómo lo hacía, es como una fusión de Bach con Beethoven…”, decía el guitarrista Jerry Cole, ”Nosotros sólo escuchábamos la base, pero él era capaz de imaginar todo…, cuerdas, voces…, lo escuchaba todo desde dentro”, recuerda el acordeonista Carl Fortina.
En general, todas las canciones y arreglos musicales se realizaron durante cuatro meses, en los principales estudios de Los Angeles (Gold Star Studios, United Western Recorders y Sunset Sound). Todas las canciones fueron arregladas y producidas por Brian Wilson, siendo también autor y coautor de todas las canciones, excepto de Sloop John B, que es una canción tradicional del Caribe sugerida por el miembro del grupo Al Jardine, aunque Wilson cambió algunas estrofas e hizo arreglos en la canción.
A pesar de que los estudios estaban preparados para grabar en formato estéreo, Wilson decidió hacerlo en sonido mono por varias razones. Una de ellas era que creía que el sonido no luciría al máximo en estéreo, debido a las tantas capas sónicas que tenía la instrumentación en el disco. En segundo lugar, la radio contemporánea, la televisión y la mayoría de los medios de difusión de música utilizaban el sonido mono. Por otra parte, Wilson era casi completamente sordo de un oído, de manera que, personalmente, apreciaba mejor el sonido mono.
Durante los años anteriores, Wilson había desarrollado un gran nivel en su método de producción musical, utilizando ahora toda esa experiencia para Pet sounds. Una de las técnicas utilizadas por Wilson en el álbum fue un refinamiento de la famosa técnica 'wall of sound' del productor Phil Spector, que se conseguía mezclando muchos instrumentos y voces creando el efecto de una inmensa capa de sonido. De hecho, Wilson ha declarado que el título del álbum utilizaba las iniciales de Spector como un homenaje hacia él.
En octubre de 1965, Wilson entró al estudio para grabar una pieza instrumental titulada Three blind mice, que no tenía ninguna conexión musical con la canción infantil del mismo nombre, sin ningún propósito de lo que la piezas debía ser, pero fue inexplicablemente incluida como parte del lanzamiento de Beach Boys de 2011, The smile sessions. En febrero de 1966, Wilson fue de nuevo al estudio con su banda de sesión para grabar la primera toma de una nueva composición, Good vibrations. Durante ese mes, Wilson dio a Capitol un listado provisional de canciones para el nuevo LP, que incluía tanto Sloop John B como Good vibrations. Esto contradice la idea errónea largamente sostenida de que Sloop John B era una inclusión forzada como hit single ante la insistencia de Capitol, pues a finales de febrero aún faltaban semanas para su lanzamiento como single. Wilson trabajó en febrero y marzo afinando las canciones restantes. En marzo se volvió a realizar una grabación de Good vibrations utilizando el electrotheremín, siendo ésta la definitiva, aunque para sorpresa de los demás integrantes de la banda, Brian Wilson decidió descartarla de Pet sounds, ya que, según él, no encajaría en el álbum; además, la quería perfeccionar más, y ubicarla en algún álbum futuro. "Hasta ese momento todos habíamos asumido que Good vibrations iba a formar parte de Pet sounds, pero Brian decidió no incluirla. Nosotros nos sentimos contrariados y a la vez impotentes, pero la decisión final dependía de él", declararía Al Jardine.
Desde marzo hasta principios de abril el grupo se dedicó a las grabaciones vocales, siendo éste el trabajo más agotador. Mike Love mencionó que Wilson quería probar todas las opciones posibles de entonación, realizando todo tipo de grabaciones, y si en una de esas grabaciones había un error, la banda tenía que volver a hacer todo hasta que la entonación quedara perfecta.
A mediados de febrero la banda viajó al Zoo de San Diego para tomar las fotografías que se utilizarían en la portada del nuevo álbum, que ya se había decidido llamar Pet sounds. De acuerdo con las notas publicadas en el álbum, la idea de fotografiar a la banda alimentando a una variedad de caprinos fue extraída de una obra de teatro. El título vino del deseo antes mencionado de Brian de rendir homenaje a Phil Spector, nombrando el álbum utilizando sus iniciales, y de la idea de que los sonidos favoritos de Brian en el álbum eran los de los animales.
La compañía, Capitol, no apoyó el disco en absoluto. El día que Brian terminó la mezcla final, concertó una reunión con directivos de Capitol para mostrarles el resultado. Los directivos estaban deseosos de escuchar el disco en el que habían invertido 70.000 dólares y que llevaban seis meses esperando. ¿Pero qué locura era esa?, ¿dónde están los hits? Estaban disfrutando del éxito de la “primitiva” Barbara Ann (que estaba en el número 2 en las listas) y no entendían por qué Brian tomaba ese camino de experimentalidad…, ¿quién se había creído? Le propusieron que cambiara y que les presentara otra cosa o cancelarían el disco. Brian, dolido, se presentó una semana después con ocho cintas bajo el brazo en las que sólo estaba grabada su voz diciendo “sin comentarios”. Finalmente, el disco se editó pero la compañía no realizó promoción alguna de apoyo a un disco en el que no creían.
Por otro lado, la imagen del grupo, muy conservadora, también perjudicó a Pet sounds. Los fieles al grupo, jóvenes amantes del american way of life, querían más Help me, Rhonda y menos experimentos…, que es lo que Mike Love declaró en su momento y, desgraciadamente, tenía bastante razón. Por otro lado, los posibles nuevos oyentes, los precursores del movimiento hippy veían en los Beach Boys un producto casposo y sólo recordaban su imagen con camisas a rayas y sus letras infantiles…, ¿cómo iban a tomar en serio un disco en el que salen unos rechonchos millonarios dando de comer a unas cabras? Demasiado progres para los carcas y demasiado carcas para los progres.
Tanto Pet sounds como sus singles no tuvieron mucho éxito en Estados Unidos, pero sí tuvo un mayor impacto en Reino Unido. A mediados de abril, el álbum ya estaba terminado y fue presentado a Capitol Records, siendo oficialmente lanzado a mediados de mayo de 1966. El álbum no tuvo el éxito esperado por Brian Wilson, alcanzando un máximo en el puesto número 10 en las listas de Estados Unidos. Sin embargo, en Reino Unido el álbum fue apoyado por la industria musical del país, alcanzando el puesto número 2 en las listas británicas. En Australia, el álbum fue lanzado bajo el título The fabulous Beach Boys on the music por el sello Pleasure.
La mala recepción comercial de Pet sounds en Estados Unidos no fue solo para el propio álbum, sino que los singles del álbum también tuvieron malas ventas, salvo Sloop John B, que llegó al número 3 en Estados Unidos y al 2 en Reino Unido. El segundo single del álbum, Wouldn't it be nice/God only knows, logró llegar al puesto número 8 en las listas estadounidenses, mientras que en Reino Unido, el single se publicó como God only knows/Wouldn't it be nice, logrando alcanzar el número 2. Después, Here today fue cara B de Darlin y Let's go away for awhile fue cara B del tercer número 1 de la banda, Good vibrations.
Tal y como había ocurrido en Beach Boys' party!, el álbum no logró alcanzar la certificación de Disco de oro en su primer lanzamiento en Estados Unidos, causando una gran decepción en Brian Wilson. Gran parte de la culpa se la atribuyó a Capitol Records, por no haber promocionado el álbum lo suficientemente, condenándolo de forma anticipada al fracaso. Finalmente no fue hasta 2000 que fue certificado Disco de oro y platino.
El periodista David Waist explicó que el fracaso del álbum entre los fans de la banda se debía a que no estaban dispuestos a adoptar un álbum orquestal, con melodías complejas y letras profundas, ya que The Beach Boys, en su pasado, no eran más que un grupo que componía canciones para un público adolescente. El comprobar que el álbum mostraba un cambio radical y sin ningún parecido a los anteriores ocasionó que no tuviera atracción entre los fans del grupo.
Trece canciones dieron vida a Pet sounds, grandes melodías quizá limitadas en cuanto a su ejecución rítmica. Contenía un acompañamiento musical basado en la diversidad tímbrica: la mandolina siguiendo un sencillo trémolo en el puente final de Wouldn't it be nice; las bocinas de bicicleta y los instrumentos de viento, junto a las bellas armonías de órgano y el enternecido aire de villancico de You still believe in me; el intenso diálogo del bajo eléctrico y el arreglo de cuerdas en Don't talk; los abruptos cambios de ritmo y los solos de flauta y oboe en I'm waiting for the day, el uso de la orquesta en la pieza instrumental Let's go away for a while (con violines, piano, saxos, vibráfono, oboe, guitarra, percusión,etc.), la hermosa confluencia de las voces a destiempo, el corno francés, el clavicordio y las cuerdas en la monumental God only knows, las graciosas armónicas de I know there's an answer, sumado a todo esto las notables intervenciones vocales de los miembros del grupo para las distintas interpretaciones, el uso del theremin, luego nuevamente utilizado para el hit Good vibrations.
Wouldn’t it be nice es la canción con la que comienza el disco, una melodía alegre acompañada por unas voces como siempre espléndidas, con Brian cantando las estrofas y Mike los puentes. El resto corea armonías. El arpegio inicial transporta al oyente a un mundo mejor, más inocente, en el que las canciones plasman los sentimientos. Es un trabajo impresionante de producción, con una amalgama de sonidos que necesitó hasta 21 tomas para conseguir el resultado final. Brian solía decir que estaba especialmente orgulloso de “los rocosos acordeones y etéreas guitarras” de la introducción. La primera joya del álbum.
You still believe in me es una soberbia balada con acompañamiento barroco y unos arreglos corales, que tiene un inicio espectral, con una de esas progresiones tan wilsonianas que elevan la canción a un nivel casi espiritual que la acerca a la música sacra. Estupenda interpretación vocal de Brian y otro monumental trabajo de producción. Tony Asher recordaba que ”para conseguir el adecuado sonido de piano para la intro, uno de nosotros se tuvo que meter dentro del piano para agarrar las cuerdas mientras otro pulsaba las teclas…, así lo conseguimos”. Originalmente se iba a titular In my childhood, y se incluyeron los sonidos de bocina de bicicleta en medio de la marabunta de saxos, percusiones y teclados, que, más tarde, aunque cambió el título y la temática, se mantuvieron porque sonaban bien.
That’s not me, grabada en febrero de 1966, es posiblemente la canción más sencilla en cuanto a producción de todo el álbum, aunque es avanzadísima en cuanto a la progresión de acordes. Muestra a Mike Love en una de sus mejores interpretaciones vocales, y con todos los hermanos Wilson tocando, fluyendo la canción en medio de unas complejas combinaciones de bajo, órgano y percusión. Sorprende comprobar que cada estrofa es distinta a la anterior, siempre cambia algo en el acompañamiento, el ritmo, un nuevo instrumento…
Don’t talk (put your head on my shoulder) es uno de los momentos mas introspectivos y mas desgarradores del disco; un tema donde Brian canta con pasión y mimo. Brian grabó varias pistas de voz para hacerse a sí mismo las armonías sobre una sobrecogedora línea de voz principal que se acurruca en un colchón de instrumentos de cuerda… Nunca melodía, texto y emoción estuvieron tan ligados (impresionante el bajo simulando el efecto del latido de corazón). Los arreglos de percusión y la subida de violines al final del tema es antológica. El resto del grupo no aparece por ningún lado en esta canción. Ternura al servicio de la música, o viceversa…
I’m waiting for the day, grabada en marzo de 1966 en distintas secciones (feels) que luego Brian uniría en la mezcla final, es quizás la canción que más fusiona el rock con los arreglos clásicos. Comienza con una potente percusión acompañada de un efectivo juego de órganos, y es canción llena de cambios y francamente trepidante, flautas, violines y unos increibles coros redondean la canción. El maravilloso cuerno inglés que acompaña a la melodía principal, el arreglo de las flautas, la imponente y casi militar base rítmica, el spectoriano manto de cuerdas… El uso de las dinámicas, en esta canción, es fabuloso, con continuos cambios de tempo e intensidad. Mike y Brian escribieron esta letra en 1964, cuando empezaban a preparar los temas para Today, álbum en el que al final no incluyeron la canción. Originalmente Mike iba a ser la voz principal, pero a Brian no le gustó el resultado y acabó cantándola él mismo…e incluso también grabó las armonías. Brian habla frecuentemente de esta canción como una de las que menos le gustan del disco.
Let’s go away for awhile es el primer corte instrumental del álbum. De marcado carácter sinfónico y muy influenciada por Burt Bacharach, es la favorita de Brian, ”la pieza musical más satisfactoria sobre la que he trabajado” dijo a finales de los 60. Le apasionaba la idea de hacer una canción que nadie pudiera tararear. Para este tema Brian Wilson utilizó doce violines, piano, cuatro saxos, un oboe, dos bajos, percusión y una guitarra con una botella de Coca-Cola en las cuerdas para conseguir el sonido de bottleneck.
Sloop John B, que cierra la cara A del disco de vinilo, es la canción más comercial del disco. Grabada en verano del 65, antes de la catarsis Rubber soul, es un tema tradicional con origen en las Bahamas que artistas como Johnny Cash ya habían interpretado, pero que fue popularizado por el grupo folk The Kingston Trio. Fue Al Jardine, muy aficionado al folk, el que le propuso a Brian hacer una versión de la canción… ”Al, tío…, no me gustan nada The Kingston Trio”, fue la respuesta de Brian. No obstante, Al perseveró y le hizo ver a Brian que no tenía porqué limitarse a los tres acordes de la canción original, sino que podía hacer un arreglo mucho más complejo…, y tanto que lo hizo... Brian lleva a cabo aquí un auténtico trabajo de orfebrería convirtiendo una cancion sencilla en un monumento pop.
Capitol editó la canción como single sin consultar a Brian, según se comenta como castigo por la tardanza de éste con la entrega del nuevo disco. Se editó en julio del 65 con You’re so good to me en la cara B y alcanzó el número 3 en Estados Unidos y el 2 en Inglaterra. Algunos estudiosos de la carrera de los Beach Boys aseguran que, originalmente, Brian no quería incluir esta canción en el disco (de ahí la diferencia entre los pomposos arreglos de esta canción con los sutiles tratamientos del resto) y se vio forzado a ello por intereses comerciales pero tal punto no ha sido corroborado.
God only knows se trata de una melodía perfecta, de una belleza sobrenatural y casi mística, arropada por instrumentos de cuerda, oboe, campanas y clavicordios. Se comenzó a grabar en marzo de 1966 y es el mejor ejemplo de la sensibilidad de Brian Wilson, no sólo como compositor y creador, sino como productor. El arreglo, mucho más sencillo que los aparecidos en el resto del disco, es simplemente sublime con su inconmensurable intro y esa fantástica línea de bajo ascendiendo de forma inversa a la progresión de los acordes. Fueron sesiones maratonianas porque Brian puso un celo especial en cada instrumento, en cada nota, en cada silencio…
Y es que, con Pet sounds, Brian consiguió refinar el “muro de sonido” de Phil Spector. Si éste lo construyó a base de acumular instrumentos y voces para crear esa maravillosa masa sonora que inunda sus grabaciones, Brian ideó una técnica distinta: unía dos (o más) instrumentos para crear uno distinto. Así creaba también una “masa sonora” (en algunas canciones hay hasta 40 instrumentos sonando a la vez) pero mucho más ligera. Unía un bajo eléctrico y un contrabajo para crear ese sonido tan particular de los bajos de Pet sounds; un acordeón con una armónica y un órgano, un clavicordio con una mandolina… En un principio Brian era la voz principal, pero acabó siendo Carl Wilson quien la cantó, “…bien, creo que yo podía haberlo hecho, pero no sé…, creía que él transmitiría mejor el mensaje que yo…”. De hecho, aunque son muy similares, la interpretación de Carl fue muy acertada. Los arreglos vocales son muy buenos, con un clímax final donde Brian Wilson, Bruce Johnston (con una voz sumamente dulce) y Carl Wilson hacen una de las mas bonitas sucesiones de voces que se hallan podido escuchar.
En cuanto a la letra, Tony Asher, letrista de la canción, recordaba, ”ésta es la única que yo pensé que sería un éxito, porque es tan increíblemente bella… Me preocupaba que quizás la letra no estuviera al mismo nivel que la música: ¿cuántas canciones de amor comienzan con una frase: '¿Quizás no siempre te ame?' Me gusta ese giro inesperado, y luché para comenzar la canción de esa manera. Al trabajar con Brian, no tuve que luchar demasiado, pero estaba deseando luchar hasta el final para convencerlo. Probablemente me estaba diciendo a mí mismo: 'Dios, espero estar en lo correcto en esto', aunque nunca estás lo suficientemente seguro. Pero sé que funcionará, porque la segunda parte, el significado real de la canción continúa: 'Yo te amaré hasta que el sol se apague', es decir, 'Te amaré por siempre'. Supongo que al final God only knows es la canción que la mayor parte de la gente recuerda, y que ama más”. De hecho, Brian tenía dudas con el primer verso porque le parecía muy negativo, pero al final lo dejaron.
I know there’s a answer contaba con las voces principales de Mike Love y Al Jardine en las estrofas´, y la de Brian Wilson en los estribillos. La canción originalmente se titulaba Hang on to your ego y Brian cantaba la voz principal (llegó a ser grabada así), pero Mike entró en cólera tan pronto como la escuchó: ”¡¡es una jodida canción para drogadictos!!”. Brian, que hasta este momento, se había mostrado inflexible respecto a su creación (Mike le llamaba el “Stalin del estudio”), cedió en esta ocasión y reescribió la letra con Mike y el road manager del grupo, Terry Sachen. Éste último recordaba, “yo sabía que Brian comenzaba a experimentar con LSD y otras drogas psicodélicas. En ese tiempo prevalecía la opinión de que, consumiendo ciertas dosis de droga, te destruiría el ego que tenías, como si eso fuera algo positivo. Yo no estaba interesado en tomar ácido o deshacerme de mi ego”. Al Jardine, a este respecto, mencionó que “Brian estaba muy preocupado. Quería saber lo que pensábamos al respecto. Para ser honesto, no creo que ni siquiera supiera lo que era el ego…“ Es una de las canciones más experimentales del disco en cuanto al uso y combinación de instrumentos, con complejos arreglos y con unos juegos de teclados en primer plano; a los Beatles les impresionó especialmente el uso de las armónicas remarcando los bajos del acompañamiento.
Here today demuestra claramente la maestría de Brian en la mesa de mezclas, con cambios repentinos de rítmo, órganos combinados, el bajo, paradas en seco del tempo, con un bajo (doblado) que marca la melodía principal, sus estupendos arreglos de viento, un gran solo de piano en notas bajas… Mike lleva la voz principal en una de las canciones favoritas de Bruce Jonhston. El nuevo Beach Boy decía que ”Brian es la re-definición de la palabra brillante… la ruptura que hay en medio de la canción…es una pasada…, es la ruptura que Brian me dijo que fue influenciada por Bach, y si has oído alguna pieza de Bach, entonces sabrás de lo que está hablando”. .
En I just wasn’t made for these times, Tony Asher escribió una letra que debería haber escrito el propio Brian, ya que lo definía completamente. ”Era un retrato de mi mente atormentada…, es sobre un chico cuya mente está demasiado avanzada… todo el mundo pensaba que yo estaba loco haciendo Pet sounds…”, recuerda Wilson en la actualidad. Destaca, además de la soberbia melodía y la fantástica voz de Brian, el uso del theremín, instrumento soviético utilizado frecuentemente en las películas de serie B de los años 50 como sonido ambiental. Brian recuerda, ”me aterrorizaban de pequeño”. El uso de este intrumento llegaría a sus más altas cotas con Good vibrations.
Pet sounds, el tema que da título al disco, es un instrumental que incluye como coristas a Banana y Louie, las mascotas (“pets” en inglés) de Brian, con Brian utilizando dos latas vacías de Coca-Cola como método de percusión. Se iba a titular Run James run, y fue escrita pensando en James Bond. Es uno de los temas más flojos del disco.
Caroline, no es la canción favorita del disco para Brian, vocalista principal de la canción, quien recuerda haberla compuesto bajo el influjo de Glenn Miller. La letra trata sobre una antigua novia de instituto de Brian a la que vio años después, encontrándola envejecida y habiendo perdido la inocencia que le enamoró en su momento. Wilson le contó esta historia a Tony Asher, que escribió esta letra que es el leitmotiv del disco: la inocencia perdida, el pasar de la adolescencia a la edad adulta. Todo el LP está escrito como pinceladas sobre esta idea principal.
En esta canción Murry Wilson, padre de los hermanos Wilson, aportó su granito de arena. Tomó la versión final de Brian y la aceleró mínimamente en un intento de hacer sonar la voz de Brian más juvenil (suena ligeramente más aguda). Es una gran melodía para un domingo lluvioso de otoño. Una maravilla que se editó como single en marzo de 1966, dos meses antes de que se editara el disco. Lo curioso es que se publicó bajo el nombre de Brian Wilson y no de The Beach Boys.
Tras su lanzamiento, varias selecciones de Pet sounds se convirtieron en habituales en las presentaciones en vivo del grupo, incluyendo Wouldn't it be nice, Sloop John B y God only knows. Otras canciones fueron interpretadas, aunque esporádicamente y con poca frecuencia a través de los años, y el álbum nunca fue interpretado en su totalidad con todos los miembros del grupo original. Como artista en solitario, Brian Wilson interpretó todo el álbum vivo en tres ocasiones en sus Pet Sounds Tours de 2002 y 2006, que incluyó como miembro a su compañero Al Jardine en varios shows. También lo interpretó dos veces en su gira de 2013, que incluía de nuevo a Jardine, así como al guitarrista original de los Beach Boys, David Marks. Grabaciones de de la gira de conciertos de Wilson de 2002 fueron lanzadas como Brian Wilson presents Pet sounds Live.
Dos videos musicales de Sloop John B y God only knows fueron filmados para Top of the Pops en Reino Unido, ambos dirigidos por el publicista recién empleado para la banda Derek Taylor. El primero fue filmado en la casa de Laurel Way de Brian con Dennis actuando como cámara, y el segundo cerca de Lake Arrowhead. Mientras que el segundo vídeo (que contenía imágenes del grupo a excepción de Bruce bailando con mascaras de terror grotescas y tocando Old maid) estaba destinado a ser acompañado por fragmentos de Wouldn't it be nice, Here today y God only knows, ediciones recortadas fueron hechas por la BBC para reducir la longitud de la película.
En 1968 la discográfica de The Beach Boys, Capitol Records, lanzó al mercado una recopilación de cinco canciones instrumentales del grupo, titulada Stack-o-tracks. En este álbum se encontraban cuatro canciones de Pet sounds, debido a la sofisticada instrumentalización que había en el álbum: Sloop John B, Wouldn't it be nice, God only knows y Here today. En 1972 se adjuntó y vendió Pet sounds junto a Carl and The Passions-So tough como un álbum doble, pero con la portada de Carl and The Passions-So tough.
En 1993, Capitol lanzó un boxset de cuatro CD que contenía material inédito de las sesiones de grabación de Pet sounds, titulado The Pet sounds sessions. En 2005, la discográfica Vitamin Records publicó un álbum en honor a Pet sounds, llamado The String Quartet tribute to the Beach Boys' Pet sounds, que se trataba del álbum interpretado por varios músicos.
La versión original de I know there's an answer, titulada originalmente como Hang on to your ego, fue publicada por primera vez en el boxset de cinco CD Good vibrations: Thirty years of The Beach Boys, de 1993.
Para conmemorar el 30º aniversario de Pet sounds, se editó en junio de 1996 un single de vinilo, constituido por una versión en estéreo de I just wasn't made for these times que abarca toda la cara A del disco, mientras que una versión a capela de Wouldn't it be nice y una mezcla en estéreo de Here today completaban la cara B.
En 2006, cumpliéndose cuarenta años del lanzamiento del disco, se lanzó un álbum doble de Pet sounds en CD, llamado Pet sounds: 40th anniversary. El primer disco permitía escuchar el álbum en mono, tal como se publicó originalmente en su día, mientras que el segundo disco se presentó con la mezcla estereofónica, excepto el tema Hang on to your ego, que aparecía en mono. También en 2006, EMI Records lanzó un DVD llamado Pet sounds (bonus DVD) con el álbum y los vídeos musicales correspondientes.
Aunque inicialmente Pet sounds no se convirtió en un éxito, su influencia comenzó desde el día que se publicó. En Reino Unido fue recibido con gran entusiasmo, siendo elogiado por la prensa musical diciendo que contenía unas de las "más grandes e impresionantes melodías, con letras realmente espirituales". El álbum hizo merecedores a The Beach Boys de honores como el Mejor grupo del año en las encuestas realizadas por la NME, por encima de bandas como The Beatles.
Opiniones de algunos críticos modernos lo han favorecido en lo general, considerándolo el mejor álbum de la banda y uno de los mejores de la década de 1960, diciendo que el álbum era de tal calibre, que apenas había sido apreciado su contenido musical en toda su vastedad. "Este pequeño disco no sólo cambió el curso de la música popular, sino también el curso de unos pocos que viven en el negocio... Nadie estaba preparado para algo tan conmovedor, tan encantador, algo que alguien había tenido que pensar mucho", escribía Stephen Davis en su crítica del disco para Rolling Stone en junio de 1972.
Pet sounds también ha recibido comentarios positivos por otros músicos. Por ejemplo, The Beatles dijeron que tuvo una gran influencia para que ellos construyesen su conocido álbum conceptual Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, y también influiría en Revolver. El productor de The Beatles, George Martin, dijo que "sin Pet sounds no hubiera existido Sgt. Pepper's", afirmando asimismo que "Sgt. Pepper's sólo fue un intento de alcanzar el nivel de Pet sounds". El miembro de The Beatles, Paul McCartney, que ha citado God only knows como su canción favorita de todos los tiempos, lo ha colocado como uno de sus álbumes favoritos diciendo sobre él: "Pet sounds fue realmente impresionante. Me encanta este álbum. Le he comprado a cada uno de mis hijos una copia de este disco. Creo que nadie puede tener una educación musical si no ha escuchado este álbum. Me gusta la orquesta, los arreglos y tal vez va a parecer exagerado si digo que este disco es el clásico del siglo, pero para mí es sin duda un disco clásico que es inmejorable en muchos sentidos. Creo que fue realmente la gran influencia que me hizo grabar Sgt. Pepper's".
Otros artistas también han elogiado a Pet sounds, calificándolo como uno de los más grandes de todos los tiempos. Eric Clapton declararía: "Considero que Pet sounds es uno de los más grandes discos de pop que han aparecido en la historia. Todo su contenido musical absorbe los sentimientos que hay en mí." Elton John ha dicho sobre el álbum: "Decir que me encantó sería quedarse muy corto. Nunca había escuchado unos sonidos tan encantadores, tan perfectamente grabados. No cabe duda de que ha cambiado la manera en que yo y otra gente grabamos nuestra música". El mismo Mike Love, quien al comienzo de la grabación de Pet sounds se manifestó en contra, en una entrevista cuando le preguntaron cuál era el mejor álbum de The Beach Boys según él, declaró que era Pet sounds.
El arreglista Robert Kirby afirmó que el cantautor inglés Nick Drake hizo los instrumentales de su álbum de 1970 Bryter Layter para evocar Pet sounds. Kevin Shields, del grupo irlandés de shoegazing My Bloody Valentine, hace referencia a Pet sounds como ejemplo por el que su álbum de 1991 Loveless fue grabado en mono. La canción de R.E.M. At my most beautiful, de su álbum de 1998 Up, fue escrita como un "regalo" de Michael Stipe a sus compañeros de grupo fans de Pet sounds. Según Thom Yorke, porciones del álbum OK Computer se basaron en la atmósfera de Pet sounds. Cuando el co-fundador de Animal Collective, Noah Lennox, fue interrogado por los críticos que comparaban su álbum solista de 2007 Person pitch a Pet sounds, Lennox respondió: "para mí, Pet sounds no sería lo primero con lo que compararía mi álbum... sobre todo, porque sería algo arrogante".
Pet sounds ha inspirado álbumes de tributo como Do it again: a tribute to Pet sounds, The String Quartet tribute to The Beach Boys' Pet sounds y Mojo presents: Pet sounds revisited. Muchas canciones de Pet sounds han aparecido también en álbumes de tributo a Beach Boys y Brian Wilson, como Making God smile y Smiling pets, en los que figuran varios artistas versionando canciones de Pet sounds, incluyendo a Sixpence None The Richer, Seagull Screaming Kiss Her Kiss Her, They Might Be Giants, David Bowie, Black Francis, Peter Thomas, Rivers Cuomo, Patrick Wolf, Tim Burgess, Saint Etienne y The Flaming Lips.
Debido a la mala recepción comercial de Pet sounds, Brian Wilson sintió una gran decepción, provocando que comenzara a experimentar con más y nuevas drogas, lo que tuvo efectos negativos en sus trabajos posteriores. En un intento por superar este álbum, Pet sounds, Wilson inició los trabajos de su nuevo proyecto, SMiLE; sin embargo, debido posiblemente a los problemas con las drogas y al bajo apoyo dado tanto por la banda como por la compañía discográfica, Wilson canceló este nuevo proyecto. Otro factor importante, citada en el documental de SMiLE, fue la salida de Strawberry fields forever, el nuevo single de The Beatles en Estados Unidos. Brian escuchó la canción mientras conducía su automóvil y se sintió tan impresionado que tuvo que detener el automóvil y escucharla atentamente; al terminar la canción comentó a su compañero de viaje que The Beatles habían logrado con esa canción lo que él andaba buscando en la concepción de SMiLE.
Pet sounds fue un disco histórico, basado en una concepción sinfónica del pop y construido a base de sonidos hasta entonces nunca oídos en un disco de rock. Se pueden contar hasta más de treinta instrumentos diferentes (acordeón, armónicas, bajo eléctrico, bajo sexto, batería, chelo, clarinete, clavecín, clavicémbalo, clavicordio , cuerno inglés, electroremín, flauta, glokenspiel, guitarras, instrumentos de percusión -cascabeles, maracas, panderetas, timbales, marimbas-, mandolina, mandolina de 12 cuerdas, órgano, piano, saxofón, timpani, trombón, trompetas, ukelele, vibráfono, viola, violines,...) tocados por más de cuarenta músicos distintos.
Pet sounds es un disco impregnado de melancolía, lirismo y de una pura introspección. Los arreglos están cuidados hasta el mas mínimo detalle, las melodías son bellas, complejas y con ciertos aires cinematográficos. Brian Wilson había creado un autentico hito en el mundo del disco, y con este disco se demostró que la música pop podía ser tan compleja como la música sinfónica. Brian Wilson no había creado un disco, había creado una obra de arte.
En noviembre de 2004, la revista Rolling Stone colocó en su lista de Las 500 mejores canciones de todos los tiempos a tres canciones pertenecientes a Pet sounds: God only knows en el puesto 25, Caroline, no en el puesto 211, y Sloop John B en el puesto 271.
Fuentes: http://es.wikipedia.org, http://www.allmusic.com, http://www.rollingstone.com, http://en.wikipedia.org, http://www.slantmagazine.com, http://www.sputnikmusic.com, http://rollingstone.es, http://blogs.elpais.com, http://www.lahiguera.net, http://www.alohacriticon.com, http://www.rockdelux.com, http://www.taringa.net, http://guilletek.com, http://pentagramario.blogspot.com.es, http://www.efeeme.com, http://garada.wordpress.com, http://www.los60.es, http://rincondesconexion.blogspot.com
Listado de canciones:
1.- Wouldn't it be nice
2.- You still believe in me
3.- That's not me
4.- Don't talk (put your head on my shoulder)
5.- I'm waiting for the day
6.- Let's go away for awhile
7.- Sloop John B
8.- God only knows
9.- I know there's an answer
10.- Here today
11.- I just wasn't made for these times
12.- Pet sounds
13.- Caroline, no
Reedición CD 1990:
14.- Unreleased backgrounds
15.- Hang on to your ego
16.- Trombone Dixie
Vídeos:
Wouldn't it be nice - The Beach Boys
You still believe in me - The Beach Boys
That's not me - The Beach Boys
Don't talk (put your head on my shoulder) - The Beach Boys
I'm waiting for the day - The Beach Boys
Let's go away for awhile - The Beach Boys
Sloop John B - The Beach Boys
God only knows - The Beach Boys
I know there's an answer - The Beach Boys
Here today - The Beach Boys
I just wasn't made for these times - The Beach Boys
Pet sounds - The Beach Boys
Caroline, no - The Beach Boys
Hang on to your ego - The Beach Boys
Trombone Dixie - The Beach Boys
Obra maestra del POP.
ResponderEliminarUn disco que creo que debería de escuchar todo el mundo, por lo menos, a los que les guste el estilo.
Brain Wilson es un genio, y aquí lo demostró en toda su plenitud.
Pet Sounds estará siempre entre mis discos preferidos.
Un antes y un después dentro de la música popular.
Saludos sintéticos.
Un disco que rompió esquemas en plena lucha por el estrellato entre los Beatles y los Beach Boys, y el primero de los esquemas que rompió fue precisamente el de los compañeros de Brian Wilson en el grupo, que aún deben de estar alucinando del elenco de composiciones que les presentó éste, y del éxito que logró a posteriori.
ResponderEliminarSaludos sintéticos, Eduardo