DE LO DIVINO Y LO HUMANO
El otro día, mi amigo PKDOR, decía que no había espacio suficiente en la blogosfera para que yo hablase sobre lo divino y lo humano. Lo dijo en plan chechechero, pero no es cierto.
Primero, porque, ciertamente, me suelo extender mucho en los escritos, pero no tanto como denuncia. Es un defecto. No suelo saber resumir en dos trazos. En este post lo intentaré, apesar de que son muchas las cosas que rondan por mi cabeza.
Y segundo, porque lo divino no me va. No creo en ello. Salvo en determinados culos femeninos, determinada música en el momento adecuado, y determinados momentos, normalmente nocturnos, con profusión de exaltación de ánimos. No hay más.
Ya dije en mi primer post, que pretendía que este blog fuese un rincón para explayarme. Y si tenía que soltar un grito, lo haría. Pues bien, la válvula de la olla a presión empieza a pitar. Me siento como un disco duro con poco espacio, que funciona cada vez más lento y pesado, y encima tengo muchos virus alojados.
El fin de semana es el momento de la desconexión. Generalmente, tras arrancar el equipo, éste funciona mejor que antes. Pero corro el serio peligro de tener que formatear. No hay manera de eliminar los virus, y no quisiese tener que cambiar de ordenador. Que todavía no ha agotado su período de vida útil, ni se ha amortizado por obsolescencia.
Seguramente el problema viene de lejos. Puede que de tiempos muy pretéritos. De no poner bien las bases del desarrollo posterior. Se consiguieron victorias a corto plazo, pero no se han sabido gestionar. O a las derrotas a corto plazo se les ha dado excesiva importancia, cuando lo más racional era levantarse y seguir luchando, como si nada hubiera pasado. Sólo aprendiendo de los defectos que llevaron a la derrota.
Uno es muy conformista. Te evitas inestabilidades emocionales. Pero también pasas tangencialmente por los problemas sin atacarlos por la médula, y eso puede hacer que rebroten con más fuerza.
Uno es paciente. Muy paciente. Es de mis mejores virtudes. Y seguramente por eso mantengo muchos amigos. Y seguramente por eso me tienen por más muelle, como buen valenciano.
Uno es despreocupado. ¿Por qué preocuparse de cosas que no es seguro que vayan a pasar? Pero muchas, finalmente, pasan.
Uno es iluso. Le gustan tener ilusiones, algunas irrealizables. Sí, también se vive de eso. Pero en el momento que la ilusión se desvanece, queda un vacío hiriente.
Uno da y no pide nada a cambio. Pero a veces espera otro tipo de comportamientos de la otra parte. Cuando no llegan, y cuando los silencios se hacen ensordecedores, te preguntas por qué eres tan tonto.
En el trabajo dan mucha tralla. Cada día es una locura. Sales mareado, y no tienes ganas ni de hablar con nadie. En él existen las envidias, las palmadas interesadas en la espalda, los cuchicheos, las incomprensiones de personas de tu equipo, las ayudas no correspondidas, la flexibilidad con tus compañeros más allá de lo razonable. Me siento un escudo humano, al que el enemigo trata con entrañabilidad, pero un enemigo es un enemigo, y cuando la cosa no va bien, te tiran a dar. Te tienen consideración, pero si estás en esa posición, es porque quieres. Estás en el lado del mal. Eres bueno. Pero en situación de conflicto, aún bueno, eres malo por estar en el otro lado del Río Pecos.
Encima, decisiones empresariales mal tomadas, se vuelven en tu contra, y debes gestionarlas sólo ante el peligro ante tus compañeros, a pesar de que ya avisaste hace dos meses que en las fechas venideras iban a haber problemas. Éste va a ser el último fin de semana"tranquilo" hasta al menos los tres meses venideros. Y aquí sí que no tengo ningún apoyo superior. Es más, me temo que si van las cosas mal, se me va a poner a los pies de los caballos. Ya tengo la toalla preparada. Quizá esta es la causa principal de mi actual desánimo.
Cuando llegas a casa, el hijo pequeño te saca de las casillas, porque todos los valores que le quieres inculcar, no le entran. Y te duele, porque tú de pequeño no te parecías en nada a él. Incluso en sus virtudes, que también las tiene. El hijo mayor, mucho más parecido a tí, te pone de escudo ante la madre. Y le busca constantemente las cosquillas al hermano, haciendo que el ambiente se caldee tanto, que la cónyuge termina explotando y pagándolo con él, con el pequeño, y, sobre todo, con el responsable de ambos. Por acción, o por omisión. Normalmente, por ésta.
Si el comportamiento del pequeño en los deportes te avergüenza, sólo te falta su abuelo dejándote en mal lugar ante su entrenador y los demás padres. Y luego eres tú quien debe darles explicaciones. Claro, ya sabemos que es su carácter. Discúlpaselo. Es así. Te ayuda tanto, que no puedes llevarle la contraria. Pero los gritos, los sonrojos, y el perdón, siempre los tiene que tragar el mismo.
Tu padre experimenta una pérdida mental y física acelerada. Tiene comportamientos que ni podías imaginar. Él, que siempre ha sido tan recto, tan educado, tan tolerante, ejercía una profesión que nos ponía de los nervios. Pero el azúcar está consumiéndolo poco a poco. Ya no es ni la sombra de lo que era hasta hace tres años. Y lo malo es que cada vez va a peor.
Tus hermanos te censuran con el silencio, que no estés más cerca de tus padres. Tienen razón. A mí me gustaría. Pero primero son mis obligaciones con mi actual familia. Y tengo el tiempo muy ocupado con ellos. No puedo estar cada semana preguntando a mi hermano si ha hecho esto o aquello a mis padres. Sé que muchas de esa cosas tendría que hacerlas yo o ayudar a hacerlas . Pero no estoy con la mente fresca. Y sólo puedo llegar a las obligaciones más primarias. Lo intento, lo intento. Pero antes he de poner en orden mi casa.
Tu equipo va mal. De capa caída. Duele, porque sólo hace dos meses éramos capaces de ganarlo todo. Y una plaga de lesiones, una guerra de guerrillas entre responsables deportivos, y un presidente que sabrá mucho de cuentas y pelotazos, pero no de poner orden sin necesidad de ir a katanazo limpio, está dejando medio grogui sus posibilidades más inmediatas. De momento hemos dicho prácticamente adiós a uno de los títulos, pero para otro estamos bien colocados para dentro de dos meses y medio, que será cuando nos juguemos las habichuelas. Éste es un tema que no debe preocupar más de la cuenta. Espero que sea pasajero.
Tienes una afición deportiva en que no eres malo. He conseguido estar con los mejores del club, y aún tengo margen de mejora técnica. Pero no física. Cada vez que fuerzo un poco, el cuerpo me deja en el dique seco unas semanas o unos meses. Es desesperante, porque juegas un partidazo contra el mejor del club, y disfrutas tanto y agradeces la oportunidad de poder jugar ese partido, aunque sepas que no lo vas a ganar, pero has hecho tanto esfuerzo, que el hombro, el codo y las lumbares, el trío calavera, no te permite seguir esa línea. Cosas de la edad. Pero duele, porque no puedes ayudar a tus compañeros, y eso que me estoy integrando con ellos tanto, que hasta me atrevo a hacer cosas que no hacía hace tiempo, como contar chistes o cantar karaoke.
Bueno, espero que sea un momento efímero, que todo remonte, y que la cabeza no piense tanto en negativo. Hay momentos al día que me pongo a llorar yo solo. ¿He planificado mal? ¿O no tengo carácter para sobrellevar tanta tensión? Un bon xic también tiene problemas.
Ahora mismo me acaban de decir que ha fallecido el hijo de un amigo de mis suegros. Lo conocía desde que salía con mi ahora esposa. 45 años. De cáncer. Lo operaron hace un mes y medio de cáncer de estómago, y hace dos semanas le detectaron otro tumor en la cabeza. Fulminante.
Hay que vivir la vida. Que son dos días. Si te no te desmelenas ahora, puede que dentro de un tiempo te arrepientas de no haberlo hecho. Y hay que mantener las constantes lo más estables posible. Todo calentón debe tener un tiempo y un espacio de bajada de temperatura. Y darse los gustos que no te deja la rutina. Son muchos disgustos al día, eso no hay cuerpo que lo aguante. Ni paciencia, ni resistencia. La explosión puede ser al final incontrolada.
P.D.: checheche, lo intenté, pero ladrilleé de nuevo.
Ayyy amigo jotaele...
ResponderEliminarA ver si nos cascamos de nuevo un bocata de anchoas como la otra vez... que seguro que levanta el ánimo.
Pkdor
@ PKDOR:
ResponderEliminarsi es viendo un culo femenino de primera, oyendo música apropiada, y experimentando con ese culo y todo tejido orgánico a él adosado, cuando quieras.
A esas sesiones me tendreis que apuntar xq, a mí, la terapia se me da fenomenal.
ResponderEliminarBC
@ Rafa y JL:
ResponderEliminarA ver si me aclaro. ¿Lo que os pone es comerse un bocata de anchoas encima de un culo femenino? No conocía ese tipo de desviaciones sexuales...
@ JL:
Tanto meterte conmigo al prinicpio del post y casi agotas el espacio de la blogosfera...
Pkdor
Hombre, pues si no son efluvios a bacalao, lo de las anchoas sobre un culo femenino no sería mala idea.
ResponderEliminar¿Desviaciones sexuales? Desde luego. Mira que comer anchoas...