KRAFTWERK - Álbumes 7: THE MAN MACHINE
Con The man machine (1978), Kraftwerk reaccionó ante las críticas británicas referentes a que su música suponía una amenaza en cuanto tendían a sustituir la instrumentación convencional por música desarrollada por máquinas, confeccionando otro álbum conceptual y estéticamente más radical y provocativo.
Siguiendo la línea de los álbumes anteriores de recuperación de las vanguardias artísticas europeas de principios de siglo, el concepto del álbum gira en torno a una declaración de amor a la máquina y su interacción positiva con el hombre. El hilo conductor que recorría el disc era la fascinación del ideal por el hombre-máquina, tema de referencias nietzscheanas y la teoría del superhombre, pero aquí con un propósito claramente futurista. "Dynamo" era el título provisional del disco, escogido por la idea de movimiento que les inspiraba, pero pronto fue descartado por sus connotaciones futbolísticas, que recordaban a clubes de la Europa del Este. Uno de los descubrimientos inesperados mientras preparaban el concepto del disco, fue el descubrimiento de la etimología de la palabra "robot", que que procede de la palabra rusa "robotnick", que significa "obrero". Esta palabra es empleada en la ambigua frase de The robots: "It voi sluga, It voi robotnick" (soy tu esclavo, soy tu robot).
Desde el punto de vista melòdico, Kraftwerk nunca han estado tan inspirados como en este disco, el que probablemente tiene las melodías más bellas memorables de su carrera. Es, además, el disco del que se han hecho más versiones por músicos de todos los estilos, especialmente de The model y Neon light, desde el cuarteto de música clásica de Alekssandr Balanescu, pasando por el rock de U2, el heavy de Rammstein o Coptic Rain, el tecnopop de Simple Minds o OMD, hasta otros más sorprendentes como una versión de The model en canto gregoriano y en latín de Sopor Aeternus & The Ensemble of Shadows, el chachachá de Señor Coconut, y versiones de grupos chinos, japoneses, españoles, etc., con las letras traducidas a estos idiomas.
La sonoridad del disco fue también la más puramente electrónica que nunca han utilizado, huyendo de referencias a imitaciones de instrumentos como los violines de Trans Europe Express o los coros de Radioactivity. Todos los sonidos están basados en ondas electrónicas puras, desde las percusiones hasta el sonido melódico solista más dulce, creando una nueva tradición electrónica sonora prácticamente desde la nada. Es de destacar la limpieza general del sonido, la pureza de las mezclas, simples, cristalinas, en las que es fácil ver el esqueleto de la estructura de cada pieza, de tan aparentemente simples como aparecen.
Milagrosamente la jugada les salió redonda y el disco consiguió navegar entre la comercialidad más efectiva (fue, de largo, su disco más vendido, consiguiendo su single The model ser número 1 en Inglaterra cuatro años después de la publicación del álbum) y la aclamación unánime como una obra maestra de la experimentación, por la mayor parte de la crítica mundial.
El toque maestro final fue la estética en la portada, donde, además de aparecer impecablemente vestidos como siempre, se presentan uniformados con camisas rojas, como la pared de fondo, y corbatas negras, situados escalonadamente en fila en una escalera, a la manera de la famosa pintura "Desnudo bajando una escalera" (1912) de Marcel Duchamp. Los peinados, ya habitualmente cortos, recordaban ahora a la moda masculina de los años veinte. La actitud de agentes de seguros amables de la portada de Trans Europe Express, se había transformado en una decidida pose altiva, con miradas desafiantes hacia la derecha. Los cuatro estaban rodeados por toda la portada por el título del disco escrito en diferentes idiomas, con un grafismo descaradamente inspirado en el constructivista El Lissitsky, destacando especialmente la versión en ruso. Esta nueva estética transmitía una fuerte imagen corporativa, como si Kraftwerk fuera una especie de extraño ejército. Parecía como si avisasen que no harían mal a nadie, pero que estaban un poco hartos de ser atacados, y que a partir de entonces no habría espacio para la broma con ellos, pues con sus máquinas podían hacer mucho daño. De hecho, se trataba de una sofisticada muestra de su sentido del humor que no fue captada por algunos de los detractores del grupo.
En resumen: Constructivismo ruso (El Lissitsky), futurismo italiano (los robots, Marinetti), vanguardia francesa (Marcel Duchamp) y expresionismo alemán (la película Metropolis de Fritz Lang, 1926, en la cual se basa el tema del mismo nombre) eran un cóctel de influencias que pasaron desapercibidas a algún crítico ignorante, que entendía toda aquella estética como una apoteosis pro-nazi. Afortunadamente para Kraftwerk, la sociedad de aquel momento estaba mucho más receptiva a su sentido del humor que en sus anteriores discos, más allá de referencias cultas, que se podían obviar o desconocer para disfrutar plenamente del disco.
Se editaron como singles The model/Neon lights y The robots/Spacelab.
Listado de canciones:
1.- The robots
2.- Spacelab
3.- Metropolis
4.- The model
5.- Neon lights
6.- The man machine
Varios vídeos de este álbum, de The model, The robots, The man machine, Neon lights, Spacelab y Metropolis:
The model - Kraftwerk
The robots - Kraftwerk
The man machine - Kraftwerk
Neon lights - Kraftwerk
Spacelab - Kraftwerk
Metropolis - Kraftwerk
Yo no tenía ni quince años cuando salió este álbum, un amigo de mi barrio lo tenía y cuando no estaban sus padres lo escuchábamos a tope, aquellos sonidos electrónicos nos envolvían y nos transportaban a lejanos planetas y galaXias. Creo que jamás se ha hecho un álbum con las mismas características que este. Obviamente, el single que más destacó fue el de The Model, sublime ejemplo de elegancia en el mundo de la electrónica, sí señor...
ResponderEliminarFeliz domingo
SaLu2 eléKtriKos
ESte disco es una obra maestra, no sólo de ellos o de la música electrónica, sino de la MUSICA, en general.
ResponderEliminarAnticipándose eones o todo y a todos.
Un disco que con sólo seis temas, ha servido de base para cientos de estilos electrónicos.
De esos discos elegidos que pasarán a los museos-discotecas en un futuro.
Si se contacta con vida inteligente de otros planetas y lo primero que escuchan es este disco, los extraterrestres pensarán que los humanos somos más avanzados de lo que creían.
Saludos eléctricos.
Si hay algún disco que se acerca a la perfección, es éste. Te transporta a otros mundos lejanos sin necesidad de trippies.
ResponderEliminarEscucharlo con atención la primera vez fue una de mis experiencias más emocionantes. Recuerdo que fue el primer disco serio que me compré (el anterior fue Cuba de los Gibson Brothers), y se lo encargué a mis padres en un viaje a Andorra, porque estaban ligeramente más baratos que aquí. Razonable, para una economía de un chaval de 16 años que sólo se financiaba con regalos de cumpleaños.
Muy bueno tu último párrafo, chorbyradio, jajaja. Seguro que si lo escuchan y venían a invadirnos, se vuelven enseguida a su planeta para no salir escaladados, jajaja.
Gracia JL.
ResponderEliminarEs que los humanos.......somos como somos.
De hecho, hay una frase que siempre me gustó desde el momento que la escuché, que es:
"La más clara prueba de que existe vida inteligente en otros planetas es que no han venido a visitarnos".
Algo que no puede doler en nuestro ego, a mí personalmente no, pero es una frase con la que estoy muy de acuerdo.
Por eso, si escuchasen a Kraftwerk, seguro que pensaban que éramos seres más racionales e inteligentes.
Saludos eléctricos.