Smog es el seudónimo bajo el que ha grabado y actuado el cantante, compositor y guitarrista Bill Callahan (Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, 1966), que se encuentra entre los grandes renovadores del rock estadounidense de las últimas dos décadas. Smog es un excelente arquitecto de ambientes fatalistas y oníricos que ha dedicado su obra a la exploración paranoica de un tema obsesivo, el tema de una vida que poco a poco se desvanece en la nada. Smog se identifica tanto con su poesía de la soledad que sus canciones parecen arrullarlo a sí mismo en un estado de apatía y languidez intoxicante.
Sus canciones poseen el sabor de inmortalidad típico de clásicos como Nick Drake, Lou Reed, Leonard Cohen y Nick Cave. Se trata de miniaturas sonoras, acuarelas minimalistas, sonidos que exploran los más oscuros recovecos de la mente, la soledad, la angustia, la alienación, desarrollando un lienzo musical tan sobrio como original. En cierta forma, Smog es el Drake de los 90, especialmente por su habilidad en transferir un malestar existencial sobre el pentagrama tan emocionante como sobrio y mesurado. Como el mismo Nick Drake antes que él, Smog transmite la triste sensación de angustia sentida por alguien que no quería vivir en un mundo que no amaba.
Callahan comenzó a trabajar en el género lo-fi nacido a partir del rock alternativo, con álbumes elaborados en estudios caseros en cintas mediante grabadoras de cuatro pistas. Más tarde empezó a lanzar álbumes con el sello Drag City, al que sigue estando vinculado en la actualidad.
Su música es simple, de un toque intimista, espiritual y emotivo. Las canciones de Smog se basan a menudo en estructuras simples y repetitivas, consistiendo en una progresión de acordes simples repetidos durante la duración de la canción entera. Su forma de cantar se caracteriza por su voz de barítono. Melódica y líricamente tiende a evitar el enfoque verso-coro favorecido por muchos compositores contemporáneos, prefiriendo en su lugar un acercamiento de forma más libre y que descansa menos en la repetición melódica y lírica. Los temas líricos de Callahan se centran a menudo en temas relacionados con la búsqueda espiritual y la complejidad de las emociones, con un sutil uso de la ironía y el humor negro en el sentido clásico. Se trata de un cuentista aficionado que usa palabras simples para historias de profunda significación, con una temática que incluye las relaciones, los animales, los viajes, los adolescentes, la naturaleza y, más recientemente, la política.
Sobre el tema de la voz en sus álbumes, Callahan ha dicho, “se trata generalmente de un carácter por disco. Así, el personaje aparece en todas o la mayoría de las canciones en un disco y después se marcha. Aunque me hace sentir extraño hablar sobre ello, porque no pienso en términos claros de caracteres. Mis álbumes en conjunto podrían ser vistos como un personaje con muchas voces diferentes”. Su manera generalmente desapasionada de expresar las letras y su oscura ironía a menudo ofuscan complejos giros y vueltas líricas y emocionales. Los críticos han caracterizado generalmente su música como deprimente e intensamente introspectiva, y uno de ellos lo ha descrito como una “visión de un espectáculo erótico en un mundo insular de alienación”. Sin embargo, hay quienes dicen que se suele confundir su afición por el humor negro con un estado depresivo, confusión que se puede originar por su tendencia a las letras irónicas y socarronas.
Aunque nació en Maryland, la familia de Callahan pasó ocho años viviendo en Knaresborough en North Riding of Yorkshire, Inglaterra, con un retorno de cuatro años a Maryland entre 1969 y 1973. Sus padres trabajaban como analistas de idiomas para la Agencia Nacional de Seguridad.
Bill Callahan dijo que empezó a experimentar con la música cuando luchaba contra el insomnio de niño escuchando la radio: “me divertía jugando con la rueda de la sintonización distorsionando el sonidos de las canciones con ruido electrostático”, declaró. Su educación musical se llevó a cabo en Georgia, pero fue en California donde comenzó su actividad artística, con una serie de cassettes autoproducidos (Macrame gunplay de 1988, Cow de 1989, A table setting de 1990, Tired tape machine de 1990) a través de su propio sello Disaster. El nombre de Smog dijo tomarlo de una entrevista a Jello Biafra. “Decía que ‘smog’ (la contaminación) era el sabor de ‘jello’ (la gelatina). Elegí un seudónimo porque permanece abierto a todas las posibles soluciones (podía registrarme como solista o como grupo), y por eso, si grabas con tu nombre, el público asume que eres el propietario de tus canciones, cantas, eres solamente el protagonista”.
Callahan comenzó como un artista eminentemente experimental, utilizando instrumentos y equipos de grabación ya obsoletos. Sus primeras canciones a menudo casi carecían de estructura melódica y fueron torpemente interpretadas mediante guitarras mal sintonizadas, dando como resultado sonidos disonantes en sus cassettes autoeditados y su álbum de debut Sewn to the sky. El disco navegaba en el lo-fi, la tendencia musical que favorecía sonidos sucios y de baja fidelidad, aunque Smog no se ceñía sólo a estos cánones y agregaba sus inconsistencias, vocales destartalados, ritmos desacompasados (Kings tongue, Fruit bats, Puritan work ethic, Polio shimmy), y dejando sólo canciones como Peach pit y A jar of sand como los momentos más humanos, aquellos donde su estado de ánimo depresivo de corazón solitario e inconformista se trasluce en toda su desolación. Smog renunciaba a la armonía, sustituyéndola por la embrollada confusión de los instrumentos que producían la música. Más allá de los absurdos intervalos cortos, donde casi todo estaba permitido (como en el instrumental Russian winter), Smog arregló las canciones haciendo los pulsos más punzantes, los ritmos más desacompasados y la voz más desorientada.
Aunque siempre lejos de las candilejas, Smog fue contratado por Drag City, uno de los sellos independientes más respetados de Estados Unidos (en el que figuraban grupos seminales como los Pavement de Stephen Malkmus, los Palace de Will Oldham, los Silver Jews de David Berman, o los Royal Trux de Neil Hagerty), que publicó su EP Floating, seguido por el álbum Forgotten foundation, un disco complejo, donde las armonías más regulares (Burning kingdom, Your dress) y las baladas folk de sabor clásico (Head of stone II, Bad ideas for country songs, Bad investment) se mezclan con sonido extravagante, del acompañamiento por una sola guitarra de Filament a los gritos a capella de Guitar innovator. No faltan las canciones instrumentales que van del garage-rock de Do the bed a la enérgica Dead river, que continúan su introspección psicológica en el signo del intimismo más feroz.
Gran parte de su inicial producción era instrumental, con un marcado contraste con el enfoque lírico de su obra posterior. Aparentemente, utilizó técnicas lo-fi no principalmente debido a una preferencia estética, sino porque no tenía ninguna otra posibilidad para hacer música y por su falta de conocimiento acerca de cómo operaban los estudios de grabación, además de por el miedo a entregar el control de la obra a un ingeniero en sonido. Una vez firmó contrato con Drag City, empezó a utilizar estudios de grabación y una mayor variedad de instrumentos para sus grabaciones.
De 1993 a 2000, las grabaciones de Callahan crecieron cada vez en sonido “profesional”, con más instrumentos y una calidad de sonido superior, colaborando con músicos como Jim O’Rourke y John McEntire de Tortoise, con otros relacionados con Drag City, y con Neil Hagerty, músico con intereses comunes con Callahan. Callahan también trabajó estrechamente con su entonces novia Cynthia Dall en el inicio de su carrera, y ha contribuido en vocales a álbumes de otros artistas.
Musicalmente más rico y menos fragmentado (gracias también al violonchelo de Kim Osterwalder), Julius Caesar (1993) marcó otro punto de inflexión en la carrera de Smog. El rock crudo y lo-fi de sus inicios dejaba espacio para un nuevo gusto por la orquestación, a la cual el cantante estadounidense añade su toque típico espectral y decadente, ampliando su paleta sonora con las colaboraciones, además de Osterwalder, de Cynthia Dall y Jim O’Rourke. El espectro sonoro es mucho más amplio: desde el country-western de 37 push-ups a la serenata lisergica de What kind of angel, de la pomposa Your wedding a la indolente Strawberry rash, o el eco a la Velvet Underground de Heroin en la reencontrada energía de I am a Star Wars, en la que cuelga el riff de Honky Tonk women de los Rolling Stones. En equilibrio entre el rock neurótico a lo Television y el malhumor decadente de cantautores como Lou Reed y Leonard Cohen, Smog perfeccionaba lo que comenzaba a ser su marca de autor, confirmada por el mini-CD Burning kingdom de seis canciones: una nueva inmersión en su atmósfera inquietante y claustrofóbica, que culminaba en el trance de My shell, en la desolación de Drunk on the stars, envuelto en las atmósferas espectrales de Nico, y en la regularidad de la cadencia siniestra del single My family, y que fue el primero de los discos de Smog tocado como compleja música rock y con arreglos profesionales, que además perfeccionaron su técnica teatral.
Callahan se había convertido en un músico completo, capaz de actualizar la composición clásica con las ideas más brillantes de los movimients post-punk y new wave, el dark-rock, el lo-fi y el post-rock. Y también lo acompañaba un gurú de apoyo de la escena indie americana como Jim O’Rourke.
En 1995 llegaba así a su obra maestra: Wild love. El rock crudo y lo-fi de sus inicios se solda con una peculiar inclinación para la orquestación, creando un espectro de sonido amplio y excéntrico. El violonchelo (interpretado por O’Rourke) y teclados, en particular, añaden un toque siniestro a los paneles de desolación cotidianos de Smog, en una hipnótica mezcla de indie-rock y música de cámara. Desde la apertura con mitad Television mitad Cure de Batysphere al siniestro minimalismo de Sweet smog children, pasando por el breve interludio de violonchelo de Wild love, o al himno solemne de The emperor; los tres acordes sencillos de piano que dan cuerpo a Limited capacity dan paso a la inquietante It’s rough, en la que Callahan demuestra que sabe construir arreglos complejos con elegancia, y después al rockabilly neurótico de Sleepy Joe, dando paso a dos baladas, la frágil The candle, acompañada de débiles guitarras y teclados, y la fatalista Be hit, impregnada de amargo humor sardónico. La obra maestra del disco es la orquestal Prince alone in the studio, que demuestra las sublimes capacidades compositivas de Smog en la encrucijada entre pop, rock y música de cámara, y el disco termina con el arreglo cerrado de la canción de cuna Goldfish bow. Con Wild love, las historias de Smog penetraban profundamente en el alma del oyente, impregnadas de tristeza y soledad, porque estaban envueltas en mucho sonido que aislaba Smog de la sofistificación del rock. El estilo pop de cámara era ahora una forma de arte propio.
El siguiente EP, Kicking a couple around, reproponía los sonidos más ásperos del pasado, una vuelta tranquila al sonido austero, principalmente solitario y acústico, y no aportó mucho a su repertorio. Back in school, I break horses y The orange glow experimentaban con un nuevo estilo de recitación, susurros hipnóticamente lentos y tímidos acordes de guitarra, con la intimidad trémula del primer Leonard Cohen.
El álbum The doctor came at dawn, en cambio, prestaba mayor atención a la fórmula de la balada para voz y guitarra (Somewhere in the night, Everything you touch, Whistling teapot), pero se centraba también en otros lugares y momentos más dramáticos, como en la lánguida You moved in, o la solemne All your woman things, o en el blues cantado a capella Hangman blues.
Red Apple Falls (1997) es un disco clásico, en el que Callahan se muestra consciente de haber creado un estilo y de tener el espacio para vivir en él hasta el final. Este álbum constituyó una escasa unión de los dos estilos entre los que fluctuaba su trabajo, la austeridad encontrada en Kicking y el barroco (para sus estándares) de Wild love. La receta musical de Smog se comprobaba ofreciendo valiosas piezas como Red apples, romance para piano sobre el cual se cernía la letanía funeraria de Callahan; I was a stranger, una mezcla de un piano clásico y un tema inusual de guitarras hawaianas; o el emocionante Blood red bird.
Pero tal vez Smog percibía que el riesgo de repetición estaba al acecho, y en 1999 publicaba el sorprendente Knock knock (1999), en el que, por un lado el cuidado en la orquestación, y por otro lado la variedad estilística, contribuían a transformar sus canciones espectrales en composiciones de cámara elegantes. Las canciones fúnebres de Callahan tenían esta vez un verdadero tono de rock de cámara: Let’s move to the country reelaboraba el motivo de O Superman de Laurie Anderson con orquestación, No dancing era cantada en el registro decadente de David Bowie atornillada en un riff hard-rock, River guard era un reflejo íntimo de dolor conducida a ritmo de golpes de un ligeramente desentonado piano con ecos de Neil Young y Tom Waits. La temática del álbum sigue dominada por el “mal de vivir”, expresada por Smog mediante historias fatalistas, penetradas por un estado de ánimo depresivo y abúlico.
Ayudado por colaboradores como John McEntyre y Jeff Parker de Tortoise, bastante responsables de aportar texturas menos definidas y más rigurosas, Callahan elegía con Dongs of sevotion (2000) un camino de cantautor más suave y emotivo. Un estilo que no siempre resultaba convincente, pero que a veces le proporcionó un tono emocional, como en la irónica Dress sexy at my funeral, con una declamación triste a Lou Reed, o en la intensa Permanent smile. En cualquier caso, incluso con este disco, Smog puede demostrar su maestría consagrada con la seguridad de su estilo dramático, combinando el sonido de rock duro con orquestaciones clásicas y austeras.
Después de Dongs of sevotion (2000), Callahan comenzó regresar a una instrumentación y estilo de grabación ligeramente más simple, conservando el estilo de composición más consistente que había desarrollado durante los años anteriores. Rain on lens (2001) fue un paso en falso, que parece hacer detener a Smog en busca de sus raíces (musicales y personales). A pesar de las colaboraciones (Rick Rizzo de Eleventh Dream o el guitarrista de los Maples, Pat Samson), el disco no tiene mucho especial para ofrecer, más que su peculiar predilección por la atmósfera más cerebral del post-rock. Después de regresar a un sonido escaso, emocional e intensamente íntimo en Dongs of sevotion, Smog avanzaba hacia el post-rock y empapaba sus canciones en una fría, claustrofóbica y calculada tensión (su cénit llega en Dirty pants). La canción inicial Rain on lens suponía una entrada de alto voltaje pero, y excepto tal vez el conmovedor Live as if someone is always watching you, el resto del álbum parece bastante monocorde, prisionero del cliché “deprimido” que el mismo Smog había ayudado a crear.
Accumulation: None (2002) recopilaba rarezas y canciones remezcladas. El undécimo álbum de estudio de Smog, que en este momento comenzó a firmar sus discos como (Smog), Supper (2003), se basaba en una combinación de guitarras suaves, vocales femeninas (la excelente Sarabeth Tucek), melodías persuasivas y odas sentimentales, con un grupo de acompañamiento que formaban Ken Champion (pedal steel), Andy Hopkins (guitarra), Ryan Hembrey (violoncello bajo), Jim White y Rian Murphy (batería). Dongs of sevotion había representado un intento de robustecer el tradicional lo-fi folk de Smog con arreglos más densos y una producción en estudio más cuidadosa, Supper marcaba el regreso al austero sonido de los primeros discos, a pesar de la presencia de John McEntire de Tortoise y algunos destellos de rock eléctrico. Supper era una colección extraña, casi esquizofrénica, que oscilaba entre la elegía vals-country de Feather by feather, y el boogie a lo Lou Reed de Butterflies drowned in wine (con tambores tribales cortesía de Jim White). Comparado con el trabajo anterior, sin embargo, el sonido se vuelve más armonioso y cálido, casi queriendo ofrecer un consuelo de la angustia que impregnaba las canciones. El disco parte fuerte, con números rock y luego desciende lentamente hacia un sonido más relajado. Consta de canciones lentas como Our anniversary, Driving o A guiding light, de canciones con más ritmo como Ambition, y canciones blues como Morality.
En 2005 publicó el álbum A river ain’t too much love, con Joanna Newsom en piano, Connie Lovatt en el bajo, Jim White de Dirty Three a la batería, y el violinista Travis Weller. Se trata de diez instantáneas de color sepia que amarilleaban los recuerdos de una América mítica, estrecha pariente de las narraciones de las plumas sudistas de William Faulkner y Cormac McCarthy. Comienza con el folk-blues de Palimpsest, y enseguida la batería toma dimensión, proponiendo inesperados destellos de rock explosivo (la cola de la balada Say valley maker, las fases más difíciles de The well, las espirales rítmicas de Let me see the colts). El clímax emocional del álbum se encuentra, sin embargo, en el vals de Rock bottom riser, una canción-redención a lo Cohen (o el último Cave), en que el pobre punteo de Callahan acaricia una confesión a corazón abierto, que coge calor en las cadencias de la batería y se infla de melodía en las magníficas frases de piano de Joanna Newsom, compositora y compañera de sello de Smog. En otros lugares, se despliegan las sombras de Johnny Cash y Willie Nelson (de hecho, el álbum se grabó en los estudios Pedernales de Spicewood, Texas, propiedad de Nelson). Así el festivo country-blues de The well se opone al western en cámara lenta de I’m new here, casi escultural en su austeridad, o a la canción de fogatas In the pines (tradicional, comúnmente atribuida a Leadbelly).
La música de Smog se había convertido en algo similar (en alcance, si no en sonido) a la música country: confesional pero quejosa ante el mundo, melancólica pero fundamentalmente positiva en su naturaleza, narrativa más que contemplativa, con menos melodía pero empaquetado en un formato fácilmente reconocible.
En 2007, Bill Callahan aparcó en las estanterías su nombre artístico Smog, y comenzó a publicar con su nombre real, lanzando Woke on a whaleheart a través de Drag city, un disco insignia de refinado country-folk. En él, Callahan pisoteaba en las huellas de la antigua música de Smog pero, al mismo tiempo, parece desgarrada entre la producción psicópata de Neil Hagerty y el sonido funk-soul de la década de 1960, con el apoyo del acompañamiento gospel de Pugh Deani-Flemmings, y con el muliti-instrumentista Howard Draper, el bajista Steve Bernal y el baterista Thor Harris. Algunos pasajes del álbum parecen ser conducidos por un corazón enamorado (entonces su pareja era Joanna Newsom, que ese mismo año había lanzado su apreciado álbum Ys), y se abre con el inicial From the rivers to the ocean, delicado y conmovedor, con un piano suspendido en el aire, el violín meciendo y una guitarra como acompañamiento atenuado que sólo en una ocasión se suelta en un solo. El esbozo de country de Callahan, sin embargo, tiene poco de canónico: la cabalgata tamboreada de Footprints, o la angustiada Diamond dancer. El álbum también se permite pequeños placeres: los bordados de guitarra folk de Sycamore, el western futuro de Honeymoon child, o Day, con su piano insistiendo en algunos acordes repetitivos en un ritmo hipnótico, pero sobre todo Night, una canción de cuna con la voz que se pasea levemente por el sendero de unas notas de piano suaves y repetidas. El country-rock de The wheel y la final A man needs a woman…, con más de un homenaje a Johnny Cash, cierran el círculo.
Parecía ser sólo un paréntesis, porque su siguiente trabajo, Sometimes I wish we were an eagle (2009) gesta un puente obvio con el sonido reflexivo del último álbum bajo el nombre de Smog. Asemeja una confesión delirante del mismo Callahan, dispersa entre las líneas de los textos de las nueve canciones incluidas en este trabajo, reafirmando de manera más o menos explícita una desilusión que no puede llevar más que hasta el final de su aventura con Newsom. Son canciones a mitad de camino entre un canto y un discurso, centrándose en temas como las relaciones humanas, la naturaleza y la religión, afrontando con aparente desapego y con un registro de crooner, que se adapta perfectamente a la profundidad de una rica variedad de arreglos, adornada de la sobria centralidad de sus inicios, asociada a rítmicas más bien marcados y ásperas, y arpegios acústicos bastante simples.
El disco continuaba la transformación en un cantante pop-blues fumador con su guitarra y arreglos de cuerda discretos, una especie de sobria contrapartida sobrio a la locura gloriosa de Tom Waits. Su voz sumamente tranquila y monótona intenta en vano modular una melodía en Jim Cain. El piano staccato, las oscuras trompetas y las cuerdas propulsivas convierten a Eid Ma Clack Shaw en una experiencia mágica, en algún lugar entre la Eleanor Rigby de los Beatles y Morphine. Los arreglos son mucho más que fondos sónicos: conducen la parte narrativa de la canción tanto como la letra, y son responsables de la mayoría de la parte emocional. Las letras, por otro lado, en su mayoría proporcionaban un autorretrato obsesivo y algo torpe que no coincidía absolutamente con la música.
Sometimes I wish we were an eagle muestra una sensibilidad melódica orquestal con una elegancia que rememora enseguida la música de Leonard Cohen, que encuentra emocionantes resultados en los casi diez minutos del final de Faith/Void, realzando una escritura muy agradable con el inconfundible sello aterciopelado de Callahan que recupera su composición más clásica. Gran parte del crédito de la naturalidad de su clasicismo para constituir el núcleo del álbum se debe a la persona encargada de los arreglos, Brian Beattie, quien ayudó a crear un sistema de sonido rico y sofisticado, que no tiene nada que envidiar al del célebre Van Dyke Parks y que hace resplandecer con una elegancia de otros tiempos los nuevo hábitos de crooner desgastado con el aplomo de un Callahan afligido y de nuevo inspirado.
En ese mismo año, Callahan contribuyó con versiones de clásicos en cuatro álbumes de tributos a Judee Sill, Kath Bloom, Chris Knox, y Merge Records.
Después de la consagración con Sometimes I wish we were an eagle, Callahan parece querer retomar desde el principio, con Rough travel for a rare thing, su propio recorrido para tomar distancia de la composición lo-fi, proporcionando una continuación siempre centrada en su figura, con su estilo de crooner aterciopelado, apoyado por una sección rítmica fuerte y la vivacidad de los primeros años. Aunque se trata de un directo interpretado en el estilo de una banda de clubes, todo suena mucho más pulido que su producción anterior. El disco se centraba en las composiciones de Callahan con su nombre artístico (y en algunas publicadas como Smog, aunque versionadas con su estilo actualizado), y más concretamente en las canciones de Sometimes I wish we were an eagle, y en él Callahan revela madurez expresiva, especialmente en su expresión vocal, y una habilidad para contar historias con calidez y desapego al mismo tiempo.
En su álbum Apocalypse (2011), el cantante y compositor de Silver Springs se muestra con apariencia menos pesimista que la resignada introspección del trabajo anterior, comenzando con Drover a recorrer valles remotos en los cuales se confunde con el paisaje, y confunde su propio dolor con el de los seres animados y los lugares que lo rodean. El Apocalipsis que da título al álbum es, en retrospectiva, todo interior, y el propósito de la narrativa está más bien vinculada a él una especie de catarsis de paz emocional que debe ser alcanzada a través de la salida temporal de los problemas cotidianos ordinarios y sentimentales. La nueva carga emocional va acompañada de una modalidad expresiva más animada y con mordaz respeto a la autocompasión romántica del trabajo anterior; en Apocalypse prevalece una variedad de registros cuya acidez va más allá del estilo alt-country para atestiguar sus citas sudistas que oscilan entre un latente Delta blues y un jazz matizado, pasando por una serie de arpegios de fuerte sabor bucólico. Pero cualquiera que sea la referencia sonora de fondo, Callahan encuentra la manera de ejercitar su ahora consumado crooning cantando canciones de duración media-larga, ideal para historias y confesiones de un artista que, con el paso de los años y de las experiencias personales, se convierte cada vez más en un refinado cantante de una soledad entendida como una integración sencilla con un misterioso ambiente a descubrir.
Apocalypse es la continuación natural de Sometimes I wish we were an eagle. El sonido opulento (por sus estándares) guía al oyente a través del inspirado en el western Drover, la pomposa America y la especialmente pensativa y conmovedora Riding for the feeling y One fine morning. Apocalypse contó con opiniones favorables de la crítica. El crítico Sasha Frere-Jones lo denominó “mi álbum favorito de Callahan, no porque sea el que tiene mejores canciones (que están dispersas entre al menos otros cinco discos), sino porque hace exactamente lo que quiere hacer: transmite la coherencia de un álbum”.
Una crónica filmada de la gira Apocalypse Tour de Callahan de 2011 fue lanzada en 2012 en formato DVD.
Su último álbum de estudio, Dream river, fue lanzado en septiembre 2013. La ropa más clásica de Sometimes I wish we were an eagle parecía quizá demasiado estrecha para Callahan, pero expande en Dream river una calidez, un transporte que ha suscitado que se le etiquete como su trabajo más apasionado (el exaltado Spring, la persuasiva Small plane, el confortable crooning de Winter road). Dream river mostraba a un Callahan barítono estable de mediana edad, junto con arreglos con toques latinos. La combinación funciona en Javelin unlanding, en la que parece burlarse de las bandas sonoras de spaguetti-western de los años 60, o en el ambiente jazzístico de Ride my arrow. El sentimiento de desolación y lucha interna que esta música está destinada a evocar es transmitido en todo su terrible poder sólo por Summer painter, gracias a una flauta excelente y una línea de bajo pulsada.
A pesar de la diferencia en estilo y ajuste, hay una cierta afinidad con los Iron and Wine del mismo año: suaves arreglos, vagamente jazz en algunos momentos (Seagull), en el que el barítono de Callahan deposita su mantra obsesivo, insinuando imágenes y revelaciones con su tono quejoso. Una conciencia expresiva que se filtra en cada bordado instrumental del disco, probablemente incluso más concentrado que en el jam de Apocalypse (como en la reveladora Ride my arrow, entre afirmaciones existenciales y metáforas ornitológicas), consolidando el aura que le rodea. Have fun with God (2014) es un disco de remezclas de las ocho canciones de Dream river, en un estilo más electrónico.
Cat Power (Chan Marshall), quien mantuvo durante un tiempo una relación sentimental y artística con Callahan, grabó la canción Bathysphere de Callahan en su álbum de 1996 What would the community think, y también versionó su canción Red apples en su álbum Covers record de 2000.
Callahan también se ha dedicado a la literatura, publicando en julio de 2010 a través de Drag City la novela epistolar Letters to Emma Bowlcut. En enero de 2013 se editó un libro de fotografías de Callahan, escrito por Chris Taylor, llamado The life and times of William Callahan. En octubre de 2014 se lanzó una colección de dibujos a tinta y textos de Callahan que abarcaba su primer álbum como Smog hasta Dream river, titulado I drive a Valence.
Fuentes: http://en.wikipedia.org, http://es.wikipedia.org, http://www.lastfm.es, http://www.ondarock.it, http://www.scaruffi.com, https://itunes.apple.com, http://www.ticketone.it, http://bombmagazine.org, http://www.allmusic.com, http://thegreatrockbible.com, http://rincondesconexion.blogspot.com
SMOG
Peach pit, A jar of sand (Sewn to the sky)
Burning kingdom, Barometric pressure, Dead river, 97th street, I'm smiling (Forgotten foundation)
Your wedding, 37 push ups, When you walk, I am Star Wars, Chosen one (Julius Caesar)
My shell (electric version), My family (Burning kingdom EP)
Bathysphere, Wild love, It's rough, Sleepy Joe, Prince alone in the studio, Goldfish bowl (Wild love)
Your new friend, I break horses, The orange glow of a stranger's living room (Kicking a couple around EP)
You moved in, Somewhere in the night, Lize, Spread your bloody wings, All your women things (The doctor came at dawn)
The morning paper, Blood red bird, I was a stranger, To be of use, Red Apple falls, Ex-con, Inspirational (Red Apple Falls)
Let's move the country, Held, River guard, No country, Cool blooded old times, Hit the ground running, Look now (Knock knock)
Real live dress (The Manta rays of time EP)
Justice aversion, Dress sexy at my funeral, Strayed, Easily led, Distance, Cold discovery, Permanent smile (Dongs of sevotion)
Song, Natural decline, Keep some steady friends around, Dirty pants, Lazy rain, Live as if someone is always watching you (Rain on lens)
A hit (Accumulation: None)
Feather by feather, Ambition, Vessel in vain, Truth serum, Our anniversary, A guiding light (Supper)
Say valley maker, The well, Rock bottom riser, I feel like the mother of the world, Running the lopping, Let me see the colts (A river ain't too much to love)
BILL CALLAHAN
From the rivers to the ocean, Footprints, Diamond dancer, Sycamore, The wheel, Day (Woke on a whaleheart)
Jim Cain, Eid ma clack shaw, Rococo zephyr, Too many birds, All thoughts are prey for some beast, Faith/Void (Sometimes I wish we were an eagle)
Drover, Baby's breath, America!, Universal applicant, Riding for the feeling (Apocalypse)
The sing, Javelin unlanding, Small plane, Spring, Summer painter, Winter road (Dream river)
Thank dub, Expanding dub, Small dub, Highs in the mid-40's dub (Have fun with God)
Vídeos:
Dead river, del álbum Forgotten foundation:
Dead river - Smog
Chosen one, del álbum Julius Caesar:
Chosen one - Smog
Bathysphere, It's rough y Prince alone in the studio, del álbum Wild love:
Bathysphere - Smog
It's rough - Smog
Prince alone in the studio - Smog
I break horses, del EP Kicking a couple around:
I break horses - Smog
All your women things, del álbum The doctor came at dawn:
All your women things - Smog
Ex-con y Blood red bird, del álbum Red Apple falls:
Ex-con - Smog
Blood red bird - Smog
Cool blooded old times y Held, del álbum Knock knock:
Cool blooded old times - Smog
Held - Smog
Dress sexy at my funeral, del álbum Dongs of sevotion:
Dress sexy at my funeral - Smog
Keep some steady friends around, del álbum Rain on lens:
Keep some steady friends around - Smog
Our anniversary y Vessel in vain, del álbum Supper:
Our anniversary - Smog
Vessel in vain - Smog
Rock bottom riser y The well, de su álbum Have fun with God:
Rock bottom riser - Smog
The well - Smog
De Bill Callahan en solitario, Diamond dancer y Sycamore de su álbum Woke on a whaleheart:
Diamond dancer - Bill Callahan
Sycamore - Bill Callahan
Jim Cain y All thoughts are prey for some beast, de su álbum Sometimes I wish we were an eagle:
Jim Cain - Bill Callahan
All thoughts are prey for some beast - Bill Callahan
Drover y Riding for the feeling, del álbum Apocalypse:
Drover - Bill Callahan
Riding for the feeling - Bill Callahan
Javelin unlanding y Small plane, del álbum Dream river:
Javelin unlanding - Bill Callahan
Small plane - Bill Callahan
Super bien te ha quedado, felicitaciones.
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