Little creatures es el sexto álbum de Talking Heads, aparecido en junio de 1985, y grabado en los estudios Sigma Sound de Nueva York. El álbum examina temas de la cultura norteamericana e incorpora elementos de la música country, con muchas canciones basadas en la guitarra steal. Fue votado como el Mejor álbum del año en la encuesta de los críticos de The Village Voice Pazz & Jop, y fue el álbum de estudio del grupo que obtuvo mayores ventas, con más de 2 millones de copias vendidas en Estados Unidos.
La portada fue creada por el artista marginal Howard Finster y fue seleccionada como Portada de álbum del año por la revista Rolling Stone.
En 2005, el disco fue remasterizado y reeditado por Warner Music Group en sus sellos Warner Bros./Sire Records/Rhino Records en formato DualDisc, con tres bonus tracks en el CD: las versiones demos de Road to nowhere y And she was, y una mezcla extendida de Television man. El DVD-Audio incluye tanto mezclas estéreo como son sonido surround 5.1 de alta resolución, así como una versión Dolby Digital y los vídeos de And she was y Road to nowhere. En Europa, fue lanzado como un set de dos discos CD-DVD Audio en lugar de un solo DualDisc. La reedición fue producida por Andy Zax con Talking Heads.
Little creatures pasa por ser uno de los álbumes de Talking Heads más inmediatamente accesibles, evitando los patrones de algunos de los álbumes anteriores, en los cuales el grupo había trabajado temas instrumentales de riffs y ritmos, después de que David Byrne improvisase melodías y letras. Parece ser que David Byrne en realidad se sentó en un estudio, escribió algunos riffs, armó algunas letras que rimaban, y luego las presentó a la banda, muy diferente de la metodología empleada en las jam sessions que impulsaron, por ejemplo, Speaking in tongues.
Después de la experimentación funk abstracta de Remain in light y de Speaking in tongues, los Heads decidieron volver a sus raíces con Little creatures, abandonando el enfoque modal y polirrítmico en favor de las estructuras pop basadas en dos guitarras de antaño. Mientras Little creatures es el álbum más apto para las emisoras de radio, no supone un paso atrás de ningún modo porque a la vez que suponía su retorno al estilo peculiar new wave que los hizo famosos, aportaban a la superficie una sofisticación bien merecida (armónica y lírica). Estos avances permitieron a la banda lanzar una serie de canciones ganadoras, como el anti-himno Road to nowhere, la semi-mística (y sin embargo pegadiza) And she was, y la rockera Stay up late.
La mayoría de las canciones de Little creatures fueron acreditadas a Byrne en solitario, con la banda acreditada solamente en arreglos. Tal vez por ello, la banda se racionalizó con músicos adicionales utilizados solamente para efectos específicos más que para tocar en conjunto. Incluso Byrne se hizo acompañar de otros vocalistas. Little creatures era un álbum de pop muy logrado, por una banda que sabía lo que estaba haciendo. Cierto, las letras de Byrne eran aún intrigantes y extravagantes, pero incluso su temática era cada vez más madura. Little criatures mostraba, en cierto sentido, unos Talking Heads light. Costaba pensar que eran la misma banda que había compuesto Psychokiller. Pero les dio buen resultado en cuanto a expandir la audiencia, consiguiendo su segundo álbum de platino, y su popularidad fue lograda sin disminuir su creatividad.
En realidad, Little creatures es un refugio de la vanguardia, que empieza inmediatamente en la portada. Realmente, la transformación estilística comenzó con Speaking in tongues. Little creatures, considerado en el ámbito de trabajo de la banda desde 1980, no suena para nada fuera de lugar. Pero lo que quizás es aún más sorprendente es que Little creatures, un presunto superventas pop, realmente no sacrificaba nada de la madurez y complejidad de los anteriores discos del grupo. Las canciones son generalmente más accesibles y estructuralmente hablando, más simplistas, pero todavía tienen la misma significativa función en los Talking Heads, aunque manifestada en una forma diferente.
Los últimos álbumes de la banda lucían su entrenamiento artístico en sus portadas, diseñando gráficos experimentales para los envoltorios de sus LPs. En la parte posterior de Little creatures, sin embargo, aparecen vestidos como soldados del Ejército de Salvación, mientras que en la portada delantera el artista folk sureño Howard Finster garabateaba un perfil caricaturesco de la banda, mostrando al líder de los Heads, David Byrne, en botas y slip, apoyando un globo sobre su espalda. Dentro del envoltorio del disco, Byrne presenta un álbum que trata de ignorar su gravosa reputación. Las canciones son simples y están claramente enraizadas en las estructuras pop, y Byrne inyecta una sensación de vértigo lírico que hace que casi suene como una banda diferente.
La diferencia más obvia en Little creatures es la música esquelética. La primera canción, And she was, es una melodía flexible sobre la levitación que no hubiera estado fuera de lugar en el álbum de debut de la banda. Después de años de gruesa experimentación en el estudio con ecos y retardos, es sorprendente oír de nuevo los rígidos tambores despojados de rebotes polirrítmicos de Chris Frantz, sostenidos por Byrne, sonando los riffs de guitarra de Jerry Harrison refinando el brillante coro. No hay descomunales overdubs en el álbum, y cuando los Heads agregan la instrumentación más allá del cuarteto básico (la guitarra steel en Creatures of love, las armonías corales y el acordeón Cajun en Road to nowhere, y partes de saxo y percusión llevados de manera sutil), evitan que las canciones sean ejercicios de género. El puente de llamada y respuesta en Television man recuerda a Tommy James más que a Fela Kuti, indicando que la banda ha regresado de su viaje etnomusicológico.
Con la instrumentación reducida a un papel elemental y vigorizante, el enfoque se centraría en las letras de Byrne, que son en su mayoría narrativas, en contraposición a la imaginería troceada que hasta ese momento había favorecido, y que cualquiera que se viese sorprendido por la cordialidad madura que Chrissie Hynde demostró en Learning to crawl de Pretenders se asombraría de lo que sugieren las letras de Byrne. En la película The big country, David observó los detalles mundanos de la cultura americana y concluyó, con irritable disgusto, "no viviría allí aunque me pagasen por ello". Pero Little creatures es el sonido de David Byrne enamorándose de la normalidad.
Incluso desde Fear of music, Talking Heads han puesto su canción más rara al final de cada álbum. En Speaking in tongues, su último trabajo de estudio, colocaron al final del álbum This must be the place (naive melody), un cálido agradecimiento a un amante cantado con asombro lo suficientemente atrevido para sugerir que Byrne no estaba totalmente convencido de este romance amoroso. Después de todo, se trataba del mismo misántropo que hacía unos años se preguntaba, "Do people really fall in love?" (¿realmente la gente se enamora?)
Aunque éste es un disco modesto y encantador, sin duda quienes equiparan creatividad con complejidad lo descartarían con toda probabilidad de la vieja new wave. Pero con el resto del mundo pop todavía prendado del brillante Remain in light, ¿qué podría ser más subversivo que un disco sencillo y feliz? Éste parece ser el mensaje de Road to nowhere, el astuto y efervescente single que cierra el disco. Byrne admite que está perdido, pero vaga felizmente hacia ningún lado porque tiene compañía. Se le puede escuchar sonriente y parece no importarle demasiado si lo seguimos o no.
Resulta a menudo peligroso tomar literalmente la letra de cada canción, pero se sabía por las columnas de cotilleos que Byrne tenía novia, y el álbum está lleno de imágenes de cambio, como en The Lady don't mind, con el hipo de Byrne "I sure don't feel the same" (seguro que no me siento el mismo). Y aunque la trémula línea de bajo de Tina Weymouth en Give me back my name invoca la implosión paranoica de Fear of music, Byrne murmura, como si estuviese en trance, "Something has been changed in my life" (algo ha cambiado en mi vida). Con misteriosas y casi mágicas mujeres habitando en siete de las nueve canciones, esos cambios parecen asegurar que son amorosos.
Sin duda, Byrne ya no se siente alienado de los placeres simples. En Stay up late, se ríe con deleite al apreciar el pene de un bebé durmiendo, mientras que Creatures of love concluye que el sexo es bueno porque "It makes those little creatures come to life" (hace que esas pequeñas criaturas cobren vida). Television man, la canción más larga del disco, incluso sitúa a Byrne en una sala de estar con ese símbolo máximo vernáculo americano, el televisor.
Después de años de adulación crítica por aportar alto conceptualismo artístico a la música rock, Byrne podría haber recordado que originalmente eligió la música sobre las artes visuales debido a su accesibilidad. Todo en el álbum indica que Little creatures es un retiro deliberado de la experimentación de la trilogía de Eno de Talking Heads, que les reportó gran parte de su reputación.
Los Talking Heads son lo underground sonando a lo mejor del mainstream, como si ese código fuera accesible para todos, y debió quedarse así el resto de la vida de la banda. Quedó claro en aquella célebre frase de David Byrne alrededor del lanzamiento de Talking Heads: 77, que su plan era salir del CBGB para ser escuchados por las masas, y Little creatures es su mejor intento. Si en el álbum anterior en estudio se habían engolosinado con los sintetizadores, en éste se pierden con las influencias country y el rock americano.
Hay que aceptar que And she was coge vuelo después de prometerlo todo, quedándose finalmente en el amor obvio, y aún así destaca dentro de este grupo de canciones. Give me back my name, pretendiendo mucha complejidad, parece una canción religiosa infantil. En Creatures of love toda la chispa de las letras de David Byrne se resume a unos tímidos brillos tímidos con una alegre melodía.
The Lady don't mind suena seductora y sin esperanzas, es mucho más callejera reviviendo parte del sonido africano que los había influenciado antes, pero permite reconocer que las cosas han cambiado en Little creatures, porque cuando vuelven a su estilo tradicional con Perfect world, queda un regusto a una sensación añeja. Por eso, cosas como Stay up late, notoriamente más rítmica que el resto del álbum se sienten tan bien, y hacen recordar que los Talking Heads siempre te harán mover el cuerpo hasta el agotamiento.
Walk it down y Television man pasan casi desapercibidas, más cuando ésta última parecía ser elaborada como una pieza central, sin embargo se convierte en 6 minutos que suenan más bien largos, aunque es una de las más reconocidas del disco por los fans. Lo mejor viene al final con Road to nowhere, donde se conjugan perfectamente la ambición de la banda con el talento que brota de cada momento de su carrera; es un himno innegable de la juventud incomprendida, sin rumbo en el país de Reagan y de Star Wars, con filas de personas desfilando con Byrne dirigiendo la marcha con gracia y desfachatez directo hacia al filo del risco.
Little creatures llegó al puesto número 10 en las listas de Reino Unido, al 20 en Billboard 200, al 2 en Australia, y al 9 en Alemania. En cuanto a los singles, The Lady don't mind fue número 81 en Reino Unido, Road to nowhere fue número 6 en Reino Unido y 105 en Estados Unidos, y And she was fue número 17 en Reino Unido y 54 en Estados Unidos.
Fuentes: http://en.wikipedia.org, http://gl.wikipedia.org, http://it.wikipedia.org, http://www.allmusic.com, http://www.rollingstone.com, https://itunes.apple.com, http://www.cduniverse.com, http://rateyourmusic.com, http://www.sputnikmusic.com, http://rincondesconexion.blogspot.com
Listado de canciones:
1.- And she was
2.- Give me back my name
3.- Creatures of love
4.- The lady don't mind
5.- Perfect world
6.- Stay up late
7.- Walk it down
8.- Television man
9.- Road to nowhere
Reedición 2005:
10.- Road to nowhere (early version)
11.- And she was (early version)
12.- Television man (extended mix)
Vídeos:
And she was - Talking Heads
Give me back my name - Talking Heads
Creatures of love - Talking Heads
The lady don't mind - Talking Heads
Perfect world - Talking Heads
Stay up late - Talking Heads
Walk it down - Talking Heads
Television man - Talking Heads
Road to nowhere - Talking Heads
Road to nowhere (early version) - Talking Heads
Television man (extended mix) - Talking Heads
el dsico que mas pongo de los Talking probablemente por ser el más accesible. Me encanta este álbum. Incluso las versiones maxis de los singles son muy buenas. Gran recuerdo
ResponderEliminarCuando decidí hablar sobre este álbum, me esperaba comentarios sobre que seguramente no es el mejor de ellos. Pero, como muchas veces he dicho, en esta sección hablo de grandes álbumes, y no necesariamente de los mejores de cada grupo. Para eso los gustos muchas veces no coinciden.
ResponderEliminarEso sí, como bien dices, Bernardo, es uno de los más accesibles, con varias de las mejores canciones del grupo. Y es un álbum que anima, que vigoriza y revitaliza. Es uno de sus trabajos más alegres.
Saludos, Bernardo.
muy buen analisis de este magnifico album de Talking Heads.
ResponderEliminar