TEMPORADA 2009-10
Una temporada más. Irregular, por cierto, sobre todo debido a la falta de continudad mental, pero diferente en varios aspectos de las anteriores.
Para esta temporada, y aprovechando que Edu iba a entrenar a mi hijo Sergi, me convenció para entrenar con él, pues ya hacía mucho tiempo se lo planteé, pero por compromisos suyos no lo habíamos hecho efectivo todavía.
Le pedí que quería mejorar mi movilidad en la pista, pues uno de mis puntos débiles era que aceleraba demasiado la finalización de los puntos para evitar que me moviesen demasiado, lo que conllevaba muchas veces que arriesgase más de lo normal, por lo que tendía más a la espectacularidad y los fallos tontos, que a la eficacia en mi juego.
Otro de los puntos en que me incidió Edu era mi tendencia a las lesiones. Para ello, y aprovechando el entrenamiento específico para la movilidad, ha buscado mejorar mi fondo, desplazamiento en la pista y los estiramientos musculares, antes y después del ejercicio. Y otro aspecto a mejorar, era la técnica. Para ello me ha cambiado el saque, tratando de evitar esos palos planos que pegaba y que me tenían muy tocado el supraespinoso, envolviendo más la bola al pegar, y tratar de no pasar la pierna al sacar para caer mejor tras el saque. Así se evita la bajada acelerada del brazo y, trazando el movimiento del brazo más en forma de arco, se daña menos hombro, parte superior del brazo y lumbar. La verdad es que he mejorado en dolores en brazo y lumbares, pero he perdido en velocidad, efectividad y seguridad en el saque, aunque tengo muy claro que todavía tengo que entrenarlo mucho más para conseguir más velocidad en orden a asegurar mejor los juegos en que saco.
Edu también ha intentado mejorar mi revés y cambiar la técnica de la derecha. En cuanto al revés, la mejora ha sido notable. Me falta un poco de confianza, pero ya hasta me atrevo a atacar con el revés pegando a media pista, y no cortando como antes. En el club alucinan cómo le pego al revés cuando tengo confianza. La derecha ha sido mi talón de Aquiles este año. Antes me daba la sensación de que dominaba el juego con este golpe, pero lo pegaba demasiado de frente, aunque eso me permitía ajustar bastante al fondo y con peso, haciendo para el rival incómodo mi juego. Al cambiar el golpe de manera que le pegue a la bola más delante, me obliga a posicionarme mejor de pies y a avanzar el golpe más que antes. Esto me ha originado dudas en algunos partidos y a perder en cierta manera una ventaja competitiva, pero lo considero una inversión a largo plazo en cuanto mejoraré técnica, movilidad en la pista y dolores musculares. Además, mejoraré el golpe paralelo, que antes fallaba más de lo normal.
En cuanto a los torneos, comencé con el Torneo Tardor, y quedé 4º clasificado. Más o menos mi objetivo era 3º ó 4º, y si jugaba de fábula, lo máximo 2º. Hay que tener en cuenta que mi juego estaba en transición, pero en líneas generales no lo hice del todo mal.
A principios de diciembre tuve una sobrecarga y amago de tirón en mi famoso gemelo derecho, por lo que tuve que suspender la actividad prácticamente mes y medio, por reproducirse a las dos semanas la lesión. Este parón me cortó en seco la progresión y las mejoras en mi juego. Llegué prácticamente lesionado a mi primer torneo del año 2010, el Masters de la categoría, en que salía como cabeza de serie número 4, por los puntos obtenidos en el Social de 2009 y los demás torneos, y, jugando con una venda compresiva en el gemelo y tratando de evitar en lo posible las arrancadas, gané el primer partido y perdí muy dignamente en semis contra el propio Edu, que también salía de una lesión de rodilla. Acabé el año en un muy buen 5º puesto del circuito del club.
Para el Torneo Veteranos, estuve a punto de dar la sorpresa en el primer partido, aún estando medio congestionado, y pasé a semis por set average. Allí hice un partido muy flojo contra mi amigo Jordi C., pero conseguí mi objetivo de volver a ganar un trofeo después de 5 años sin hacerlo, por culpa sobre todo de las lesiones.
En el Torneo Social, partía en buena disposición, pero mis posibilidades de pasar a cuartos eran escasas, por la calidad de dos de los componentes del grupo y por la falta de confianza a nivel personal. No lo logré, pero conseguí quedar tercero de grupo, lo que me dio acceso al Torneo de Consolación, en el que jugué seguramente mi mejor tenis del año, ganando en la final a mi hijo Sergi en un duelo parricida, favorecido sin duda por su falta de adaptación a las fiestas nocturnas de fin de curso. De todas maneras, el primer set de este partido fue frenético y de lo mejor que se ha visto en el torneo.
Con Sergi me apunté al torneo de dobles, y la verdad es que acusamos nuestro poco rodaje como pareja y como jugadores de dobles. Jugamos a rachas, poniendo en apuros en alguna ocasión a parejas de postín, pero con toda seguridad podríamos haber hecho algo más.
Y queda para el final el Torneo de Dobles de la Penya Arlequinada, que jugamos cada viernes entre clubes de la comarca. Ha sido un año aciago. Incluso me planteo si seguir jugándolo, porque llego muy tocado mentalmente a final de semana y lo acuso sobre todo en los momentos de máxima tensión. Sólo 3 partidos ganados, y dos de ellos prácticamente al final del torneo. Quizá me hace falta jugar con una pareja más estable y tratar de gestionar mejor esas bolas importantes, tratando de estar más fresco mentalmente para lograr mayor concentración. Seguro que después del verano antepongo piña y confraternidad con mis compañeros a lo mal y excesivamente presionado que lo paso jugando a dobles, y me vuelvo a apuntar a jugarlo.
En cuanto a mi hijo Sergi, se planteaba el verano pasado dejar el tenis debido a su cada vez mayor ocupación con los estudios. La llegada de Edu ha hecho que se motivase extraordinariamente, y se ha comprometido muchísimo, lo que ha provocado un salto cualitativo importantísimo en su juego, estando ya en posición de plantarle cara a los mejores jugadores del club. Quizá el último mes ha pagado esos esfuerzos durante el año y ha llegado demasiado saturado. Seguro que el año que viene nos va a dar muchas alegrías. Y yo soy consciente de que este último partido oficial que jugamos fue el último que le gano.
Para ello me ha cambiado el saque, tratando de evitar esos palos planos que pegaba y que me tenían muy tocado el supraespinoso, envolviendo más la bola al pegar, y tratar de no pasar la pierna al sacar para caer mejor tras el saque. Así se evita la bajada acelerada del brazo y, trazando el movimiento del brazo más en forma de arco, se daña menos hombro, parte superior del brazo y lumbar.
ResponderEliminarA mí no me engañas... ese párrafo es un copiado y pegado del kamasutra...
Hombre, sacar en la posición del misionero, en la de flor de loto o la del helicóptero, es complicadete...
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