Recién acabada de leer la sexalogía de Max Aub sobre la Guerra Civil Española, uno no puede quitarse de la mente la gran tristeza que siguió al conflicto. No sólo por los daños materiales y humanos de la guerra en sí, sino por la pérdida de la ilusión de toda una generación, que nunca acabó de reponerse del todo.
Familias separadas, casas destrozadas, hambre, pérdida de libertad, fusilamientos indiscriminados, humillación de los vencidos, porque los vencedores no buscaban una victoria, sino una humillación que cercenase el nacimiento de una nueva generación competidora y alejase por siempre jamás a la generación que "llevó por el mal camino" a España.
Muy pocos pudieron ver con sus propios ojos el restablecimiento de la libertades. Y lo vieron cuando ya no tenían cuota de poder en la sociedad. Toda una vida perdida, lejos de su tierra, o en su misma tierra escondidos emocionalmente tantos años.
La sexalogía comienza con el libro Campo cerrado, en que se narra el comienzo del alzamiento en Barcelona, y relata la historia de un muchacho de un pueblo de Castellón que emigra a Barcelona a ganarse la vida y se ve envuelto en el ambiente anarquista, y en los movimientos políticos que desembocaron finalmente en el alzamiento en la capital catalana.
El segundo libro, Campo abierto, narra la resistencia en Madrid el mes de noviembre de 1936. Hasta 400 barberos se liaron a pegar tiros al grito de "No pasarán". Y no pasaron. Las tropas de Franco querían tomar la capital para golpear moralmente a los republicanos, pero la resistencia fue tan fuerte, que cambiaron de objetivo logístico, e intentaron envolver poco a poco las principales capitales.
El tercer libro, Campo de sangre, narra la batalla de Teruel, en que las fuerzas estuvieron muy igualadas, pero ya se deja entrever la escasez de medios de los republicanos, ahogados por la falta de ayuda logística y armamentística.
El cuarto libro, Campo francés, es un salto adelante, en la Francia ocupada, con algún personaje que aparece en otro de los libros de la sexalogía, escrito todo en modo de diálogo. En él se narra la detención por el gobierno francés de presuntos alborotadores y sospechosos de colaborar con el invasor alemán, sólo por haber luchado en la guerra española, o tener ideas de izquierdas.
El quinto libro, Campo del Moro, nos devuelve a Madrid, y relata los sucesos que continuaron a la toma del poder del coronel Casado, siendo el principal ideólogo Julián Besteiro, con la consigna de purgar a comunistas y socialistas radicales, por haber a llevado a las tropas a la derrota con su política, intentando pactar el final de la guerra con Franco, con mediación inglesa y francesa.
Y el sexto, Campo de los Almendros, relata la evacuación de València ante la inminente llegada de las tropas franquistas, y la huída hacia Alicante, donde se promete por las autoridades republicanas barcos para todos, para la repatriación de los vencidos, en base a un pacto verbal de Casado y Franco. Ya circulaban listas de represaliados, y muchos de estos intentan salir del país.
Se llegaron a reunir entre 30 y 40 mil personas en el muelle del puerto, en condiciones inhumanas. Tras prometerse por el Comité de Evacuación barcos suficientes, posteriormente se consiguen menos de los previstos, se restringen las listas, con conflictos en cuanto a las proporciones de cada grupo ideológico, y finalmente se promete un barco de 400 plazas.
El momento cumbre del libro y de la sexalogía se produce al mediodía del día 30, cuando los refugiados ven llegado el momento tan esperado de la huída, al divisar un buque en la entrada del puerto, efectuando finalmente la entrada el Vulcano ante la expectación de la gente que se hallaba hacinada. Pero cuando lo ven llegar ondeando la bandera rojigualda a los sones de la Marcha Real, en ese momento saben que su vida ha terminado. Muchos no fueron conscientes de que se había perdido la guerra hasta este momento. Algunos se suicidan allí mismo, otros son llevados a campos de concentración, donde poco a poco irán acabando con la mayoría de ellos, otros se desprenden de todos sus documentos personales, otros cambian totalmente, y deciden olvidarse de todo lo que han sido y colaborar con los vencedores.
En cuanto a los personajes, además de Rafael Serrador, del que el primer libro cuenta al final que muere, aunque en el Campo de los Almendros se le cita como posible maquis en las montañas del interior de Castellón (la historia empieza y termina con los mismos personajes), los grandes protagionistas son la pareja de jóvenes Vicente Dalmases y Asunción Meliá, estudiantes valencianos que se conocen en una compañía de teatro, que posteriormente se desplaza a Madrid, alistándose Vicente en el ejército. El destino final de Vicente queda abierto, sólo se habla de que muy pronto lo enjuiciaría, a pesar de que parecía que iba a eludir la justicia, y Asunción vuelve a casa de su tía.
También aparecen en varios de los libros la pareja intelectual formada por Julián Templado, médico cojo, descreído y veleta, que va de mujer en mujer, que se lo toma todo a chirigota, y que está a punto de ser purgado por colaboracionista, gracias a la denuncia de una mujer a la que ayudó a salir de España. Al final del libro, la única alegría es que la misma mujer es quien lo saca del campo de concentración. Y por Paulino Cuartero, debatidor filosófico empedernido durante toda la guerra con Templado, encargado del traslado de obras de arte, padre de cinco niños, con una vida marital triste, y que en Barcelona se enamora de la hija de un ajusticiado por los republicanos. La familia se va a París, y él no puede dejar España. Al final su destino es una incógnita.
También aparecen el capitán Herrera, muerto mientras iba en un tanque en la batalla del Ebro, y Rivadavia, jefe de policía en Barcelona, que salva a Templado de algún desaguisado, y del que no se tiene más noticia tras la toma de Barcelona. Villegas, coleccionista de obras de arte, que muere accidentalmente en el puerto de Gandía, sin que nunca se entrease su mujer. Como tantos otros de cuyo destino nunca más se supo. Riquelme, un médico que ejercía en Madrid, y no quiso abandonar su puesto por celo profesional, aunque sabía que sería "escabechado" por los franquistas en cuanto cayese en sus manos. Y Luis Salomar, cabecilla de la revuelta en Barcelona, que sobrevive a las cárceles republicanas, y aparece finalmente como hombre del nuevo régimen para expoliar el legado artístico de Villegas a su viuda.
En definitiva, un libro triste, que te deja mal cuerpo, y que te hace pensar cómo podemos preocuparnos tanto en la actualidad por intrascendencias, cuando lo vivido por hace sólo dos generaciones fue realmente atroz. Un libro escrito magistralmente por Aub, quien relató la Guerra Civil en modo de seis entregas, describiendo cómo fue derrumbándose una sociedad que no supo aprovechar su oportunidad, y cómo un frío y crudo otoño puede durar 40 años. Toda una vida. Toda una generación perdida.
A mí lo que más me impresionó fue ver en el año 1996 en el Consulado del DF de México a abuelos que estaban separados entre ellos por culpa de la guerra civil. Los que huyeron de las represalias en el 39 en un lado y los que llegaron a hacerse millonarios procedentes del régimen franquista en otro grupito.
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